Mata de Cuéllar se ha vestido de fiesta para celebrar San Esteban Protomártir, festividad local, en una jornada en la que también tuvieron lugar las bodas de plata del festival de dulzaina y tamboril Agapito Marazuela. Los sonidos tradicionales de la Navidad dejaron paso por ... unas horas al folklore más tradicional. Instrumentos como panderetas o zambombas cedieron el protagonismo a las dulzainas, tamboriles y bombos y los villancicos dan paso a las jotas y pasodobles, en una cita dedicada cada año a la memoria del folklorista segoviano, que este año también quiso tener un recuerdo para el dulzainero Librado Rogado, quien fue fiel al festival durante varios años y que falleció hace unos meses.
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En esta ocasión, con motivo del vigésimo quinto aniversario de la cita musical, antes de iniciarse el festival se desarrolló un 'pasabares' en el que los distintos grupos participantes tocaron varios temas. Seguidamente, todos los músicos realizaron un pasacalles que concluyó en el centro multiusos, donde se desarrolló el festival. Uno a uno, grupos numerosos, dúos, escuelas de dulzaina y multitud de aficionados a estos instrumentos, fueron subiendo al escenario para interpretar dos temas.
Aunque la jota es la principal protagonista, durante el festival también se tocaron otros ritmos como pasodobles, corridos o pasacalles, que se mezclaron con fandagos, ruedas o revoladas. Tras cada una de las actuaciones, el público no paró de aplaudir y bailar. Para terminar el festival, todos los músicos subieron al escenario para interpretar la jota La Cuellarana y el pasacalles de Librado.
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