Secciones
Servicios
Destacamos
Suena la bocina y los jugadores del Nava saltan en un corro en Benidorm porque lo que acaban de conseguir no es una victoria más. El cuadro segoviano estrena su cuenta de triunfos lejos de Segovia —sumaba cinco derrotas y un empate— tras quizás ... los mejores minutos de la temporada, una segunda parte sobresaliente en defensa, cimentada por Patotski desde la portería, y resolutiva en ataque, con goles de resumen por los cuatro costados. El equipo que había demostrado resiliencia para ganar duelos apretados en su pista demostró ayer una solvencia que le acerca más a la zona noble de la Asobal que al furgón de descenso, que deja ya a siete puntos.
Noticia relacionada
Luis Javier González
De los 12 tiempos que el Nava había jugado a domicilio, había perdido 11: solo se llevó a su terreno la segunda parte del empate en León. Bastaron 30 minutos en tierras alicantinas para revertir la tendencia. Tumbar a uno de los mejores jugadores de la Asobal, un Nacho Valles que dibuja casi cada secuencia del Benidorm, requirió de un esfuerzo colectivo de primer orden. El técnico de los segovianos, Álvaro Senovilla, tiró de fondo de armario para agotar físicamente a un equipo más escaso en efectivos y sus jugadores se cedieron el testigo en la finalización —los extremos dejaron una perla tras otra— mientras fortificaban una defensa que fue de menos a más y decidió a la postre el encuentro.
Y eso que el Benidorm empezó de dulce, convirtiendo sus cuatro primeros ataques con la contundencia de Valles, el máximo asistente de la liga —con 81, 15 más que el segundo— y el cuarto máximo goleador. Ningún jugador toca tanto balón como él. Tuvo el 5-1 en un pase al pivote con las colegiadas amenazando pasivo, pero el Nava lo cortó y Moyano anotó un contragolpe salvador. Salvado el susto inicial, los visitantes redujeron pérdidas con Méndez, un ex de Benidorm que cuajó una tarde de matrícula, como director de orquesta y máximo anotador de la tarde con nueve goles. A falta de los laterales, sus goles y los de Nevado mantenían el intercambio de un encuentro en el que los porteros eran combinados de piedra. Carró, que firmó su mejor partido del curso —tanto en defensa como en ataque— sumaba en seis metros, como Ahumada, que marcó su primer golazo, congelándose en el aire antes de bajar el brazo para ponerla en la escuadra.
Fue la primera oportunidad del Nava para abrir gas, pero la dejó escapar. Una exclusión de Nevado por desviar el balón con el pie y dos lanzamientos forzados devolvieron la ventaja al Benidorm. La pendiente había cambiado y el Nava jugaba cuesta arriba, esos tiros a la madera de Guardiola o Ahumada mientras Vainstein colaba un 15-12 que entraba llorando. Otro momento clave. Funcionó el tiempo muerto de Senovilla, pues sus pupilos reaccionaron con un golazo de Méndez —con un rival en el pecho— una parada de Luis de Vega y una internada de Moyano que dejaba el déficit a uno antes del descanso.
Prokop, el ejecutor preferido en los últimos finales igualados, asumió un papel secundario ante un dibujo en el que convivieron los dos centrales, Méndez y Smetanka. Toda una muestra de profundidad. Lo segovianos volvieron a salir algo timoratos y vieron cómo los locales amenazaban con el +3. Ahí llegó la parada salvadora de Patotski en seis metros ante un enchufado Moscarielo. Fueron unos minutos de correcalles que otras veces —Torrelavega o Huesca— fueron letales para el Nava, pero esta vez el frenesí les sonrió con dos buenas transiciones que les devolvían la delantera (18-19) con un jugador más. Otra oportunidad dorada para marcharse.
Le faltó de nuevo veneno al Nava con un ataque en superioridad desaprovechado por Moyano, con un tiro precipitado desde el lado contrario que no cogió portería. Durovic resolvió con un lanzamiento exterior de muchos kilates, Samu Ibáñez refrescaba la portería alicantina parando los tres primeros lanzamientos que le llegaron y Moscarielo forzaba a Senovilla a pedir tiempo 23-21 abajo. Pero aquella fue la última ventaja del Benidorm.
Ya antes, Patotski había sacado el puño a pasear tras pararle un penalti al infalible Valles, pero el pase que se sacó el central del Benidorm para asistir a Ramiro Martínez fue de película, un 'alley opp' digno de la NBA. Lo vio el bielorruso, que se echó encima del extremo y rubricó una parada con mensaje. Sus hazañas —terminó el partido con un 35,9% de paradas, pero bordeó mucho tiempo el 40%— realimentaron a la defensa y esos brazos levantados empezaron a tocar cualquier lanzamiento. Y los goles naveros seguían llegando: una rosca deliciosa de Marugán o las diabluras de Smetanka y Méndez, que se asociaban para que el gallego sorprendiera colándose por el extremo izquierdo. En esas, Valles tenía que forzar más de la cuenta y un pase muy optimista hacia Moscarielo desembocaba en otra perla de Ahumada, que sorteó el escaso ángulo con un salto hacia Ibáñez y una rosca al palo largo. Un parcial de 6-0 que vale como resumen de una temporada.
Faltaba cerrar la faena y el balonmano es muy traicionero. Pareció hacerlo Roberto Pérez cuando recogió el rechace a un penalti que Ibañez le había parado a Pérez para poner el 24-28 a menos de cinco minutos del final. Pero todavía tuvo un susto Senovilla, que dio la tarjeta del tiempo muerto al delegado justo antes de una falta en ataque de Guardiola que le habría costado la inclusión. Valles siguió marcando, como el funcionario que pone un centenar de sellos cada mañana, pero la derrota ya lo tenía vuelta de hoja. El Nava no había ido a Benidorm de vacaciones.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.