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Celebración preboda en la Calle Real de Segovia. Antonio de Torre

Las despedidas de soltero miran a la provincia de Segovia

El sector no recupera la intensidad previa a la pandemia y los grupos eligen paquetes de turismo activo y casas rurales

Domingo, 23 de julio 2023, 00:14

La normalidad después de la pandemia ha reducido el número de despedidas de soltero en Segovia y ha agudizado un proceso que ya se había iniciado antes del covid: la deslocalización de la ciudad hacia la provincia. La hostelería y el turismo rural ... trazan una dinámica en la que los grupos tienden a contratar paquetes cerrados en los pueblos y no tanto a desatar sus celebraciones en el centro de la ciudad. Es la evolución de un tipo de visitantes que la ciudad no busca expresamente, pero que deja un dinero que nadie rechaza de antemano.

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El presidente de la patronal hostelera Hotuse, Jesús Castellanos, resume el enfoque del sector. «Entendemos que las despedidas son eventos que vienen muy bien a ciertos establecimientos. Estamos completamente a favor de cualquier evento que suponga que esto se mueva. Afecta a poquitos, pero estamos encantados de que esto se vuelva a hacer». Habla de locales generalmente separados del «mundanal ruido» porque los conflictos vecinales desgastan. «Antes se hacían en la capital y teníamos bastantes problemas porque la gente se quejaba. Hoy en día se hacen cada vez más en fincas, en los pueblos, en sitios donde no molestan a nadie».

La deslocalización del fenómeno está ligada a la de bodas, grandes fiestas privadas –un fenómeno en auge vinculado a los estudiantes de IE University– o eventos de empresa. «Nos viene muy bien porque reactiva la mal llamada España vaciada». Su resumen es que dinamiza a los pueblos. «No creo que sea un incordio, hemos recibido muy poquitas quejas. Si hay media docena de chavales jóvenes, van a tener trabajo ese fin de semana. Las despedidas son pocas y van en un pack con lo demás».

Castellanos pone como ejemplos a establecimientos que suelen estar cerrados durante la semana y se abren para ese tipo de eventos. «Es cierto que da trabajo porque esos días de las despedidas se contrata gente». Habla de un fenómeno transversal «que se tiene que volver a revitalizar» tras el impacto del covid. «Históricamente, nos hemos ido a Madrid a hacer las despedidas. Pero muchas veces los madrileños vienen a Segovia». En esa tradición cuenta la rentabilidad que aportaba a ciertas discotecas. «Había días que contrataban el local entero. Hasta qué punto salía rentable que se hacía con precio cerrado. Como empresario, arriesgas poco y no van a beber o comer más que lo que les has ofrecido». Con todo, había un hándicap. «Algunas veces se nos ha ido de las manos porque era mucha gente bebiendo. Problemas de comportamiento, pero a nivel económico siempre ha salido rentable».

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Participantes en una despedida de soltera, en plena plaza del Azoguejo. Antonio de Torre

El paso de los años ha cambiado el modelo. «Hemos entendido que esos festejos tenían que salir de las zonas urbanas porque hay momentos en los que se pierde el norte y se empatiza poco con lo que tienes alrededor». Así que Castellanos expone la conclusión: «Lo mejor es hacerlo en espacios rurales. Es una forma diferente de hostelería; minoritaria, en Segovia es un tema prácticamente residual a nivel de provincia y capital, pero imprescindible para algunos». Hotuse hizo antes de la pandemia una ruta por una docena de fincas que ofrecían ese tipo de eventos, dispersas pero más concentradas en la parte sur de la provincia. «Hay gente que ha invertido mucha pasta».

Castellanos describe una organización que parte desde arriba. «Funciona con empresas que se dedican a buscar locales dispuestos a hacerlo». Habla de negocios de ámbito nacional, localizadas en Madrid, Barcelona o Málaga. «Ellos te buscan el cliente y prácticamente te ponen el precio». Estar dispuesto supone asumir las demandas. «Esta gente quiere barra libre, cenar, comer… Ofrecer todo lo que se pide por una cantidad. Nuestra finalidad como hosteleros es hacer rentable cualquier actividad en tu negocio. A veces se pide por poco dinero mucho más de lo que puedes ofrecer». El gran desequilibrio entre oferta y demanda está en las pernoctaciones. «Dormir cada día es más caro, no tiene nada que ver con lo que era hace cinco años».

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Buscarlas o huir de ellas

El presidente de la Asociación de Alojamientos Turismo Rural y Activo, Gerardo Otero, confirma la reducción de despedidas desde la pandemia y diferencia dos bandos. «Unos los buscan y otros huimos de ellos». El tipo de alojamiento conduce irremediablemente a un lado u otro: una casa para 20 personas está pensada para eventos así, mientras que una despedida puede ser un incordio para alojamientos más pequeños. También la ubicación, pues un negocio en pleno entorno urbano no tiene el mismo margen de jolgorio que otro más alejado.

«Hoy en día se hacen cada vez más en fincas, en la provincia, en sitios donde no se molesta tanto»

Jesús Castellanos

Presidente de Hotuse

Las despedidas en turismo rural van casi siempre vinculadas a actividades. «Van a una casa rural o a una vivienda de uso turístico y luego les organizan unos karts o piraguas». La zona del Duratón –bien comunicada con Madrid–, el circuito de La Higuera o la oferta de paintball son las alternativas más elegidas. «O buscan estar muy cerca de Segovia para ir a los bares o donde haya alguna cosa que puedan hacer».

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Los grandes alojamientos viven de grandes grupos, pero los más pequeños buscan otro perfil. Otero justifica por qué no lo facilita en su negocio: «No es tanto que dañen el inmueble, porque generalmente no están metidos en la casa, como que causan molestias al vecindario. Al final, tienes que convivir aquí. Ellos se van, pero tú te quedas». Con todo, ha acogido alguna, exigiendo unos mínimos de conducta a sus huéspedes. «Hay veces que vienen a registrarse 12 chicos o 12 chicas; blanco y en botella, te lo encuentras. Pero desde la pandemia no me he topado con ninguna de estas». Una anécdota que ilustra el declive. «No está al nivel que estaba antes».

«Hay veces que vienen a registrarse 12 chicos y 12 chicas, blanco y en botella»

Gerardo Otero

Presidente de la Asociación de Alojamientos Turismo Rural y Activo

Pese a la oposición de algunos alojamientos, el sector no cierra puertas. «Si está bien organizado, con empresas que les hacen los desplazamientos, puede ser interesante porque le sacan rendimiento y está más controlado. Cuando van por libre, es más preocupante porque hay de todo; no sabes si se han metido en la casa los que dicen o el doble». Por eso invita a vincular las despedidas al turismo activo, que requiere pernoctar. «Es verdad que en general buscamos un mínimo de dos noches para que sea rentable y muchas veces son de una noche». Otro motivo de alegría es el perfil, más adultos porque la edad media de las bodas sigue en aumento. «Uno que se casa con 35 va más a las piraguas y uno con veintipocos va a más a emborracharse y a montarla».

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