La columna 'morada' ha tomado la plaza del Azoguejo una hora y media después de salir de la plaza de la Universidad. La manifestación del 8M en Segovia ha congregado a unas 3.500 personas -según la información facilitada por las Policía Nacional y ... Local- que han saludado al Acueducto al grito de «¡Aquí estamos las feministas!». Unánime y bien alto ha retumbado su lema de lucha mientras terminaba de llegar la fila, una marea eminentemente femenina, de todas las edades, que han alzado al cielo invernal sus reivindicaciones de viva voz y con carteles con mensajes contra la violencia machista y a favor de la igualdad en todos los ámbitos de la sociedad.
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Una vez 'conquistado' el Azoguejo, desde el púlpito de la terraza de Santa Columba se ha leído el segundo manifiesto de la jornada en la que se ha alentado «el coraje y la valentía» de las mujeres que han arriesgado sus vidas y su libertad. El mensaje integrador de la mañana ha quedado apuntalado en la concentración multitudinaria vespertina, en la que se ha hecho hincapié en que «el feminismo no deja fuera a los hombres porque los mandatos de género, aunque de manera diferente, también les afectan». «La masculinidad patriarcal no es un horizonte satisfactorio ni siquiera para los hombres», ha proseguido el texto leído.
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César Blanco Elipe
El movimiento feminista -que eclosionó hace dos años con 11.000 manifestantes en un recorrido por Segovia que desbordó todas las previsiones- ha venido «para cambiar todo de raíz, para darle un orden nuevo, un nuevo sentido y un vuelco cultural». Tal objetivo requiere un sistema educativo «comprometido con la pluralidad y la diversidad y con la libertad del alumnado». El feminismo defiende el modelo público de enseñanza «que deje fuera ideologías privadas de las familias».
La juventud es una de las palancas más potentes de este cambio al que aspira la movilización feminista. La Asamblea del 8M de Segovia ha hecho un llamamiento a acabar con los «estigmas sociales de los roles, con los comportamientos sexistas y las violencias».
En la diana de las reprobaciones de las participantes en la marcha, el sistema capitalista neoliberal, al que acusan de conseguir que políticos y empresas conviertan el feminismo en «una moda» con la intención de neutralizar la lucha de la mujer por la igualdad real con el hombre. El manifiesto deja claro que «no lo vamos a permitir».
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En este sentido, los participantes en la manifestación asumen el feminismo como «un movimiento social y político de alianzas, construido desde lo común, desde la clase obrera y desde la pluralidad, probablemente el movimiento más importante que existe en la actualidad».
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