Cuéllar

Cuarenta años en danza

Con un sencillo acto de reunión, el Grupo de Danzas Villa de Cuéllar celebró el sábado sus cuarenta años sobre los escenarios. El encuentro sirvió para unir generaciones y que los nuevos conocieran a los bailarines veteranos y viceversa, y no faltaron los recuerdos, como los del inicio de la agrupación, a principios de los años 80.

El germen de estos cuarenta años de historia nació en un curso de verano programado por el Ayuntamiento de Cuéllar y dirigido por Francisco Salamanca. La iniciativa contó con una gran acogida, entre ellas un grupo de chicas que estudiaban Formación Profesional, que también comenzaba su andadura en Cuéllar. «Éramos todas de la primera promoción y nos apuntamos un montón a ese curso», recuerda la directora, Conchi Bayón, que forma parte del grupo desde sus inicios.

De hecho, ella fue la impulsora del mismo. Tras el curso, en la fiesta de Formación Profesional y apadrinada y respaldada por el profesor Juan Carlos Llorente, propuso «hacer jotas» y tras ello, al finalizar el curso de verano, el propio Llorente le propuso formar un grupo de danzas, y «tiré adelante». Contactó con las personas que habían participado en el curso de verano, habló con los miembros del coro parroquial, del que también formaba parte, y, por una casualidad, en esa época comenzaba a funcionar también la escuela de dulzaina de Cuéllar. «Fue un conglomerado de cosas, se alinearon un montón de astros para que todo saliera bien» recuerda Conchi Bayón, que apunta también que en los cursos de verano se contó también con un grupo de chicas que ya bailaban, que se unieron a la nueva agrupación.

También habló con Francisco Salamanca, para ofrecerle la dirección del grupo y «lo pusimos en marcha, empezamos poquito a poco». Los bailes comenzaron en las navidades de los años 1983 y 1984 y la primera actuación del grupo fue en la residencia de personas mayores El Alamillo, a la que siguieron otras por los pueblos del entorno, normalmente barrios o entidades locales menores, como Torregutiérrez y Dehesa Mayor, actuaciones organizadas desde el Ayuntamiento.

Eso fue solo el principio, pues «automáticamente, para el año siguiente nos llamaron para actuar en Jerez de la Frontera», lo que supuso un paso grande y el inicio de los viajes por toda la geografía nacional e internacional que el grupo ha realizado durante estos cuarenta años. «Así se puso en marcha poco a poco, aunque yo lo formé y organicé, el grupo lo dirigía Francisco Salamanca, que fue el coreógrafo un montón de años. De ahí venimos», relata Bayón.

Pero no todo ha sido bailar, pues en estas cuatro décadas, desde la agrupación también se ha formado y enseñado a bailar la jota a cientos de vecinos. La escuela que surgió desde la agrupación llegó a tener más de 200 alumnos, niños aprendiendo a bailar, «cosa que ahora es materialmente imposible», relata Bayón, a la vez que detalla que se continúa con la escuela y que ella personalmente continúa impartiendo clases, lo que lleva haciendo décadas.

Respecto a las actuaciones, todas han sido muy importantes, «incluso las más sencillas». Siempre ha habido mucho afán por que las actuaciones quedaran estupendas y siempre intentando dejar las piezas de Cuéllar muy alta, detalla, señalando que no ha habido ninguna actuación pequeña a la que se le haya dado menos importancia, pues todo el público tiene el mismo derecho.

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