En el centro de operaciones no hay confianza que valga, sino recelo por lo traicionero que puede ser el comportamiento de un fuego sin control en pleno monte. Lo que hay es cansancio, que aumenta con el calor y los monos de trabajo que llevan ... los operarios de las diferentes brigadas y cuadrillas. El apoyo logístico y de avituallamiento de las agrupaciones de Protección Civil y de Cruz Roja, en primera línea de la emergencia, parece el único momento de relajación y reposo del que disfrutan los agentes medioambientales, bomberos, brigadistas y demás miembros del operativo de extinción del incendio. No se fían, y menos después del infierno del viernes y de una madrugada sin pegar ojo en Navafría y Torre Val de San Pedro.
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La situación del incendio en el piedemonte de la sierra de Guadarrama que cercó a la población de Torre Val, «ha mejorado», aseguraba en la tarde de este sábado el delegado territorial de la Junta en Segovia, José Mazarías.
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El responsable de la Administración autonómica en la provincia apostillaba en la noche de este sábado que el fuego se hallaba «estabilizado». Esto quiere decir que no estaba controlado, pero que al mismo tiempo «prácticamente no tiene capacidad para expandirse», matizaba Mazarías.
La preocupación se concentra en los llamados «focos internos» del incendio. El delegado territorial de la Junta explica que «no son perceptibles a la luz del día, pero que por la noche son unos puntos de luz que indican que aún hay peligro» por estar activos. La misión del operativo en la madrugada del sábado al domingo consistía en desplegar por la falda serrana las brigadas terrestres y a los integrantes de la Unidad Militar de Emergencias (UME), un equipo de 18 efectivos, llegados en torno a la una de la tarde de ayer para intensificar las labores de perimetración, refresco y control del incendio. También 27 brigadistas forestales de la Diputación Provincial, organizados en ocho equipos, se unieron este sábado al dispositivo que combate el fuego activo en la ladera serrana.
Mazarías incidía en el peligro que entrañan estos focos internos, ya que cualquier racha de viento cambiante puede reactivar las llamas y propagarlas por el monte o hacia la carretera, como ya ocurrió el viernes. Hasta ahora, las cifras recogidas por la Consejería de Fomento y Medio Ambiente de la Junta estiman que la superficie arrasada por este fuego en casi 48 horas está en torno a las mil hectáreas, de las que 880 son de pinos silvestres. El delegado de la Junta en Segovia llama la atención sobre «el gran valor ecológico» de la zona que ya ha ardido y de la que está amenazada por esos focos que permanecían latentes ayer.
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Por eso, por el peligro que representan estos puntos, el Gobierno regional no ha rebajado el nivel 2 de alerta establecido a primera hora de la tarde del viernes, cuando las llamas desbocadas llegaron a la carretera y el humo se expandió sobre tramos de la nacional N-110, por lo que tuvo que ser cortada al tráfico. En la mañana del sábado quedó reabierta y los vehículos volvieron a circular con normalidad dejando a un lado la triste postal ennegrecida y humeante de la ladera quemada, comentaba apesadumbrada la alcaldesa de Navafría, Jennifer Berzal, quien también aseguraba que el servicio de luz había vuelto a la localidad a última hora del viernes.
La masa arbolada que ha quedado asolada por las llamas pertenece al piedemonte de la sierra, por lo que se enmarca dentro del Parque Natural, «no del Nacional», coinciden en matizar el representante del Ejecutivo autonómico en la provincia, el presidente de la Diputación, Miguel Ángel de Vicente, y la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, que también se acercó en la tarde de ayer al puesto de mando de operaciones para agradecer a los integrantes del dispositivo su denodado esfuerzo por salvaguardar de la destrucción de las llamas este patrimonio natural de la provincia.
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Los vuelos de los helicópteros e hidroaviones desparramando miles de litros de agua sobre las columnas de humo que identificaban los puntos más conflictivos y las fumarolas emergentes por la elevada temperatura del suelo han sido claves en la estabilización del incendio. Desde el centro de los toldos instalados en el centro de mando se divisaban las aeronaves que han contribuido a la «contención» del frente, como ponía de manifiesto el delegado territorial en la tarde-noche de ayer.
La Consejería de Fomento informaba también de otros dos fuegos que han requerido la intervención de servicios de extinción. Uno, en el Real Sitio, con 1,40 hectáreas de robledal quemadas; el otro se localizó en Turégano y anoche estaba en perimetración.
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