La Junta «identifica» los lotes de tortillas retirados por el brote de botulismo

El consejero también añadía, a preguntas de los periodistas, que los productos bajo sospecha habían sido «retirados, sin perjuicio de su posterior estudio y análisis»; y calificaba de «relevante» la colaboración con la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan), así como la predisposición de la empresa.

Las últimas horas han sido frenéticas y los movimientos de ficha se han acelerado desde que el pasado fin de semana la planta segoviana recibiera la primera inspección, que, según fuentes cercanas a la compañía, se centró en comprobaciones de «papeles y administración». Sin embargo, la investigación del organismo estatal ha ido a más en las jornadas posteriores. Una, dos, tres y hasta cuatro visitas en cinco días para analizar las instalaciones, los procesos de producción, los equipos... El grupo alimentario insistía este jueves en que, «hasta el momento, no se ha podido establecer una evidencia, ni en los productos ni en los procesos, que relacionen causa efecto».

La misma afirmación habían hecho 24 horas antes a El Norte de Castilla. «No hay pruebas científicas», repetían fuentes de la compañía para desvincular los casos confirmados a través de la Aesan de botulismo de las tortillas precocinadas fabricadas en Mudrián.

La noche de este pasado miércoles es clave en el devenir de los acontecimientos. Es cuando la compañía alimentaria da el paso y decide adoptar medidas «preventivas», como las describe en un comunicado remitido casi de madrugada. Una de ellas es la de «detener temporalmente» la producción de tortillas de la planta de la provincia de Segovia. La distribución desde las naves de Mudrián al resto de España ha quedado en 'stand by', pero no la exportación al extranjero.

¿Pero cuál es la razón que les hace interrumpir la fabricación? El miércoles por la tarde-noche la Dirección General de Salud Pública emite la alerta sanitaria por botulismo en un documento en el que desgrana los hechos ocurridos hasta ese momento y los motivos que justifican la activación. Ya es oficial. El grupo Palacios reacciona y, además de parar provisionalmente la producción en las líneas de Mudrián, anuncia la retirada «voluntaria y preventiva» de las tortillas precocinadas de su marca de los estantes de tiendas y supermercados que las comercializan «al asociarse este producto a los casos de botulismo confirmados en los últimos días», precisa en el citado comunicado nocturno.

La maquinaria de notificaciones se pone en marcha. Los eslabones van engarzándose en la cadena de respuesta ante una alerta de estas características. Palacios solicita a todos aquellos que hayan adquirido estos preparados en alguna de estas cadenas, Chef Select, Auchan, Eroski, Unide, Consum, DIA, Ametller, Condis, El Corte Inglés, Carrefour, Alipende y Rikissimo, «se abstengan de consumirlo». Si se confirmara algún caso de botulismo a partir de la alerta, la empresa tendría que enfrentarse a responsabilidades jurídicas. Además, la compañía pide a los clientes que devuelvan las tortillas al punto de venta en el que las compraron, donde les será reembolsado el importe.

Prácticamente al mismo tiempo, de forma paralela, la Junta de Castilla y León identifica los lotes, localiza los supermercados y remite el aviso de retirada. La Administración regional verifica el proceso, como atestiguó el portavoz del Gobierno autonómico.

Así pues, es la citada alerta sanitaria de la Dirección General de Salud Pública la que detona la cadena de reacciones. En ella, se especifica que el pasado 11 de julio «Italia notificó a través del Sistema de Alerta Precoz y Respuesta de la Unión Europea (EWRS) dos casos de botulismo cuyo único alimento en común había sido una tortilla de patata envasada consumida en España». Estos dos afectados italianos son una joven de 23 años y su padre, de 61, que consumieron este producto en Valladolid el 30 de junio y empezaron a tener los primeros síntomas entre el 1 y el 2 de julio, cuando ya estaban de regreso a su país.

La Dirección General de Salud Pública informa de que hay, en total, siete casos. De ellos, además de los transalpinos, existen otros tres más confirmados en España. En concreto, en Madrid, Galicia y Asturias. Los intoxicados tienen 43, 49 y 50 años, respectivamente. Al parecer, tomaron la tortilla envasada entre el 19 de junio y el 5 de julio. Los tres, además, han requerido tratamiento en una Unidad de Cuidados Intensivos. Completan el brote dos casos probables, tal y como los definen Salud Publica y la propia Agencia de Seguridad Alimentaria y Nutrición, que han sido notificados a la Comunidad Valenciana y Andalucía. Los posibles afectados tienen 49 y 27 años, que sintieron los primeros síntomas el 21 de junio y 1 de julio, respectivamente. El consumo de la tortilla se produjo entre el 19 y el 30 de junio.

Por su parte, el grupo alimentario ha hecho sus propios controles mediante la realización de analíticas a 87 muestras para detectar el 'clostridium botulinum' y sus toxinas. «En ninguna se ha descubierto ningún agente patogénico», subrayan fuentes de la empresa alimentaria.

En la pequeña localidad segoviana, de apenas 200 habitantes, donde la empresa fabrica las tortillas frescas envasadas al plato y también la gama de pizzas de la marca, reina la incredulidad. Algunos vecinos consultados desconfían de que los casos de botulismo estén vinculados a las elaboraciones de la planta. Otros ignoraban la noticia, había incluso quien exhibía su tranquilidad porque «las tortillas que comen son con huevos de mis gallinas, que las tengo allí al lado de la fábrica», comentaba uno de los convecinos.

Un abuelo que se acercó este jueves con su nieto a los alrededores de la planta apuntaba que «no creo» que hayan causado el brote de botulismo que ha desencadenado los protocolos de seguridad. Las tortillas «solo llevan huevina y patata», razonaba este hombre.

En la factoría se impone el mutismo. En medio de las idas y venidas de camiones y furgonetas de reparto, los trabajadores callaban. «Yo no puedo hablar nada, lo siento», admitía uno de los empleados. Otro comentario que pululaba entre los vecinos preguntados es que en la empresa de Palacios «pasan varias revisiones, siempre llevan un control muy estricto en todo ello», por lo que dudan de que el origen del brote de botulismo sea la nave de Mudrián. En el mismo corrillo, especulaban que la toxiinfección alimentaria puede deberse incluso a la forma de ingerir la tortilla, por ejemplo, «a una mayonesa que hayan mezclado».

Los vecinos son conscientes de que estos días «estamos en el foco» y esperan que «esto haya sido solo un bache y se resuelva». Desean que la investigación de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición descarte finalmente que las tortillas que se elaboran en la planta de Mudrián sean las causantes de las toxiinfecciones detectadas; anhela que la industria pueda volver a la normalidad y mantener la producción y el empleo que genera e n esta zona de la Tierra de Pinares.