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El Viveros Herol Nava y Recoletas Valladolid disputan hoy (18:30 horas) su noveno partido en Liga Asobal y la máxima diferencia en los ocho anteriores fue de tres goles. La estadística que asegura una película más de suspense. El pueblo de 3.000 habitantes ... lleva la batuta del derbi ante una ciudad con cien veces más población, imponiéndose en finales de infarto. Cuatro victorias segovianas, dos empates y dos victorias vallisoletanas para un duelo en el que los dos persiguen su primera victoria de la temporada.
La andadura del Nava en Asobal comenzó en septiembre de 2019 recibiendo al Valladolid, un duelo que terminó en victoria local por 31-29 tras una secuencia de marcadores parejos. Un guion similar se viviría doce meses después, con un ambiente descafeinado por el covid y un gol sobre la bocina de Felipe Mota para dar a los suyos el triunfo (26-25). El siguiente enfrentamiento, en 2022, terminó en tablas (29-29). Y el último, el pasado mes de noviembre, en remontada navera: los locales perdían de cuatro y voltearon el partido gracias a las paradas de Patotski y a los goles de Prokop en el tramo final. Con todo, el Valladolid tuvo el último ataque, que murió en un golpe franco desviado. Los pucelanos no han ganado nunca a sus anfitriones en Asobal, aunque se han llevado sus dos últimos partidos en el Guerreros Naveros para levantar la última Copa Castilla y León.
Mientras, el Nava si se ha llevado un partido de Valladolid, en el camino de 2021 hacia la permanencia con Zupo Equisoain en el banquillo. Y con cierta claridad (26-29), dados los antecedentes. Un año más tarde, dejaron escapar una victoria que parecía en su mano a falta de dos minutos y tuvieron que conformarse con un empate (28-28) que a la postre supondría su descenso. El histórico se completa con su derrota en 2020 por 26-24 y el año pasado por 32-29, un resultado corto para la superioridad de los locales en la segunda parte.
El técnico del Nava, Álvaro Senovilla, habla de ilusión y ansiedad porque el partido no solo es el primero ante su público, sino que llega en plenas fiestas patronales. «Sumar los dos primeros puntos y ver a nuestra gente contenta». Con esos elementos sobre la mesa, el equilibrio emocional será clave. «Tenemos que tener ese punto de control, de frialdad. Y el apoyo de nuestro público nos dará ese plus de motivación que a veces nos lleva casi en volandas a conseguir victorias». Lo acreditan los resultados, con una rutina de remontadas imposibles en una pista en la que el curso pasado solo pudieron ganar Logroño, Granollers y Barcelona en liga. Las remontadas del curso pasado fueron un motivo de orgullo, pero también un síntoma de que los inicios no fueron buenos, de que el Nava perdió en algún momento el control. «Cuanta más cómoda sea nuestra victoria, mejor; pero intentamos sufrir».
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A diferencia del Nava, el Atlético Valladolid ha movido menos piezas. Donde más cambia respecto al curso pasado es en la portería tras la lesión de César Pérez, que se rompió en marzo el ligamento cruzado de la rodilla, y la retirada interrumpida de Yeray Lamariano, que dejó el balonmano en enero con la camiseta pucelana y hoy defenderá la del Nava. Senovilla puso en valor su capacidad de variedad ofensiva, así como un contraataque muy marcado y una rotación clara. «Saben perfectamente cuáles son sus dos unidades». Como en las cuatro temporadas anteriores, los naveros hacen de anfitriones en la primera vuelta para visitar Huerta del Rey en la segunda.
El entrenador de los segovianos subraya que los detalles dejaron sin victoria al Recoletas en su estreno en casa ante el Cangas, un partido que dominaron y que terminó finalmente en empate (34-34). Una plantilla con jugadores jóvenes de mucha calidad y goleadores destacados como Miguel y Álvaro Martínez Lobato. «Son sus dos jugadores más en forma. Luego tienen una defensa con muchos kilos, gente muy grande con una movilidad muy buena». El plan de juego local pasa por neutralizar el juego rápido ante jugadores dominantes en el uno contra uno como José Toledo. O el peligro de su defensa 5:1, con un ladrón reputado como Miguel Camino en el avanzado, un formato con el que exprimen sus superioridades numéricas. El Nava contará con todos sus efectivos para el encuentro.
El técnico del Viveros Herol Balonmano Nava, Álvaro Senovilla, resumió el objetivo de la temporada tras concluir la anterior en sexta posición. «Mantener la categoría y poder mirar a otras cosas». Un edificio que quiere construir sumando esta tarde los primeros puntos después de caer el domingo en Pamplona ante el Anaitasuna. «Fuimos capaces de competir muy bien y pudo haber pasado cualquier cosa. La mejora del equipo en las tres últimas semanas es significativa y nos da motivación para seguir trabajando en esta línea».
Senovilla pide una mejora en todos los aspectos del juego, algo natural en unas primeras semanas de competición. «Primero, como grupo». Después, la construcción de una rotación, el pilar de un equipo de balonmano: el segoviano tiene el problema de adaptar a mucho recién llegado y, a la vez, la ventaja de que los nuevos son ya veteranos de la Asobal, un aspecto clave en su contratación. «Tenemos que tener paciencia».
El técnico esgrime «jugadores de mucha calidad» para suplir al tridente saliente que formaban Jakub Prokop, Andrés Moyano y Tomas Smetanka. El club eligió a Nico Bonano, Adrián Nolasco, Sasha Tioumentsev y Luisfe Jiménez, que sumaron un total de seis goles en Pamplona. «Solo con los nombres hay garantías de que son capaces de suplir a esos y a cualquiera. No hay que poner el foco en ellos; están haciendo un buen trabajo». Y el rendimiento extra que suponía llevar varios años en el equipo y pide para los recién llegados «tiempo de aprendizaje y de conocimiento entre ellos».
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