Segovia

Los incendios de este verano apenas alcanzan el 5% de la superficie arrasada en 2022

Segovia ha registrado 75 fuegos durante la época estival, aunque suma 25 más si se tienen en cuenta los de los meses inmediatamente previos. En su mayoría, se trata de pequeños incendios, conocidos como conatos, que en ningún caso superan los 10.000 metros cuadrados de terreno calcinado. Estos suponen el 87% del total y, en su conjunto, devastaron cerca de ocho hectáreas de superficie forestal en los últimos cuatro meses.

En este mismo periodo hubo 13 incendios de mayores dimensiones, que afectaron a un área de unas 50 hectáreas, según los datos provisionales que publica la Junta de Castilla y León. Por tanto, aproximadamente 59 hectáreas de terreno -lo equivalente a 70 campos de fútbol- han sucumbido a las llamas en la provincia desde enero.

Esta superficie apenas supone el 5% de toda la que fue arrasada por el fuego en 2022, cuando los incendios asolaron más de 1.400 hectáreas, la peor cifra en más de una década. Fue en julio de ese año cuando tuvo lugar el incendio de Navafría, el segundo más voraz de la historia de Segovia desde que se tienen datos, solo superado por el que se originó en Honrubia de la Cuesta en 2008.

A falta de tres meses para cerrar el ejercicio, 2023 se convierte en uno de los mejores años para la conservación del medio natural. El dato de terrenos calcinados está en la media de 2016 y 2020, que rondaron del mismo modo el medio millón de metros cuadrados devastados por el fuego. No obstante, todavía queda lejos el edén de 2018, cuando los terrenos quemados no superaron la veintena de hectáreas.

Es cierto que se han declarado más incendios que en anteriores periodos, pero la rapidez en la extinción también ha sido protagonista. Muy pocos fuegos han permanecido más de 24 horas con focos activos, ya que, según lo partes informativos, solo uno en Ayllón y otro en Chatún, localidad perteneciente a Cuéllar, se demoraron más de una jornada en ser controlados. El primero se inició el 17 de junio y se desconocen tanto las causas como la superficie asolada; mientras que el segundo, que tuvo lugar el 31 de agosto, sigue en investigación y arrasó más de once hectáreas de pino, hasta convertirse, por el momento, en el incendio más grave del año.

Las intensas lluvias que precedieron el comienzo del verano y las precipitaciones que descargaron cientos de litros en septiembre han condicionado, en gran medida, que no se hayan presenciado monstruosas llamas que sí se observaron el año pasado. Asimismo, también ha hecho menos calor. Mientras que en 2022 la ciudad estuvo en alerta por altas temperaturas un total de 34 días -la catástrofe natural de Navafría coincide con varios días en un aviso naranja-, en la época estival recientemente finalizada tan solo se produjeron once.

Las olas de calor son epicentro de multitud de los incidentes ocurridos. Sin embargo, llama la atención que la jornada récord en incendios sea la del 21 de julio, que no presentó avisos ni en sus dos días anteriores ni en los posteriores. Entre las 13:00 y 21:50 se generaron seis fuegos en diferentes puntos de la provincia. Desde Turégano y Navalilla, ambos por la caída de un rayo; hasta Gudillos (El Espinar), Cuéllar, Coca y Ochando (Santa María la Real de Nieva).

Los días 14 y 15 de agosto, que tampoco coinciden con calor extremo, los bomberos tuvieron que sofocar las llamas de tres fuegos cada día. Asimismo, las tormentas eléctricas del 2 de septiembre provocaron incendios en Cuéllar, Cantalejo, Vallelado y Lastras de Cuéllar. A ellos se suma otro en Ituero y Lama, a raíz de un incidente en una línea eléctrica. Incluso a mediados de junio los rayos desembocaron en la quema de 9,5 hectáreas de pino en Montejo de Arévalo, que se instituye como el segundo incendio con mayor extensión del verano.

Los desastres más graves se han concentrado entre el 19 de julio y 31 de agosto, y han tenido como escenarios, además de los ya enunciados, a Marugán, Mazagatos (Languilla), El Espinar, el núcleo de San Rafael, Otero de Herreros, Encinillas o Lastras del Pozo. Asimismo, agosto y septiembre han empatado en número de fuegos, con 22 por cada mes. Están seguidos de julio, con 19; junio, con siete; y octubre, con cinco. Es destacable que la época de riesgo alto fue inaugurado el mismo día de su apertura, con un conato en Navalilla tras la caída de un rayo, y finalizó con otro incendio, en esta ocasión en Marazoleja e intencionado.