La Junta rebaja a nivel 1 la peligrosidad del incendio de Navafría

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La mejoría de la situación y la desaparición de humo contribuyeron a que el sábado por la mañana se reabriera a la circulación con normalidad la carretera nacional N-110. Los trabajos de extinción se centraban en la ladera de la sierra. Asimismo, otro síntoma de la estabilización del incendio declarado este pasado viernes es que la Unidad Militar de Emergencias (UME) ha iniciado un repliegue escalonado de su contingente desplazado a la zona. Así lo anunciado a primera hora de la tarde de este domingo a través de sus perfiles en redes sociales.

El equipo militar que ha ayudado a refrescar el terreno, a atacar los focos internos humeantes y a perimetrar el incendio ha estado compuesto por 18 miembros de la unidad, que también han aportado tres autobombas. Esa retirada progresiva y la declaración del nivel 1 de peligrosidad después de dos días en nivel 2 se traducen en que el fuego puede controlarse con los medios que prevé el plan Infocal de la propia Junta de Castilla y León, incluyendo medidas de protección de las personas.

Por lo tanto, el incendio de Navafría está más cerca de estar controlado, pese a permanecer activo. Las labores llevadas a cabo por los equipos del dispositivo entre la madrugada del sábado al domingo y la mañana dominical ha surtido el efecto deseado, ya que concentraba sus esfuerzos en localizar y apagar los llamados focos internos aún humeantes y ardiendo, que entrañaban un peligro en caso de producirse remolinos de viento que reactivasen esas llamas y restos incandescendentes, como explica el delegado territorial de la Junta en Segovia, José Mazarías.

Hasta las 10 horas de este domingo, el incendio ha destruido unas mil hectáreas, de las 880 son de pinos silvestres enclavados en la falta de la sierra, dentro del Parque Natural de Guadarrama, tal y como señala la Consejería de Fomento de Medio Ambiente. La estabilización del fuego parece haber frenado las pérdidas naturales. También ha habido daños materiales, como los dos pajares y la vivienda de Torre Val de San Pedro que han sido devoradas por las llamas que se propagaron con rapidez inusitada y gran voracidad en las primeras horas.