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Las lanzaderas permiten recortar 800 expediciones semanales al casco históricoSegovia vuelve a ser escenario de un ensayo con lanzaderas al casco histórico. El objetivo prioritario es «descongestionar» las estrechas calles del recinto amurallado al minimizar la circulación de grandes autobuses. Por este motivo, este lunes comenzó una nueva fase de pruebas del sistema de ... lanzaderas, que incluye mejoras y novedades respecto a 2023. Una de ellas es la eliminación del desplazamiento a la hora de hacer el transbordo. Si bien es cierto que logran reducir el acceso de vehículos del transporte urbano al centro de la capital, amplían el tiempo de viaje en hasta 15 minutos.
«No se trata solo de dar servicio a los ciudadanos en general, sino también de acercar los autobuses a los vecinos del casco antiguo, que sepan que van a tener el servicio más cerca de sus casas», defendió el concejal de Obras, Servicios e Infraestructuras, José Luis Horcajo. Y al mismo tiempo, recortar el promedio de 800 expediciones semanales que realizan los autobuses de gran tonelaje a este distrito segoviano para sustituirlos por «buses eléctricos», explicó el director del área de Urbanos de Avanza, Sergio González.
La salida de la primera lanzadera estaba prevista sobre las 10:30 horas desde la plaza de la Artillería y en dirección a la Plaza Mayor. Fueron muchos segovianos los que se sorprendieron cuando vieron llegar a un microbús con capacidad para 33 personas y unos seis metros de largo, casi la mitad de longitud respecto a los vehículos de gran tonelaje, que son los más numerosos en el cómputo total de la flota del transporte urbano.
Sus menores dimensiones también lo hacen «más manejable», hasta el punto de «callejear perfectamente» por entornos como las plazas de San Martín y Doctor Laguna. No obstante, en el letrero luminoso aparecía el destino: Plaza Mayor. A diferencia de otros autobuses, este no hace ruido, ya que se trata de un vehículo completamente eléctrico. Su autonomía está pensada para hacer «jornadas completas» y la carga asciende a más de dos horas, según Josep Riumalló, representante comercial de Indcar, empresa que ha cedido el uso de este vehículo para hacer las pruebas.
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La segunda lanzadera, cuyo trayecto discurría por el paseo Santo Domingo y la plaza de San Esteban, entre otros destinos, llegó pocos minutos después. En esta ocasión, se trataba de un minibús de diésel, que ya había sido probado en anteriores ocasiones y el destino que anunciaba era el 'Hospital Recoletas-Misericordia'. Los viajes iniciales de ambos circuitos comenzaron sin pasajeros, pero según avanzó la jornada son muchos los usuarios que se animaron a participar en el experimento.
El grupo municipal de Ciudadanos en el Ayuntamiento insistió en la necesidad de diseñar un plan de movilidad para reorganizar el flujo circulatorio en Segovia. Horcajo remarcó que esta iniciativa trata de dilucidar si «merece la pena» ejecutar esta modificación por medio de lanzaderas. «Creo que este año funcionará mejor y habrá menos problemas», confió el concejal.
Los conductores resolvieron sendas dudas de los viajeros. Aunque a primera hora de la mañana se colocaron los carteles de aviso en las paradas correspondientes, al final de la tarde eran muchas personas las que seguían sin saber cómo continuar el trayecto al centro de la ciudad tras finalizar en la calle Ochoa Ondátegui.
Las valoraciones han sido dispares y la necesidad del transbordo vuelve a ser el centro de las críticas, ya que las esperas alcanzaron hasta cuarto de hora en multitud de casos. Mientras que la línea 5 tardaba en llegar el pasado viernes desde el Conservatorio a la calle Colón unos 18 minutos (a los que se suman otros dos caminando para llegar a la Plaza Mayor y con las salvedades del tráfico), realizar el mismo trayecto en este lunes en el microbús eléctrico requería alrededor de once minutos más, hasta sobrepasar la media hora en el cómputo total.
El tiempo del recorrido experimenta así un aumento de hasta un 55% con el nuevo sistema de lanzaderas. Y el cronómetro arroja peores cifras aún si se elige subir al centro de la ciudad a través del otro circuito -en minibús-, ya que el itinerario del viaje es mucho más amplio. Este es un hecho que ha repercutido en gran medida en los usuarios, ya que son muchos los que han comunicado su intención de subir andando para evitar la espera. La mayoría de los pasajeros que optaron por esta alternativa eran personas mayores procedentes del resto de barrios de la capital.
El inicio de la prueba con lanzaderas por la Semana Europea de la Movilidad coincidió con la puesta en marcha de un sistema de pictogramas para facilitar la accesibilidad al servicio transporte urbano a las personas con trastorno del espectro autista (TEA). Esta medida consistió en la colocación de símbolos gráficos de transmisión de información mediante una representación simplificada que ayuda a la comprensión de los usuarios con autismo del autobús, que son «alrededor de 50». Aunque podrían ser muchos más, ya que «algunos no lo usan por la dificultad que implica: no se atreven a subir», explicó la presidenta de Autismo Segovia, Susana Guri. «Pasarse una simple parada les crea muchísimo estrés y este sistema les permitirá ser más autónomos o, al menos, podrán subir al autobús con mayor tranquilidad», se alegró.
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