Segovia

Los internos limpian la cárcel de Perogordo ante los impagos a las trabajadoras

«Estamos en el limbo», asegura la delegada sindical de las trabajadoras de limpieza de la prisión segoviana de Perogordo, Beatriz Amorín. Las empleadas denunciaron retrasos en el abono de las nóminas e incluso impagos, que se extienden por un periodo superior a cuatro meses, a través de la Federación de Servicios Movilidad y Consumo (FeSMC) de UGT Segovia.

La plantilla confiaba en que una nueva licitación del servicio de limpieza pusiera solución a este problema. Sin embargo, cuando llegó la fecha en que se tendría que haber renovado el contrato con otra entidad -el 16 de agosto-, acudieron a sus puestos de trabajo pero no pudieron ni entrar a la prisión «al no haber ninguna empresa». «Nos firmaron un documento en el que figuraba que, hasta que no entrase otra, no nos podían subrogar», explica.

En un principio, el personal mantiene su puesto laboral con las mismas condiciones que tenía con la sociedad deudora, con sede en Madrid. Pero «ninguna empresa quiere hacerse cargo de los impagos que nos ha dejado», lamenta. En concreto, no han sido abonadas las últimas cuatro mensualidades relativas a siete contratos, de los cuales solo uno goza de la modalidad de jornada completa.

«Estamos sin trabajar pero tampoco nos han despedido, ya que es una subrogación. Quisimos ir al paro y tampoco nos dan esa opción, no percibimos ningún cobro desde hace varios meses», relata Amorín. El conflicto laboral ya está judicializado tras presentar denuncias y elevar la queja tanto a la Inspección de Trabajo y a los sindicatos como a la Subdelegación del Gobierno en Segovia. «Quizá hasta dentro de un año no sale el juicio», afirma preocupada.

Los propios internos son los que se encargan a día de hoy de las labores de limpieza en la prisión de Segovia, ya sea en el interior de los módulos y celdas o en las oficinas. «Van acompañados de un funcionario, pero puede llegar a ser peligroso», sostiene la delegada sindical. Algunos rumores adelantaban la adjudicación de la limpieza de la cárcel por parte de una empresa a lo largo de septiembre. Aún no se ha conocido ningún avance.

Esta incertidumbre tiene consecuencias en la plantilla, según estima la representante de las trabajadoras. «Pasa el tiempo y al final las que salimos perjudicadas somos nosotras», puntualiza. «Mentalmente pasa factura, cada día pensamos: a ver qué va a pasar hoy», asevera. Todo ello cuando las irregularidades en el pago se experimentan desde enero. «Estamos en una situación de bloqueo», concluye Amorín.