A Susana del Castillo, de 61 años, le diagnosticaron hace casi dos años un cáncer peritoneal, una metástasis del foco ovárico. Tras una primera quimioterapia, pero necesitó una segunda fase —seis meses cada una— que terminó en noviembre. «Va a ser recurrente. Cada poco tiempo ... irá dando la cara». Un tratamiento con consecuencias, como una fuerte fibromialgia enfocada en brazos, hombros, cadera o lumbares. «A nivel emocional, es una montaña rusa. Estás que vas a por todas y otras veces no sabes si ir a por nada». Su mayor pérdida es la memoria. «Yo la tengo para Toledo, es tremendo. Es de las cosas que más me paralizan», lamenta.
Publicidad
Mantenía el hábito de pasear, salvo cuando se ahogaba. «Estuve un tiempo haciendo pilates porque aconsejan que se haga ejercicio, sobre todo de fuerza, para sobrellevar la quimio y el malestar que provoca. Pero no me sentó del todo bien». Así que aceptó la sugerencia de su oncóloga y probó suerte en el grupo piloto de ejercicio físico. Y ha mejorado.
«Es un cansancio extremo. Tengo que hacer un esfuerzo por venir, pero salgo con un chute de energía brutal», se alegra. Ha mejorado su cardio. «Correr aguantaba, nada, media sala. Ha habido un proceso en el que sí, me he hecho más fuerte».
0,99€ primer mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.