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Al margen de los ejes que vertebrarán su acción de gobierno, el nuevo alcalde de Segovia, José Mazarías (Partido Popular), plasmó en el discurso de investidura toda una declaración de intenciones en torno al cambio que las urnas depararon el 28 de mayo. Y de ... sus palabras se infiere que la llegada al gobierno municipal de un nuevo equipo no va tardar en notarse. Mazarías (Segovia, 1964) se presentó ante el pleno como el «alcalde del diálogo», pero también como el «alcalde del cambio».
«El cambio es consustancial a la democracia y la fortalece; es positivo, deseable y necesario. El cambio es el contrapeso a la falta de ideas y representa el optimismo que abre puertas y ventanas de oportunidad. El cambio representa un nuevo comienzo, y para eso venimos, para iniciar algo diferente en la forma y en el fondo. Las cosas deben cambiar. Las cosas no pueden seguir igual. Eso sería defraudar a la inmensa mayoría de los segovianos que confiaron en nuestro proyecto», subrayó.
Mazarías condensó las líneas maestras de su mandato en cinco ejes encaminados a darle la vuelta a Segovia y hacer de ella «una referencia en nuestro entorno, no por lo que decimos, sino por lo que hacemos». El primero apuesta por fomentar el acuerdo y las relaciones con el resto de las administraciones. «Tenemos proyectos importantes en los que la colaboración interinstitucional es fundamental para llevarlos a cabo y llamaré a la puerta de quien haga falta para realizar todo proyecto cultural, deportivo, industrial y de cualquier otra índole de cuyo desarrollo dependa, en buena medida, nuestro futuro».
El segundo eje atañe a los barrios. Según el regidor, Segovia no puede concebirse sin las particularidades de sus barrios, urbanos y periféricos. «Siempre he creído que una de las potencialidades de Segovia es la singularidad de sus barrios y, por ende, la de los vecinos que viven en ellos», dijo, y anunció la creación del Policía de Barrio que tanto le han pedido los vecinos, así como mejoras en la iluminación, la pavimentación y la limpieza de las calles y un transporte urbano que garantice las conexiones.
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El alcalde incluyó en el tercer pilar el desarrollo industrial, que pasa por la culminación del proyecto de Prado del Hoyo, destinado a convertirse en uno de los centros logísticos del Corredor del Atlántico, y el aprovechamiento del potencial que la ubicación geográfica representa para Segovia, entre dos grandes capitales, Madrid y Valladolid. «Debemos hacernos atractivos a esa inversión periférica abriéndonos a nuevas oportunidades que diversifiquen nuestra economía, mantengan aquí a nuestros ciudadanos y atraigan a nuevos vecinos», señaló. En este sentido, Mazarías garantizó «alfombra roja» a quienes decidan iniciar «el fascinante viaje de construir su propio negocio en esta ciudad», propósito que pasa por «agilizar al máximo» las gestiones y los trámites y «desatascar» el Área de Urbanismo, «tarea primordial que acometeremos lo más rápido posible, en el marco de la modernización y agilización de todo el Ayuntamiento y sus departamentos».
La preocupación por la cultura, que encabeza el cuarto vector, seguirá teniendo peso en Segovia, según el alcalde, como espacio de creatividad que crezca con el ensanchamiento y la ampliación de actividades. «Segovia debe ser el referente en el que las nuevas corrientes confluyan con la tradición y el sentir de los segovianos, en el que los creadores tengan un espacio para mostrar su trabajo», añadió. El respeto por el patrimonio, el fomento del turismo, el apoyo a la hostelería y el comercio y la dotación de instalaciones deportivas completan el eje. «Tenemos un compromiso para construir el módulo cubierto de atletismo, para actualizar las instalaciones y el material de la ciudad deportiva y para actuar en el campo de fútbol, además de mantener el apoyo municipal con los clubes y con el deporte de base», concretó.
El regidor dedicó el quinto punto al tercer sector y al tejido social para garantizar el respaldo a la labor que realizan las asociaciones y colectivos sin ánimo de lucro. «Vamos a ser un Ayuntamiento abierto y cercano, porque esta es la casa de todos los segovianos y la administración que trabaja para y por los segovianos», señaló, y se refirió a los empleados municipales para pedirles «comprensión y esfuerzo».
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No faltaron las alusiones a los fondos europeos pendientes de ejecutar: «Aprovecharemos al máximo los proyectos para los que contamos con subvenciones y lucharemos por conseguir otras nuevas, a fin de desarrollar nuevos proyectos en los próximos años. No podemos permitirnos desperdiciar una sola de esas subvenciones en una ciudad que necesita con urgencia nuevas inversiones»
José Mazarías anunció, por último, un gobierno dialogante que respetará los «diferentes pensamientos desde la libertad», aunque adoptará las medidas necesarias para lograr los grandes desafíos que tiene Segovia». «Me comprometo a actuar con humildad y honradez, a darlo todo por esta tierra y a poner por delante el interés común. Me importa Segovia y me importa mucho, porque esta es mi casa y quiero a mi tierra y a su gente. Nada de lo que pase en Segovia me va a resultar indiferente porque vengo a gobernar para todos con el deseo de procurar desde el Ayuntamiento el mejor futuro. Es un compromiso sincero que expreso ante todos», concluyó.
