«El monte era un gran horno, los pinos estallaban con llamaradas tremendas»

El delegado territorial de la Junta se rinde a la valía y las labores intensas que se han desarrollado en las últimas horas, máxime cuando a las 1:30 horas «se vivía el momento quizás más conflictivo», revela José Mazarías. El responsable de la Administración regional cuenta cómo «el alto del monte era un gran horno, con pinos estallando y llamaradas tremendas». «A las tres de la mañana la situación era preocupante», incide.

Pero al volver a primera hora de este sábado al lugar de los hechos, «he alucinado porque solo se ve un pequeño foco humeante». Poco después de las 10 horas han regresado los helicópteros a sobrevolar la zona, por lo que el delegado territorial de la Junta en Segovia deduce que habrá avances en el operativo de extinción.

La brigadas de la Junta y del Ministerio se han afanado durante la madrugada en atajar los frentes. Durante buena parte de la noche, debido a los vaivenes del viento, se replegaron hacia la cola del frente de fuego para frenar ese avance que parecía entonces el más peligroso por las condiciones meteorológicas.

Sin embargo, las rachas enemigas de viento que soplaron durante la jornada del viernes también se convirtieron en aliadas, como explica Mazarías al analizar el operativo desplegado. El delegado territorial llega a calificar de «milagroso» que el dios Eolo se mantuviera constante, como encerrado en una zona de monte, sin empujar las llamas, lo que favoreció que no se extendiera por las laderas de la sierra de Guadarrama y del Parque Nacional.

Sin embargo, esa circunstancia también hacía que las llamas progresaran hacia zonas de población. Gracias a los trabajos terrestres de la noche, la amenaza se ha contenido, asegura José Mazarías, lo que no quita que los habitantes de los núcleos de la zona más afectada estuvieran en vilo durante la noche.

La alcaldesa de Navafría, Jennifer Berzal, reconocía a primera hora de la mañana de este sábado, que «hemos amanecido sin llamas, solo con humo, por lo que esperamos que no se reavive durante estas horas». Los más jóvenes del municipio se adentraron en el monte por la reactivación del fuego a última hora de la tarde del viernes para colaborar en la medida de sus posibilidades y medios. Mientras tanto, en la Plaza del Ayuntamiento de Navafría, la población se ha volcado con los retenes para ofrecerles avituallamiento, agua, bocadillos con el fin de reponer fuerzas perdidas en el desgaste exigido por la extinción.

Por su parte, en Torre Val de San Pedro la noche también se ha hecho eterna por las llamas que vieron cerca del municipio y que obligaron a que los vecinos, de manera ordenada y voluntaria, abandonaran sus domicilios en la tarde de este viernes. Hacia la medianoche -señala José Mazarías- la situación estaba más estabilizada. El mando dio la orden de que los residentes podían volver a sus casas. Sin embargo, el vilo ha continuado y el miedo a que las llamas se reactivaran voraces no desapareció.