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Galdar, ElPozo, Zaragoza, Universidad de Málaga, Las Rozas, Salamanca, Barça… Y el San Cristóbal. Los ocho mejores equipos juveniles de fútbol sala jugarán la Copa de España en Cartagena, en la misma pista que los mayores, entre el 22 y el 24 de marzo. La plantilla de Diego Gacimartín alcanza un hito sin precedentes en la provincia con el formato actual, el premio a una temporada perfecta con 14 victorias en 14 partidos. «Hay un nivel de compromiso como hacía tiempo que no me encontraba». Y lo dice alguien que ha entrenado en Primera hasta la desaparición del Segovia Futsal en 2019 y que ahora dirige a una camada hambrienta.
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Luis Javier González
El billete para la Copa de España lo gana el primero de los ocho grupos en que está divida la División de Honor Juvenil cuando acaba la primera vuelta. El San Cristóbal ha vencido en el grupo 2 a rivales de Castilla y León, País Vasco y Asturias. Los ocho campeones de invierno se miden el viernes en cuartos de final. El sábado serán las semifinales y el domingo, la final. Pase lo que pase en la cancha, el club está trabajando con sus patrocinadores para cubrir todo el fin de semana y que los jugadores no solo disfruten de los mejores equipos de su categoría sino de los partidos de los mayores, que ocuparán la misma pista por las tardes.
El San Cristóbal compartía el curso pasado grupo 1 con clubes gallegos como Coruña, que tiene a su quinteto del curso pasado entrenando con el Noia en Primera División. La reorganización responde al mismo criterio que el primer equipo, de Segunda B: reducir desplazamientos y ganar tiempo para jugadores en edad escolar. «Desconocíamos lo que era el grupo, así que no nos marcamos un objetivo», resume el técnico, que contó con seis jugadores del curso pasado y ha integrado al resto. «Según van pasando las jornadas, la confianza se va multiplicando y los resultados acompañan». Es el segundo máximo goleador (101) y el menos goleado (25). «Cada grupo tiene sus características. Vamos a ver qué nivel tenemos con respecto a los demás».
El objetivo de la Copa es claro: «Disfrutar de la competición». Gacimartín habla de algo «histórico» que han peleado hasta el final con dos equipos: Trepalio (León) y Siero, el equipo asturiano que tuvo una bala teórica para apearles del primer puesto en la última jornada. Para ello, necesitaba ganar en San Cristóbal por 15 goles. La victoria era ya hazaña suficiente, pero los segovianos voltearon un 1-2 por la puerta grande: 6-2. No solo han sido victorias amplias. «Hemos sabido competir». El técnico habla de éxito grupal y no de unos pocos. «Conseguimos que todo el equipo sumara. Jugadores de primer año dieron un paso adelante ante rivales de mayor exigencia. Todos han aportado algo diferente y han crecido».
Fiel defensor del trabajo diario, Gacimartín habla de un grupo dominador. «Llevar nuestra manera de trabajar al partido. Hay mucho trabajo de 'scouting' propio; analizar nuestras virtudes y defectos. Hemos partido de cero». Más allá del resultado en la Copa de España, el premio para el San Cristóbal es la aventura en sí misma. La Real Federación Española de Fútbol aporta una cuantía anual por día de competición. «Si te eliminan el viernes, hasta luego. Pero el club ha hecho un esfuerzo importante y quiere dar un premio al equipo. Vamos a intentar que nos podamos quedar el fin de semana». Una fiesta de fútbol sala que sirva para la formación de los jugadores; en caso de caer eliminados en cuartos, ver a los mejores de su categoría pelear por el título a lo largo del fin de semana y disfrutar de lo mejor de la élite de su deporte a nivel nacional en un lugar con tradición.
Diego Gacimartín
Entrenador del CD San Cristóbal juvenil
La buena temporada del juvenil se ha traducido en el suministro de jugadores al primer equipo, pese al abismo entra la División de Honor y la categoría de bronce del fútbol sala español. Desde Jöel, el portero que jugó los primeros partidos ante las lesiones de los titulares. Dani Huertas ha sido otro habitual: minutos y goles. Como Juan González, otro de los utilizados por Adrián Velasco, el entrenador de Segunda B. Como miembro de la plantilla está Héctor Polonio, juvenil a las órdenes de Gacimartín el año pasado. «Todos pueden aportar. El salto es grande, puede haber uno o dos jugadores, pero el peso no lo tienen que tener ellos. Nosotros trabajamos para que esos chicos puedan llegar».
Por eso la Copa de España es un premio en sí mismo. «Un fin de semana de convivencia, de compartir. Nos va a venir bien para seguir creciendo como grupo. No es el entrenamiento, es mucho más, son 24 horas». Doce jugadores que no se habían juntado hasta ahora –desde un cadete nacido en 2008 a otros de 2004– y que han dado con la tecla en poco tiempo. Que asumen dobles sesiones en fechas navideñas cuando no hay clase. Y que hoy reciben a la selección de Castilla y León sub-16 a partir de las 17:30; mientras, el primer equipo se mide a las 19:30 a la sub-19. «Ellos tienen ganas de aprender y yo de enseñar. Estoy disfrutando muchísimo».
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