El patrimonio cultural de Languilla también es muy importante, como lo es su historia, que no está muy documentada, aunque hace dos milenios que hubo asentamientos.
Y aunque el patrimonio está cuidado, se cometieron errores en el pasado, como con la iglesia de San Miguel en Languilla, muy bella, pero que reformaron mal en los 60. Peor fue la suerte del templo también románico de Mazagatos, que se quemó hace 62 años y cuyas piedras y elementos de acero fueron expoliados. Cuenta la gente mayor que tenía un artesonado espléndido y un altar, reducidos a cenizas. Solo se salvaron dos reliquias: la cruz y la talla policromada de la Virgen que es del siglo XII. Para paliarlo estamos intentando recuperar el atrio y construimos hace años un contorno de piedra para evitar desplazamientos de tierra, ya que el templo se encuentra en un pequeño cerro.
Dos joyas que tienen pocos visitantes, porque como en toda la España interior, la despoblación es una lacra. Quedarte en el pueblo es maravilloso, pero lo hacemos muy pocos, e intentar que vuelvan quienes se marcharon es muy complicado.
Porque muchas veces es inviable venirse al pueblo a vivir y por eso el objetivo es que sea atractivo para que al menos acudan los fines de semana. Lo público ha de estar bonito y que quien venga esté a gusto. Da igual que se quede aquí, lo importante es que el pueblo esté bien.
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