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Dijo el Papa Francisco en una de sus catequesis que «el de la verdad y la libertad es un camino fatigoso que dura toda la vida», que «es fatigoso permanecer libre, pero no es imposible». Bien saben en Garcillán que la palabra del Santo Padre no es errada, teniendo en cuenta la experiencia de sus ancestros que lucharon judicialmente por la libertad del municipio.
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En 1639, el rey Felipe XI promulgó una 'Carta de Privilegios y Venta del lugar de Garcillán, jurisdicción de la ciudad de Segovia, a don Diego de Porres y Castro', hidalgo de alta alcurnia, cuyo apellido llevaba siglos arraigado a la localidad y que era dueño de la villa.
Dichos privilegios fueron sucedidos y se encontraron con la oposición de las gentes que en la villa habitaban, quienes emprendieron una batalla legal reivindicando su libertad y anhelando su proclamación.
Y la ganaron.
El 23 de abril de 1759 fue firmada la 'Real Carta Ejecutoria despachada en el Real Consejo de Hacienda y Sala de Justicia a favor del Concejo, Justicia, Regimiento y Vecinos de Garcillán', que resolvía el pleito mantenido con el marqués de Zafra, marido de doña María Ignacia de Peñalosa, pariente de don Diego de Porres, «sobre el tanteo a la jurisdicción, señorío, vasallaje, Alcabalas, Mostrencos, Escribanías y demás derechos a él anexos y pertenecientes, habiéndose declarado en favor de la villa». Dicho de otra forma: a partir de ese momento, el pueblo pasaba a pertenecer a quienes eran el pueblo; a ser propiedad de sus vecinos.
1639: El rey Felipe XI promulgó una carta por la que entregaba la localidad a don Diego Porres y Castro.
1759: El 23 de abril fue firmada la Real Carta Ejecutoria por la cual se le dio la razón a los vecinos del pueblo de que debían ser ellos los propietarios.
Camina libre Garcillán desde entonces, desgraciadamente, no siempre feliz, dado que los escritos de la época afirman que a finales del siglo XVII sufrieron durante nueve años seguidos pedriscos que asolaron las cosechas. Hablando de documentos, los primeros en los que se menciona la existencia de Garcillán datan de 1247, hacen referencia a Garci Yllán y se encuentran en los archivos de la catedral de Segovia.
No obstante, se trata de una localidad cuya existencia es anterior, probablemente, surgida a lo largo del siglo XI, perteneciente desde la repoblación a la Jurisdicción y Comunidad de Villa y Tierra de Segovia, formando parte del Sexmo de San Millán. No en vano, el significado de Garci Yllán es «García, hijo de Julián», que fue un repoblador de origen vasco-navarro o riojano.
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