

La Guardia Civil analiza un fumigante como causa de las muertes en Carbonero de Ahusín
Sucesos ·
El cereal almacenado en una nave contigua a la vivienda de la madre e hijo fallecidos había sido tratado con este productoSecciones
Servicios
Destacamos
Sucesos ·
El cereal almacenado en una nave contigua a la vivienda de la madre e hijo fallecidos había sido tratado con este productoEl almacén de cereal anexo a la vivienda del joven y su madre fallecidos este domingo y lunes en Carbonero de Ahusín había sido fumigado ... con fosfuro de aluminio la semana pasada. Así lo anuncia un cartel dispuesto en la entrada a la nave, que comparte pared con la residencia de los afectados por una posible intoxicación. Una unidad de Desactivación de Explosivos y Defensa NRBQ (Nuclear, Radiológica, Biológica y Química) se trasladó este martes a la localidad segoviana perteneciente a Armuña para recoger muestras biológicas que, al cierre de esta edición, se encontraban en proceso de análisis.
Operativo de la Guardia Civil para esclarecer las muertes en Carbonero de AhusínVer 42 fotos
El entorno de la casa familiar y el almacén, al suroeste de Carbonero de Ahusín, fueron precintados este lunes por la Guardia Civil ante el riesgo biológico presente en las edificaciones. En las primeras horas de este martes varias patrullas inspeccionaron el lugar con el objetivo de esclarecer las muertes del joven Miguel Llorente, de 16 años, y su madre Natividad Herrero, de 58 años, en apenas veinticuatro horas. Todo ello cuando el progenitor de 59 años, Nicolás Llorente, agricultor y ganadero de profesión, permanecía ingresado en la UCI en estado grave, pero estable, al final de la jornada.
Una de las hipótesis manejadas era la presencia de una sustancia química en la nave de grandes dimensiones que, por una fuga a la vivienda, pudiera haber provocado la intoxicación de tres miembros de la familia y su posterior empeoramiento de salud. Ante ello, los agentes de la Benemérita aislaron el entorno para evitar el paso de vecinos y el personal no autorizado. Después de levantar una unidad de desinfección, los especialistas de Sedex-NRBQ llegaron desde Madrid minutos antes del mediodía para hacer un reconocimiento del lugar de los hechos.
El despliegue de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado era evidente en una pequeña localidad que apenas llega a los cien habitantes. Muchas de sus casas son segundas residencias y en ella «nunca pasa nada, y mucho menos cosas así», lamentaron varios habitantes. Esto despertó inseguridad y preocupación entre los vecinos, que continuamente se acercaron al lugar del operativo en un fraguado intento de encontrar respuesta concreta a sus dudas.
Muchas personas se enteraron del triste infortunio por la presencia de hasta una veintena de agentes de la Guardia Civil en las calles. Aunque las banderas no se bajaron a media asta y el sol brilló en un cálido día de marzo, el sentimiento de pena compartida estuvo y está presente en cada plaza, portal y descansillo. La alcaldesa pedánea de Carbonero de Ahusín, Sandra Ayuso, prefirió no realizar declaraciones, pero mandó un mensaje de apoyo a los familiares.
Ciertamente, la tragedia había importunado la tranquilidad cotidiana del pueblo. Consternación, «shock» y sin fuerzas para hablar eran las causas del mutismo que protagonizaban el ambiente de los vecinos, que no perdían un segundo en compartir estas sensaciones con sus allegados. Dos familiares de las víctimas, rotos por el dolor, mantuvieron varios encuentros con los agentes de la Benemérita para facilitarles las llaves de la casa ante la previsión de entrar en sus estancias. No obstante, en un principio se contempló la posibilidad de sellar las puertas y ventanas.
El grupo especializado hizo uso de dos robot que accedieron a ambos edificios para detectar cualquier atisbo de sustancia de carácter tóxico. Asimismo, otros agentes midieron con dispositivos las concentraciones de químicos que salían por los canalones. En este procedimiento, se observó que las puertas del almacén compartían lugar con un cartel de aviso que prohibía la entrada al haber fumigado el trigo amontonado en sus dependencias con fosfuro de aluminio.
Los agricultores emplean este compuesto habitualmente como insecticida para matar los gorgojos de los granos de cereal. Suele dispensarse en pastillas que liberan gas fosfina cuando se exponen a la humedad. Es un producto clasificado como «extremadamente tóxico» por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que cifra la dosis letal en un miligramo por kilo de peso humano.
El tratamiento es realizado por una empresa experta en fumigaciones o antiplagas y requiere un periodo de cuarentena en el que la nave se mantiene precintada. Según fuentes del operativo, el tiempo de espera en la de Carbonero de Ahusín finalizaba este mismo martes.
Los testimonios de conocedores del trabajo agrícola no dan crédito a estos hechos. «Es un proceso que Nico llevaba a cabo todos los años y nunca había pasado nada», argumentan, en medio del ruido del tránsito continuo de tractores y camiones por la carretera. A su vez, refieren que su vecino, en estado grave, es un afamado agricultor y ganadero reconocido en toda la comarca por su dilatada trayectoria y experiencia. «No lo entendemos, no puede ser eso», sostienen.
La vivienda había sido sufrido reformas hace escasos meses, aunque las hipótesis que justifican una posible intoxicación por esta sustancia siguen abiertas. Las persianas se encontraban medio bajadas o cerradas al completo. La luz del porche permanecía encendida.
A las 14:30 horas, dos efectivos vestidos con equipos de protección individual conocidos como trajes NBQ, que portaban bombonas de oxígeno, accedieron al almacén y a la vivienda para recoger muestras y analizarlas. Todo ello con el objetivo de esclarecer las causas del fatal suceso. Este proceso duró más de dos horas y requirió el apoyo de dos supervisores y dos agentes que, uniformados con la misma indumentaria, desinfectaron posteriormente a sus compañeros por el contacto con la sustancia tóxica.
Las puertas del Tanatorio de San Juan de la Cruz, gestionado por la Agencia Funeraria Santa Teresa y situado en la capital segoviana, se abrieron este martes a partir de las 18:30 horas para despedir a Natividad Herrero y Miguel Llorente, madre e hijo fallecidos por una posible intoxicación en Carbonero de Ahusín. Multitud de personas no perdieron oportunidad en acudir a consolar a la familia, especialmente a sus dos hijas. Pero también para pedir la recuperación de su padre, Nicolás Llorente, ingresado en estado grave en la UCI desde el domingo. El funeral tendrá lugar este miércoles a las 17:00 horas en la pequeña localidad de residencia de la familia.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Santander, capital de tejedoras
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.