El acta de Francisco Sáez Vital habla del partido que San Fernando y Gimnástica Segoviana disputaron el domingo en Gran Canaria como algo ordinario. Un día que el club azulgrana vivió como una persecución centrada en la persona de Dani Plomer, cuya integridad física corrió peligro no solo dentro sino fuera del campo ... . Que un equipo entero le retire el saludo a un jugador rival en el pasamanos ya es una rareza en una categoría como Segunda RFEF, sin los recursos del fútbol profesional, pero con una visibilidad notable en muchas capitales de provincia. Cuando dos jugadores locales le escupieron, el balear se secó la camiseta y se lo contó al árbitro. Su respuesta fue: «¿Ya estamos?»
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Luis Javier González
La Segoviana ha presentado alegaciones al acta «para que se impongan las medidas disciplinarias oportunas ante los graves incidentes deportivos ocurridos instantes antes del partido». El club adjunta un vídeo de unos 50 segundos del pasamanos en el que se observa que ningún jugador local le ofrece la mano a Plomer y que dos de ellos, especialmente Kilian, se giran hacia él para, presuntamente, escupirle. El Comité de Competición determinará si las imágenes son prueba suficiente para imponer sanciones a los canarios.
Fue un final inesperado tras una semana de conversaciones amistosas entre las directivas de ambos clubes. De prometer todas las facilidades del mundo a no dejar a la plantilla azulgrana los conos para calentar, así que tuvieron que suplirlos con balones o ropa de jugadores tirada sobre el suelo. Ya entonces, había algún insulto de los locales hacia Plomer. Una agresividad que se quedó en el campo, pues las aficiones no chocaron. El medio centenar de gimnásticos no sufrió una hostilidad mayor que en otros recintos.
La delegación azulgrana habla de hostilidad en el ambiente, en las miradas. Y de su sorpresa al llegar y ver que no había Policía Nacional en el recinto, por más que la comisaría segoviana había contactado con la grancanaria por las circunstancias, el rifirrafe de la ida. Un trámite –la Segoviana informa habitualmente de su plan de viaje– que sorprendió al San Fernando. Al final, los agentes –hasta seis– acudieron en el descanso y se quedaron hasta el final del encuentro.
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La sensación del club, que supo el viernes por la mañana mediante un mensaje de WhatsApp que no se retransmitía el encuentro en directo, es de una encerrona premeditada. Lo cierto es que la plataforma Football Club no tenía siquiera anunciado el encuentro durante la semana, mientras sí anunciaba el calendario con el resto de partidos televisados en la categoría. No es que se suspendiese la retransmisión, es que nunca estuvo anunciada. No es el primer partido que no cubre esta empresa, pues tampoco emitió el Llerenense-Segoviana –este sí estaba anunciado– al no disponer de cámaras.
Plomer asumió durante la semana una recepción hostil en conversaciones con el club, pero nadie esperaba que fuera de semejante tamaño. El balear llegaba tras su partido más completo con el club en casa del Adarve, un despliegue poderoso como falso nueve y un gol. No se planteó prescindir de un titular habitual, máxime en un equipo corto de delanteros y con Dani Segovia tocado. Esté o no relacionado con la caza a su compañero, lo cierto es que otros jugadores clave como Fer Llorente, Hugo Díaz o Rubén no estuvieron a su nivel.
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Ya antes del partido, el cuerpo técnico había dado lunes y martes como días libres, un periodo necesario para Plomer, que despejó la cabeza con su pareja. La plantilla vuelve hoy a los entrenamientos con el incentivo de jugar cuatro de los próximos cinco partidos en La Albuera, un tramo clave para mantener sus aspiraciones del 'playoff' de ascenso de un equipo que es cuarto. Mientras, el San Fernando ocupa puesto de promoción y jugará con cuatro de los seis primeros en lo que queda de liga. Una realidad que no cambia la saliva.
La experiencia de Dani Segovia le hace una voz autorizada en el vestuario azulgrana. «En cuanto lo cambien por mí, llévatelo, sácalo de aquí», le dijo al vicepresidente de la Gimnástica Segoviana, Juan Carlos Renedo, en referencia a Dani Plomer, al que ya sabía que reemplazaría. «Lo dice un tío de 38 años al que ya han pegado en Canarias», pone en valor su interlocutor. Tras hablarlo con el presidente, Agustín Cuenca, y convencer al entrenador, Ramsés Gil, aceptaron que era el mejor remedio dada la enfermedad.
Por si hubiera dudas, Astray, que salió del campo a la vez que Plomer, refrendó el mensaje: «Juancar, llévatelo ya». Tras la sustitución, el balear se marchó al vestuario, afectado tras una de las experiencias más duras de su carrera. Renedo le dejó ducharse y vestirse mientras fue a recoger su coche de alquiler en un barrio complicado, con coches abandonados, para llevarlo a la puerta del estadio. El camino desde el vestuario –apenas 20 metros– tampoco fue agradable: «¡Te has tenido que traer a un matón! Cagao!» Más los insultos más populares. Trasladó al balear al hotel para que luego se incorporara a sus compañeros de regreso a Segovia.
Fue el punto final a un drama: «Todo el partido insultándome, escupiéndome y diciéndome que no iba a salir vivo». Fue lo poco que pudo articular Plomer. Una amenaza que no solo recibió él, pues otro rival le dijo en el campo a Segovia. «Yo tengo 38 años, mi vida en el fútbol está acabada, pero este tío no sale de aquí».
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