Segovia

Los ganaderos alertan del peligro del vuelo de globos aerostáticos en zonas de cría

La preocupación por los trayectos en globo, que se caracterizan por ser vuelos bajos de larga duración, se remonta varios años atrás. Fue en 2017 cuando los ganaderos segovianos trasladaron la «desazón» existente en el gremio al observar cómo esta actividad turística atemorizaba a los animales, lo que daba lugar a estampidas hasta el punto de derrumbar vallas y llegar a las carreteras.

La solución inicial fue un pacto para definir unas zonas de exclusión de vuelo. «Ha habido años de cierta tranquilidad», declara el responsable de Sectores Ganaderos de UCCL Segovia, Adrián Gómez. Sin embargo, en los últimos meses el problema ha vuelto, pues las empresas de que operan con globos aerostáticos «nuevamente campan a sus anchas», lo que redunda en consecuencias muy negativas. La entidad agraria ha solicitado explicaciones al conocer estos hechos. «Los operadores nos decían que eran de fuera y no controlaban la zona», relata.

«Es muy peligroso sobrevolar las zonas ganaderas porque el ruido provocado por el quemador provoca un grave estrés en los animales», especifica Gómez. El responsable de UCCL hace hincapié a su vez en que multitud de agricultores se están viendo perjudicados al convertirse los terrenos de cultivo en pistas de aterrizaje. «Ya no solo es el daño que causa esta práctica, sino también los todoterrenos con remolque que entran a las tierras para recoger a los aparatos y las pisadas, que al final lo destrozan todo», subraya.

UCCL recuerda que hace tiempo se acordó dibujar líneas rojas en el mapa que impidiesen a los globos acercarse a algunas comarcas segovianas. «Hay algunos municipios en los que, por su actividad ganadera, era preferible que no volaran ni aterrizaran», sostiene. La mayoría de ellos se encuentran cerca de la sierra y al otro lado de la carretera SG-20, que circunvala Segovia capital, como son Torrecaballeros, Espirdo, Tizneros, Basardilla, Trescasas, Bireva y Adrada de Pirón.

Estas localidades se caracterizan por contar con grandes extensiones de pasto de las que se sirve la actividad ganadera. «Si el interés es sobrevolar Segovia, ¿por qué terminan los trayectos en globo en lugares a más de 20 kilómetros de distancia en los que causan daños gratuitamente y sin ninguna necesidad?», se pregunta Gómez. La preocupación se agudiza especialmente por la cercanía de la primavera, un periodo «muy sensible», pues coincide con los partos de las vacas.

Las excursiones en globo se han convertido en un revulsivo importante a la hora de visitar Segovia. Precisamente, la ciudad es uno de los diez destinos más demandados del mundo para volar, según las informaciones que el Ayuntamiento de la ciudad ha recopilado de medios especializados. Tan solo en 2023 se organizaron más de 1.334 trayectos que contaron con cerca de 15.000 pasajeros de numerosas nacionalidades, de acuerdo a los datos que ostenta la Agencia Estatal de Seguridad Aérea. Son números que, a día de hoy, no dejan de crecer. Cada vez más personas se dan el lujo de conocer la Catedral, el Acueducto o el Alcázar desde las alturas.

La entidad agraria asume que la actividad turística de viajes en globo es «perfectamente factible» en Segovia sin necesidad de invadir espacios dedicados a la cría de ganado. Por ello, reclama la puesta en marcha de cotos y límites, pues «la actividad de unos no puede dañar la de otros: es necesario que nos respetemos». Además, el responsable de Sectores Ganaderos de UCCL Segovia puntualiza que los operadores de vuelo gozan de unos «privilegios que son surrealistas para el siglo en el que vivimos». Con ello, se refiere a la vulneración del derecho a la propiedad privada.

Son varios socios los que han trasladado quejas a la organización al comprobar cómo los globos aterrizaban en sus tierras sin ellos poder hacer nada para frenar este hecho. «Eso no puede ser; aunque las tierras estén sin vallas, nadie puede acceder a ellas de esa manera», insiste. Es una práctica que «hacen sin permiso en la mayoría de las ocasiones», asevera.

La preocupación de los ganaderos segovianos ha sido trasladada a la Subdelegación del Gobierno de Segovia. La propuesta transmitida por UCCL consiste en retomar el anterior pacto que contempla una serie de itinerarios de vuelo que no interfieran con las zonas de cría de ganado. «Hay espacio aéreo más que suficiente, está la zona de Las Lastras, Bernuy de Porreros y La Lastrilla», ejemplifica.

La asociación agraria también ha acudido a la Agencia Estatal de Seguridad Aérea, que ha comprobado que «no hay una reglamentación específica para aeroestación como puede ser para otras actividades; estamos en una especie de vacío legal». En cualquier caso, Gómez llama a cumplir con la altura mínima de vuelo y el respecto a la propiedad privada. La misma petición traslada a los pilotos de drones. Respecto a otras prácticas relacionadas, como es la suelta de farolillos -que se ha extendido por muchas poblaciones-, «no tenemos constancia de quejas», concluye.