Segovia

Las gasolineras fantasma se expanden y ya representan el 20% de los surtidores

Es una modalidad que ha proliferado estos años en el conjunto provincial a raíz de la implantación de marcas de bajo coste. Los conductores segovianos cada vez están más habituados a efectuar el abono del carburante y rellenarse el depósito por sí mismos. Hay instalaciones que tan solo reciben la visita de un profesional del gremio para realizar puntuales revisiones y labores de mantenimiento, ya que el resto del día permanecen desatendidas.

Precisamente, este es el término que se utiliza de forma general para diferenciarlas del servicio asistido -un empleado se encarga tanto de cobrar como del suministro de carburante- o autoservicio -el empleado solo realiza las gestiones de pago, aunque también auxilia a aquellas personas que desconocen cómo llevar a cabo el proceso de repostaje-.

«Hay muchas gasolineras que han pasado de tener varios trabajadores a carecer totalmente de ellos por este motivo», asegura el presidente de la Asociación Segoviana de Estaciones de Servicio (Ases), Pablo Sousa, quien también se encuentra al frente de la estación ubicada en el paseo de Ezequiel González, en la capital segoviana. «Poner todo automático es una opción: los hay quienes apuestan todo al precio y otros, a la calidad en la prestación del servicio», indica. Si se opta por esta última preferencia, «no puedes dejar los surtidores desatendidos», subraya.

Por el momento, la modalidad fantasma es minoritaria. Al menos en Segovia y su alfoz, ya que de las 18 gasolineras que tiene registradas el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, cuatro ya han puesto en marcha el servicio automático. Esta cifra se traduce en un 20% del total de las estaciones de servicio, lo que también se extrapola al conjunto provincial. La mayoría de los negocios que cumplen con este parámetro son 'low cost'. «Un 90% de las que están abriendo ahora son desatendidas», declara Sousa.

Algunas de las compañías distribuidoras que operan de forma automática son Plenoil, que se encuentra en el núcleo de Parque Robledo y también en el polígono del Cerro; y Ballenoil, con presencia en el mismo área industrial y en La Lastrilla. En tan solo unas semanas, también será la marca comercial que operará en la gasolinera popularmente conocida como La Pista, en el barrio de San José.

Esta deriva ya se percibe desde hace algunos años. «El mercado ha cambiado, los precios son los que son y evidentemente los clientes tienen el ahorro muy en cuenta», señala el delegado sindical de CC OO en la negociación de Cedipsa en Castilla y León, José Ignacio Blanca. «Este tipo de estaciones no se dedican al empleo, no son buenas en relación a la creación de puestos de trabajo», critica.

El presidente del gremio de las gasolineras en Segovia considera a su vez que «nadie debería manejar una manguera de gasolina si no está formado para ello». Sousa ejemplifica con accidentes que pueden ocurrir si no se tiene cuidado. «Perfectamente puede ir alguien fumando y que se le caiga gasolina al suelo; es peligroso», relata. Son varios motivos los que llevan a esta nueva tendencia en la prestación del servicio. Es una apuesta unánime de aquellas estaciones que persiguen reducir los costes de personal, que «cada vez son mayores», asevera.

Tener más empleados «lógicamente cuesta más dinero». A ello se suma la dificultad que predomina en el sector a la hora de encontrar trabajadores. Esta escasez de demandantes de ofertas laborales en gasolineras «es una realidad», lo que el representante segoviano justifica con que «generalmente somos empresas que trabajamos todos los días de la semana, festivos y domingos, incluso fechas como Nochevieja o Año Nuevo; también de noche», declara.

La reciente estabilidad de la que gozan los precios desde hace algo más de un año también ha permitido equilibrar el mercado. Las diferencias económicas son aún perceptibles en una comparativa entre la variedad de negocios que llevan a cabo su actividad en la provincia, desde los más tradicionales hasta los más automatizados. Pero Sousa ya no explica estas fluctuaciones por los costes del barril de petróleo, sino que hace hincapié en los diferentes niveles de calidad en la atención a los clientes que brindan las compañías.