Jesús Vidal, nuevo obispo de Segovia: «Estoy seguro de que me iré haciendo segoviano»

La noticia se ha dado a conocer este martes por la mañana, en una convocatoria urgente que se celebraba justo al mismo tiempo en que la sala Stampa del Vaticano hacía pública la renuncia de César Franco al cargo. Su continuidad, como ya anticipó hace ahora un año el vicario general, Ángel Galindo, no ha supuesto ningún cambio en la diócesis a pesar de la prórroga, una circunstancia que no es extraña en el estamento eclesiástico.

El sucesor de César Franco al frente de la Diócesis de Segovia tiene un amplio currículum pese a constituirse como uno de los obispos más jóvenes del territorio nacional. Nacido en Madrid en 1974, se licenció en Ciencias Económicas y Empresariales en la Universidad Complutense de Madrid en 1997 y ese mismo año ingresó en el Seminario Conciliar. Fue ordenado sacerdote en la catedral de La Almudena en 2004 por el arzobispo emérito y cardenal Antonio María Rouco Varela. Años más tarde, en 2017, fue nombrado obispo auxiliar de Madrid por el también arzobispo emérito y cardenal Carlos Osoro.

«Ya soy segoviano, ahora lo soy por nombramiento, estoy también seguro -porque las cosas son así- de que me iré haciendo segoviano», subrayó durante su presentación como nuevo obispo de la diócesis provincial, que tuvo lugar en Madrid. «Deseo muy grande de caminar y apender con los fieles segovianos», aseguró.

El de Jesús Vidal era uno de los nombres que sonaban para recoger el testigo del prelado de Segovia, que precisamente accedió al cargo de máximo representante de la Iglesia Católica en la provincia por nombramiento expreso del papa Francisco después de su desempeño en Madrid. Si bien es cierto que reconoció que su experiencia en los espacios rurales «no es mucha, no soy muy consciente», insiste en que «uno no lo tiene que saber todo». Por ello, asumió llegar a su nueva sede «con ganas de escuchar a quienes están allí».

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Su trayectoria en los últimos años ha tenido como escenario un seminario grande como es el Conciliar de Madrid, en el que fue rector. Hace tan solo dos años, fue nombrado como administrador apostólico de Alcalá de Henares, después de que el papa Francisco aceptase la renuncia por edad de Juan Antonio Reig y hasta la llegada del nuevo obispo Antonio Prieto. Su próxima experiencia tendrá lugar en un espacio muy diferente, en la diócesis de Segovia, «con menos seminaristas y en colaboración con el teologado de Ávila». Con este organismo mantiene una buena relación, según afirmó.

Su discurso ha sido recibido con sendos aplausos y también ha remitido una carta a su predecesor, César Franco, a quien ha agradecido su labor; así como al obispo emérito Ángel. «Lo que quiero es llevar un mensaje de alegría y esperanza», declaró a la vez que confesó que le costaba encontrar palabras para describir lo que sentía debido a la emoción. «Cuando el Señor llama, lo que provoca es, además de un cierto momento de verse sobrepasado por la grandeza de la misión, alegría en el corazón», señaló.