Fernando Adrián e Israel de Pedro, los mejores de la pasada feria taurina cuellarana

El diestro recibió el Trofeo Eloy Morales a la faena más artística de la última feria por su lidia el jueves 31 de agosto ante dos reses de la ganadería de Alcurrucén, con los que se lució a base de muletazos, consiguiendo un total de cuatro orejas y saliendo a hombros por la puerta grande.

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Por su parte, la peña entregó el Trofeo Carlos Muñoz al detalle taurino al picador madrileño Israel de Pedro, quien agradeció el reconocimiento y recordó estar muy ligado a la localidad, donde estuvo viviendo y en la que conserva grandes amigos. «Cuando haces tu trabajo y te lo valoran, siempre es gratificante», manifestó con cariño.

Los premiados, junto con el presidente de la peña taurina, Francisco Salamanca, mantuvieron un coloquio en el que se destacó el papel de ambos en las plazas, especialmente la temporada pasada en la de Cuéllar. Adrián logró el último año una quincena de puertas grandes. El torero recordó sus inicios en la escuela taurina de Madrid, para pasar después a la de El Juli, en Arganda. El joven diestro rememoró cómo al inicio se lo tomaba como un juego, pero después comenzó su carrera y se dio cuenta de los sacrificios que conlleva. La trayectoria ascendente que tuvo como novillero fue otro de los temas tocados en el coloquio, una época «muy bonita», reconoció el premiado, de la que se arrepiente de no haberlo asimilado mejor y haber disfrutado de esos momentos y de los grandes triunfos que conquistó entonces. «Cuando tomé la alternativa me empecé a dar cuenta de la realidad de esta profesión», confesó.

Fernando Adrián también comentó cómo la pandemia del coronavirus supuso un antes y un después en su vida, y cómo estuvo trabajando sin dejar nunca de entrenar, lo que hizo que cuando la crisis sanitaria pasó página él gozara de una gran preparación. En este sentido, el diestro dio mucha importancia al estado de forma físico pero también al psicológico y a aceptar cada tarde como si fuera la más importante de su vida, lo que «me ha hecho conseguir estar donde estoy», declaró el torero. Adrián incidió en subrayar la necesidad de guardar la lealtad a uno mismo y a su profesión. Esta forma de concebir la profesión «me ha llevado a la humildad», agregó Fernando Adrián, quien tuvo buenas palabras para su apoderado, del que dijo que está haciendo un trabajo «excelente».

Por su parte, Israel de Pedro también recordó sus inicios, cómo desde pequeño vivió el mundo del toro y comenzó en el campo y en tentaderos. Sin embargo, la decisión de dedicarse a ser picador de forma profesional fue «circunstancial y por casualidad», desveló en el encuentro de la peña El Encierro. Relató que fue en un tentadero que se iba a suspender al no haber picador, por lo que su padre le animó a montar y a realizar la suerte. «Ese día algo hizo clic en mi cabeza y lo di vueltas hasta que me lo planteé en serio», añadió el premiado.