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«Marisol era un referente para todos nosotros». Lo dijo Antonio José Moreira, jefe de celadores del Hospital General de Segovia tras el emocionado minuto de silencio que todos los trabajadores del complejo asistencial segoviano han dedicado este jueves a la celadora fallecida ayer, por covid-19, Marisol Sacristán Martín, de 57 años. A los sanitarios se unieron el personal del 112 y efectivos de la Policía Local y de Bomberos, que hicieron sonar las sirenas de sus vehículos como homenaje. Un prolongado aplauso despidió el acto. En los rostros de los compañeros de Marisol había lágrimas y gestos de desolación e impotencia.
Moreira definió a Marisol como una persona «de carácter y extrovertida», sanitaria de cepa (su padre, el recordado Elías Sacristán, fue el guardián de la policlínica 18 de Julio durante años y varios hermanos han sido o son celadores, como ella) y un «referente» para el personal subalterno del complejo asistencial segoviano: «Llevaba veintitantos años trabajando en el Hospital, aunque había empezado en el Policlínico, en la limpieza. Se convirtió en celadora por promoción interna y ha sido una suerte haber podido trabajar con ella, hasta el último momento».
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Marisol, persona de riesgo, había superado un cáncer y sufría diabetes, pero su trabajo era sagrado: «Ha estado siempre en Urgencias. Decía que era su sitio. Llevaba varias semanas en la UCI y al final la enfermedad ha podido con ella. Pensamos que estamos mejor de lo que hemos estado, pero llegan noticias como esta y...», dijo Moreira, que también ha estado enfermo de covid-19 pero ha conseguido vencer el mal.
Todo el equipo directivo del Hospital General estuvo en el homenaje, con el gerente, Jorge Elizaga, al frente: «Hoy es un día especialmente difícil para el Hospital de Segovia. Marisol era una trabajadora con muchísimos años en la casa, con familia en el propio Hospital, y el primer sanitario que fallece en Segovia por esta enfermedad tan desastrosa que nos ha acompañado durante el último mes. El Hospital y el equipo directivo estamos muy comprometidos para intentar sacar esto adelante y ofrecer la máxima protección a nuestros trabajadores, aunque somos conscientes de que ha habido momentos muy complicados y dificultades para conseguirlo al cien por cien. El de hoy es un día para mandar un abrazo muy fuerte a los familiares y compañeros de Marisol», dijo Elizaga.
Moreira contó alguna anécdota de la sanitaria fallecida: «Trabajábamos codo con codo y en ocasiones era inevitable que surgieran diferencias. Podíamos estar tres días sin hablarnos, pero al cuarto se presentaba con una tarta de café riquísima que hacía y todo quedaba en el olvido». El jefe de los celadores expuso el riesgo al que está sometido todo el personal sanitario en general: «Los celadores también, porque estamos en contacto con los enfermos. Es muy duro, pero si de estas cosas malas sacamos algo bueno y se nos empieza a considerar un poco.... Esperamos que la muerte de Marisol no haya sido en balde», concluyó con la voz entrecortada por la emoción.
Junto al personal sanitario estaban Rafael Alcubilla, viudo de la sanitaria fallecida, y los hermanos de Marisol, entre ellos Caridad, supervisora de quirófano, y Elías, celador y auxiliar de clínica y exalcalde de San Cristóbal de Segovia. El aplauso también iba para ellos.
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