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La intranquilidad está muy presente estos días en El Espinar, pues uno de sus núcleos poblacionales se incluye en el plan de prevención por riesgo ... de inundaciones en caso de avería o rotura de la presa de El Tejo. La Junta de Castilla y León, junto al Ayuntamiento del municipio, convocaron una reunión esta semana en un intento de calmar a los vecinos, donde se aclaró que el «colapso inminente» del embalse no era el escenario más probable. «Son barbaridades que no van a suceder», afirmó el alcalde espinariego, Javier Figueredo. Sin embargo, insistieron en la necesidad de intensificar la vigilancia y conocer el sistema de emergencias que contempla la evacuación.
Las conclusiones de los últimos informes que se han presentado en la comisión del Centro de Coordinación Operativa Integrada (CECOPI), en la que participan todas las instituciones con responsabilidad ante el riesgo que supone la presa de El Tejo, han rebajado el temor por inundaciones al descartar la rotura repentina de la infraestructura. El representante de la Dirección General de Aguas, Juan Carlos de Cea, puso en conocimiento de los asistentes que «no veía riesgo inminente y que iba a mejorar la situación con el desembalse», según informó la delegada territorial de la Junta en Segovia, Raquel Alonso. «Lo único que puede suceder es que cuando haya el desembalse, la válvula no funcione, por lo que se va a instalar una de seguridad», aseveró Figueredo.
Javier Figueredo
Alcalde de El Espinar
Son varios los escenarios que se han puesto sobre la mesa. En primer lugar está el de la fractura de la presa durante las labores de vaciado, para lo que se avisaría con tiempo a la población. Otra posibilidad -y la peor- sería la del colapso total y no previsto de la infraestructura, aunque «no va a llegar a producirse», subrayó uno de los técnicos del centro coordinador de emergencias del centro de Protección Civil de la Junta.
El alcalde explica que para que el agua llegase a las áreas residenciales «tendrían que salir muchísimos litros de la presa a la vez», lo que es improbable por la existencia de sedimentos que limitan la capacidad del pantano y por la gran masa forestal, fuerte y densa, de la que dispone El Espinar. Los árboles y la vegetación arrastrada obstaculizarían el paso del agua, ya que formarían «presas naturales».
Aun así, al haberse elevado el nivel de peligro en la presa, el protocolo obliga a elaborar un plan de evacuación. «No está mal estar preparados», pronunció Alonso. El documento se centra en el núcleo de La Estación de El Espinar, en la provincia de Segovia. Sus más de 600 habitantes mostraron su preocupación en el encuentro informativo con los representantes institucionales, sobre todo tras conocer que algunas viviendas se verían afectadas por graves inundaciones en caso de producirse la rotura.
«El agua llegaría a la zona del ferrocarril a los nueve minutos» desde el colapso, declaró el representante del órgano de Protección Civil de la Junta. La riada anegaría todas las explotaciones ganaderas, campos y caminos próximos al cauce. Un tiempo después, el nivel del agua podría subir a una cota de 1.200 metros y alcanzar unas seis casas de la urbanización Bellavista. Más allá de esta localización, no se prevén mayores afecciones.
Las probabilidades de colapso de la presa son mínimas, según expusieron. No obstante, la Junta va a solicitar a la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), responsable de las obras de emergencia dirigidas al vaciado de El Tejo, que haya vigilancia 24 horas en el embalse. El gestor de la cuenca ha trasladado que las inspecciones periódicas y visuales que realizan los operarios de la empresa que trabajan en la presa son suficientes. «Hemos pedido poner alarmas acústicas, un vigilante u otro sistema digital para avisar de forma inmediata, pero nos dijeron que no se necesitaba; vamos a insistir», garantizó la delegada de la Junta.
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El propósito es contar con todas las precauciones posibles a la hora de evitar la catástrofe. Decenas de vecinos asistentes a la reunión han hecho visible su desasosiego al dudar de los métodos para transmitir los avisos en caso de emergencia. El centro coordinador ha respondido que se enviará un mensaje por medio del sistema ES-Alert, lo que hará sonar todos los teléfonos móviles que se encuentren en un amplio radio de kilómetros de la zona afectada por inundaciones. «Hay cuatro mensajes ya redactados según lo que haya que transmitir», confirmó Figueredo.
El punto de encuentro en caso de evacuación se establece en las pistas de tenis y las salidas que se tomarían para huir de las inundaciones son las que se encuentran en la zona sur, es decir, las que confluyen con la carretera N-603. «Hay a disposición alojamientos que ya están previstos», añadió el regidor.
El alcalde de El Espinar, Javier Figueredo, destacó que «lo importante es que se ejecuten las obras en El Tejo después de más de 30 años con fugas». La CHD ya trabaja en un estudio para valorar las actuaciones que debe acometer en la presa aprovechando su vaciado , desde reparar la pantalla a derribarla y construir una nueva. Tras conocer este hecho, del que no se han detallado plazos, son muchos los vecinos que han dudado sobre si esta decisión puede ser una estrategia para demoler El Tejo con un carácter definitivo, lo que el regidor ha rechazado.
«Espero que no sea así, no tengo esa certeza; a día de hoy me voy a dejar la vida para que eso no pase, yo estuve de guarda en La Garganta y es el mejor rincón de naturaleza que tenemos en toda la provincia, es la envidia de la otra parte de la sierra, por lo que hay que defenderlo a capa y espada», pronunció.
Los espinariegos asistentes a la reunión informativa dirigida a tratar la posible evacuación en caso de rotura de la presa advirtieron sobre la necesidad de contar con un embalse en el municipio y próximo a la sierra. Ya no solo por el abastecimiento, sino también por la importancia que tiene esta infraestructura a la hora de defender el paraje natural de los incendios. El último fuego que se registró en la zona de La Garganta tuvo lugar el verano pasado. A juicio del regidor y los vecinos, el propio pantano fue el encargado de evitar la propagación de las llamas. «Lo que nos ha librado ha sido la acción rápida y tener el agua tan cerca», concluyó Figueredo.
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