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Un deshollinador se dispone a limpiar la chimenea en una vivienda. El Norte

La factura energética dispara el interés en Segovia por las chimeneas de leña

Los deshollinadores de la provincia señalan que más de un tercio de sus clientes tenían la instalación pero no la utilizaban

Berta Jiménez

Segovia

Domingo, 11 de diciembre 2022, 00:13

Pese a que podría pensarse que es un oficio en desuso, los deshollinadores están lejos de extinguirse como gremio profesional. De hecho, estos últimos meses están teniendo mucho más trabajo en comparación con otros años. Este otoño, la demanda de sus servicios ha aumentado en ... toda España, pero en la provincia de Segovia «se nota enormemente», asegura Ángel Vilches, gerente de Mr. Black, una empresa de deshollinadores con sede en Brieva que opera en varias provincias desde 2020.

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La razón de su mayor trajín es que el aumento de la factura que habitualmente pagan los hogares a causa de la crisis energética que tiene al mundo en vilo. El temor a esa subida del precio del gas y el petróleo ha hecho que mucha gente haya apostado este año por vías más tradicionales para caldear su vivienda, como las chimeneas de leña.

«Entre un 30% y 35% de las contrataciones este año son de gente que tenía chimenea pero no tenía en consideración, estaba ahí de adorno», señala Vilches. Este dato refleja que el aumento del interés procede, en buena medida, de clientes que nunca se habían preocupado de encender la chimenea y ahora deciden ponerla a punto. «Nos encontramos mucha gente primeriza», dice el experto.

«Putin nos ha hecho el marketing», bromea el deshollinador. Revela que ha habido una «psicosis generalizada» estos meses a raíz del miedo a las consecuencias de la guerra en Ucrania. «Parece que se ha calmado un poco, pero ha habido un 'boom' brutal», insiste. En su empresa, cada uno de los tres trabajadores que la conforman hacen cuatro servicios por día «y no son muchos».

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Limpieza de la instalación

«En mayo o junio, dependiendo de la temporada, es ideal empezar a llamar para hacer los mantenimientos»

fernando santaengracia

Deshollinador

Con él coincide otro colega del ramo de deshollinadores en la provincia, Fernando Santaengracia, de Deshollín Segovia. Aunque reconoce que el otoño «no está siendo malo» y da fe de ese aumento de la demanda, matiza que es algo menor de lo que se esperaban. La mayoría de las viviendas que solicitan el deshollinado y mantenimiento de chimeneas, en el caso de esta empresa, son casas unifamiliares, principalmente en la sierra, pero también algunos pisos.

Pero apostar por las vías tradicionales para calentar el hogar no es algo trivial. Mantener la chimenea limpia es esencial y los riesgos de encenderla sin ponerla primero a punto son muchos. Van desde lo más leve, que es que la chimenea «revoque» y se salga el humo (y pueda manchar las paredes de la vivienda), hasta la acumulación de gases, que pueden provocar la intoxicación, como explica Santaengracia.

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Riesgos de un mal estado

Si la combustión no es buena, se produce monóxido de carbono, el gas tóxico que origina la llamada «muerte dulce». Otro riesgo es que se prenda la chimenea y el hollín incendie la casa. «Es bastante peligroso», advierte.

Vilches insiste también en la importancia del mantenimiento y señala que los fuegos provocados por un mal estado de las chimeneas son la segunda razón de salidas de bomberos. «El ser humano es intrépido por naturaleza. Yo me encuentro una o dos chimeneas a la semana que se han incendiado sin que el cliente lo sepa», cuenta.

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La explicación es que, si no se ha hecho un correcto deshollinado, sobre todo en las chimeneas modernas, el hollín puede arder y subir por la canalización pasando desapercibido en la vivienda.

Mantenimiento

«El ser humano es intrépido. Yo me encuentro una o dos chimeneas a la semana que se han incendiado sin que el cliente lo sepa»

Ángel Vilches

Deshollinador

A juicio del experto, los clientes segovianos y vallisoletanos son los más «duros y arriesgados» porque muestran reticencias a hacer revisiones. Además, no están, en muchas ocasiones, dispuestos a pagar por un servicio que antaño hacían sus padres o abuelos. Pero estas tareas las ha de hacer un profesional acreditado. «Nadie puede ni debe hacer mantenimiento sin certificado RITE», insiste el deshollinador segoviano.

Ambos profesionales declaran que la mejor época para deshollinar es el verano, una vez que se deja de usar la chimenea. «En mayo o junio, dependiendo de la temporada, es ideal empezar a llamar para realizar los mantenimientos», dice Santaengracia. No obstante, los clientes comienzan a avisar en otoño, «cuando llega el frío», lo que le supone al sector una acumulación de trabajo concentrada en estos meses.

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Fernando Santanegracia, deshollinador segoviano. A. de Torre

Crece la demanda de pélets por el acopio que han hecho países nórdicos

Si la demanda de leña ha subido, la de los pélets no se queda atrás. Este biocombustible, elaborado a partir de serrín, se usa en algunos hogares para alimentar estufas y calderas. Al no requerir grandes espacios de almacenamiento, es una de las opciones que también están marcando tendencia en los últimos inviernos. «Este año se ha notado algo más demanda», afirma el deshollinador segoviano Fernando Santaengracia, quien añade que en verano hubo «mucha gente previsora» que ya compró estas estufas de cara a los meses más fríos. «Mucha gente ha optado por las estufas para calentar la casa por la lucha que hay contra el gas», dice. El ahorro en comparación con las calefacciones de combustibles fósiles «es considerable», apunta. Como ha ocurrido con el gas y el diesel, el precio de los pélets también ha subido. Según Ángel Vilches, están un 250% más caros que en 2021 debido a que los países nórdicos han importado grandes cantidades y han dejado a naciones del sur, como España, con una oferta inferior.

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