Mazarías fue elegido ayer alcalde de Segovia en una solemne sesión plenaria que dejó configurada la nueva corporación municipal para el mandato 2023-2027. El aspirante del PP no obtuvo la mayoría absoluta porque ni los dos concejales de Vox ni la edil de Ciudadanos le dieron su apoyo. Le bastó ser el candidato de la lista más votada para salir elegido. El PP gobernará, pues, en minoría, haciendo valer el peso de sus 12 concejales frente a los 7 del PSOE y los de Vox (2), Izquierda Unida (2), Segovia en Marcha (1) y Ciudadanos (1). Vox optó por votar a su candidata, Esther Núñez, y Noemí Otero, la cabeza de lista de la formación naranja, votó en blanco. Los populares podrán sacar adelante proyectos en solitario, haciedo valer el voto de calidad del alcalde, pero no les quedará más remedio que entenderse con otras fuerzas políticas en cuestiones de calado. De ahí la apuesta de Mazarías por el diálogo con todas las fuerzas políticas con representación municipal.
Nada más anunciarse la elección, el nuevo alcalde recibió el bastón de mando. Fue la alcaldesa saliente, la socialista Clara Martín, la encargada de entregárselo. El gesto, sencillo, simboliza el cambio de ciclo político después de veinte años de gobiernos del PSOE. El último traspaso de poder entre partidos políticos diferentes fue el que en junio de 2003 protagonizaron José Antonio López Arranz (CDS) y Pedro Arahuetes (PSOE). Acto seguido, la secretaria general fue llamando, uno a uno, a los miembros de la corporación y Mazarías les impuso la medalla corporativa. Todos la aceptaron, excepto los ediles de Izquierda Unida, Ángel Galindo y Ana Peñalosa, y el de Segovia en Marcha (Podemos-Alianza Verde), Guillermo San Juan, que renunciaron a ella. También estos concejales cambiaron la fórmula del juramento o promesa para dejar clara su condición republicana. Hasta la toma de posesión del alcalde, la mesa estuvo presidida por el concejal de más edad, Alfonso de Ceballos-Escalera (Vox), y el más joven, Gabriel Cobos (PP).
Aunque los dos grandes partidos dominan la escena, el nuevo hemiciclo municipal es fiel reflejo del pluralismo político. Hasta seis formaciones tienen representación, una más que durante el último mandato. A PP, PSOE, Izquierda Unida, Podemos-Alianza Verde y Ciudadanos se ha unido Vox. Hay, pues, representantes de todo el espectro político. Esta configuración garantiza, por otra parte, el enfrentamiento dialéctico en los plenos ordinarios y extraordinarios.
El pleno comenzó con un sentido minuto de silencio por el periodista Aurelio Martín González, padre de la alcaldesa saliente, recientemente fallecido. En la atmósfera del salón de plenos flotaba la emoción contenida. Mazarías empezó su discurso transmitiendo a Clara Martín su más sentido pésame, que hizo extensivo a los periodistas presentes en la tribuna de prensa. El regidor se refirió a Aurelio Martín como una «figura imprescindible» en la ciudad de Segovia. La ya exalcaldesa mantuvo durante toda la sesión el gesto triste y compungido, pero no pudo evitar el llanto cuando los periodistas se acercaron a ella, terminada la sesión, en busca de sus declaraciones. Era el trabajo que hacía su padre. En su salida de la Alcaldía, Clara Martín estuvo en todo momento arropada por los concejales de su grupo.
La emoción también embargó los ánimos de las filas populares, empezando por los del propio alcalde, acompañado por su esposa, María José, y sus hijas Paula y Elena, que asistieron al pleno sentadas en la primera fila de la tribuna de autoridades. Mazarías agradeció a su familia el amor incondicional y tuvo un recuerdo para sus padres, ya fallecidos: «Un día como hoy les hubiera hecho las personas más felices del mundo», dijo.
En el plano político, la jornada de este 17 de junio quedará grabada a fuego en las filas del PP de Segovia. A los populares les ha costado veinticuatro años recuperar la Alcaldía de Segovia. En el recuerdo de los más veteranos estaba la figura del último regidor popular, Ramón Escobar de Santiago, alcalde de Segovia entre 1991 y 1999, fallecido en julio de 2020. Se da la circunstancia de que una hija de Escobar, May Escobar, ocupará escaño en el nuevo Ayuntamiento y asumirá responsabilidades de gobierno. «Me gustaría tener un recuerdo para los que fueron alcaldes antes que yo, especialmente para quien ostentó este bastón de mando hace más de veinte años, Ramón Escobar, un alcalde valiente y entregado que llevó a cabo los últimos grandes proyectos por Segovia, y del que me supongo, que esté donde esté, estará orgulloso de que su hija sea una de las personas privilegiadas que hoy conforman esta corporación municipal», dijo Mazarías al comienzo de su discurso.
El alcalde nombró también a los seis candidatos del Partido Popular que le antecedieron en sus aspiraciones y no tuvieron la fortuna de convertirse en regidores de Segovia: Francisco Vázquez, Beatriz Escudero, Jesús Postigo, Raquel Fernández y Pablo Pérez Coronado. Tres de ellos, Vázquez, Postigo y Pérez Coronado, estaban en la tribuna. «Hemos hecho historia después de un cuarto de siglo y en gran medida es gracias a ellos. Todos realizaron un trabajo responsable con los segovianos y de lealtad a este Ayuntamiento», dijo Mazarías, que habló de la «familia» del Partido Popular al referirse al presidente regional de la formación y de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, al secretario autonómico, Francisco Vázquez, y a la presidenta del PP de Segovia, Paloma Sanz.
Aunque sopesó hacerlo después del pleno, el nuevo alcalde no anunciará la composición del equipo de gobierno hasta mañana lunes.
En la tribuna de autoridades, muchos representantes de la sociedad local, entre ellos los presidentes de la Federación Empresarial Segoviana (Fes), Andrés Ortega, y de la Cámara de Comercio e Industria de Segovia, María José Tapia, el vicerrector de la Universidad de Valladolid, Agustín García Matilla, el vicario general de la diócesis, Ángel Galindo, o el director de la Real Academia de Historia y Arte de San Quirce, Pablo Zamarrón.
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