El escenario casi desconocido al que apunta el Ayuntamiento de Segovia

Si opta por el primero de los escenarios, el que ha deslizado públicamente durante las últimas semanas, llevará al Ayuntamiento de Segovia a la misma situación que vivió en 2023. Hace apenas veinticuatro meses, el gobierno municipal del PSOE e Izquierda Unida optó por prorrogar los presupuestos sin ni siquiera presentar al pleno el borrador de unos nuevos para cerrar el mandato. Fue la fórmula que decidió la entonces alcaldesa Clara Martín, quien había asumido el bastón de mando de manos de Clara Luquero en la primavera de 2022.

Precisamente, el hecho de no haber sacado adelante unos presupuestos ha sido utilizado como arma por José Mazarías, quien ha criticado a Martín por ser la única regidora de Segovia que no ha sido capaz de gobernar con unos presupuestos elaborados y aprobados durante su etapa en la Alcaldía.

Sin embargo, si se cumplen las previsiones y el gobierno municipal no es capaz de sacar adelante este viernes la votación de los presupuestos de 2025, José Mazarías se convertirá en el primer alcalde en más de dos décadas en perder una de las votaciones más importantes de cada año. Desde 2003, y con la excepción ya mencionada de Clara Martín, todos los gobiernos municipales de Pedro Arahuetes y Clara Luquero consiguieron elaborar y aprobar sus cuentas.

Clara Luquero aprobó sus tres últimos presupuestos gracias a Guillermo San Juan. El concejal de Podemos (ahora Segovia en Marcha) permitió con su abstención o voto a favor que el equipo formado por PSOE e Izquierda Unida tuvieran presupuestos en 2020, 2021 y 2022. Estos últimos, prorrogados, también sirvieron en 2023.

Antes, en el mandato entre 2015 y 2019, Luquero también tuvo que negociar con varios socios para sacar adelante sus cuentas ya que sus doce concejales (los mismos que tiene ahora el PP) eran insuficientes. En 2016 se apoyó en un Ángel Galindo que aquellos años formó parte de la oposición, mientras que en 2017, 2018 y 2019 tuvo que apoyarse en Ciudadanos. La formación naranja primero alcanzó acuerdos de presupuestos, mientras que el último año se abstuvo «por responsabilidad». En 2015, Luquero también logró el visto bueno del pleno a sus cuentas gracias a IU. La votación se produjo semanas antes de la dimisión de varios concejales del PSOE y del cese de Javier Arranz.

Pedro Arahuetes, por su parte, apenas tuvo problemas. En sus tres últimos años al frente del Ayuntamiento se apoyó en Luis Peñalosa (IU) para deshacer el empate de concejales que tenía con el PP. Antes, de 2007 a 2011, hizo valer su única mayoría absoluta. En su primer mandato (2003-2007) pudo aprobar las cuentas gracias a su pacto de gobierno con Izquierda Unida.

Así, hay que remontarse a los últimos meses del mandato de José Antonio López Arranz (1999-2003) para encontrar un gobierno al que su minoría en la corporación municipal limitase en el gobierno de la ciudad. La ruptura del pacto entre PP y CDS en octubre de 2002 dejó a López Arranz y Ana Pastor como únicos miembros del equipo de gobierno. Ambos agotaron el mandato a pesar de la crisis y de las dificultades que la ruptura del pacto generó.