Borrar
Una persona pasa por una calle de Garcillán tras coger el pan; en el círculo, el alcalde, Javier Gómez. A. Tanarro
«De los quinientos vecinos de Garcillán, cuatrocientos podemos cruzarnos con el violador sin saber quién es»
Sucesos en Segovia

«De los quinientos vecinos de Garcillán, cuatrocientos podemos cruzarnos con el violador sin saber quién es»

El alcalde, Javier Gómez, afirma que la historia del vecino ahora en libertad es un capítulo que el pueblo «quería olvidar por respeto a su familia»

El Norte

Segovia

Domingo, 24 de abril 2022, 00:32

Mario Ayuso llegó este miércoles día 20, fue a un bar y recogió las llaves de la casa de sus abuelos, que es el único lugar donde puede estar en la localidad segoviana de Garcillán para no juntarse con sus familiares. Desde hace mucho tiempo, la historia del 'violador del fin de semana' era un «capítulo que querían olvidar en la localidad por respeto a la familia», precisa el alcalde, Javier Gómez.

Es un asunto que generaba «tensa calma y silencios incómodos». Además, han transcurrido más de treinta años desde que el delicuente sexual fuera visto por estos lugares. En 1989, cuando tenía 28 años, la Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Madrid le condenó a 181 años de cárcel por diecisiete agresiones sexuales a otras tantas mujeres cometidas en el verano de 1987. En total, el tribunal condenó al 'violador del fin de semana' como autor de cuatro delitos consumados de robo con violación y otros siete en grado de tentativa, así como uno de violación consumada, tres frustrados y un delito de abusos deshonestos.

Ahora en libertad y con 32 años más, Garcillán no quiere revivir fantasmas del pasado, y menos sus familiares, que viven con angustia el regreso. «Ojalá no hubiera salido nunca», comentan en privado vecinos que conocen la turbulenta historia. En aquel juicio, la Audiencia madrileña apuntaba que el condenado era «un hombre con una personalidad en la que se aprecian diversos rasgos neuróticos, desarrollo psicópatico, torpeza intelectual e inmadurez», amén de estar afectado por «ideas obsesivo compulsivas en la esfera de la sexualidad que conlleva un deficitario control del instinto sexual», lo que disminuye ligeramente su voluntad «en hechos relacionados con el sexo».

Ni siquiera habían nacido

«Si en el pueblo residen unas quinientas personas, fácil que cuatrocientas nos crucemos con él y no sepamos quién es», añade el alcalde. En 2007, veinte años después de que el depredador sexual fuera detenido, el municipio pegó un cambio demográfico con el asentamiento de familias jóvenes. Hay una generación de habitantes de Garcillán que ni siquiera habían oído hablar del 'violador del fin de semana', bautizado así porque era en esas jornadas cuando escapaba del pueblo a Madrid, donde daba rienda suelta a sus impulsos criminales sexuales robando y forzando a mujeres. Ni siquiera habían nacido muchos vecinos o eran muy pequeños.

Nunca atacó, al menos que se sepa, en su localidad natal. Las asaltaba en los portales y las amenazaba con una navaja o un destornillador, según quedó reflejado en el juicio y en la condena de 1989.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elnortedecastilla «De los quinientos vecinos de Garcillán, cuatrocientos podemos cruzarnos con el violador sin saber quién es»