Segovia
La enfermedad hemorrágica epizoótica irrumpe en más del 85% de granjas bovinasSegovia
La enfermedad hemorrágica epizoótica irrumpe en más del 85% de granjas bovinasLa repercusión de la enfermedad hemorrágica epizoótica (EHE) en la provincia de Segovia es «mucho peor» de lo que en un principio se imaginaba. Los ganaderos notifican al menos 400 bajas de vacas, terneros y sementales por este motivo desde mediados de agosto. A ello ... se suma el notable descenso de la producción en las explotaciones bovinas. Las organizaciones agrarias aseguran que el virus ya está presente en más del 85% de las granjas, aunque hasta el momento el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación tan solo ha informado de siete brotes.
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El primer foco de esta enfermedad de carácter infeccioso, trasmitida por la picadura de los mosquitos del género Culicoides, se declaró a finales de agosto en una explotación de Arcones. Desde ese momento, las notificaciones han ido en aumento, con hasta siete localidades afectadas por la presencia de decenas de vacas infectadas. Desde Torre Val de San Pedro, Sotillo, Torreiglesias y Coca hasta Pinarnegrillo. Este último, contabilizado el 2 de octubre. Asimismo, hay que sumar el caso de un ciervo contagiado en Muñopedro.
De las ocho comarcas ganaderas que se diferencian en la provincia, tan solo una permanece libre, por el momento, de brotes originados por este virus. En concreto, se trata de la de Cuéllar, que engloba 28 municipios. Sin embargo, tanto la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja) como la Unión de Campesinos-UCCL coinciden en que la enfermedad ya se ha extendido por la práctica totalidad de las granjas.
«Es muy difícil conocer a un ganadero que no tenga o haya tenido alguna vaca enferma, pueden ser tres o cinco», subraya el responsable de Vacuno de UCCL-Segovia, Adrián Gómez, quien eleva la presencia del vector en «casi el cien por cien» de las explotaciones de ganado bovino. Por su parte, el secretario general de Asaja Segovia, Pablo Rincón, afirma que el porcentaje de granjas afectadas en el territorio provincial supera ya el 85%. Otra cosa es que los ganaderos todavía no hayan remitido la situación real de sus animales a la Junta de Castilla y León.
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El portavoz de Asaja recomienda a los profesionales que informen de cualquier baja o animal enfermo, con el propósito de que las administraciones «tengan constancia de lo que está ocurriendo». Según los registros oficiales de los que dispone Rincón, Segovia ha cursado la muerte de alrededor de 400 vacas desde la llegada del mosquito a finales de agosto, pero la organización agraria reconoce que «tienen que ser muchas más».
La tasa de mortalidad de la enfermedad hemorrágica epizoótica se mantiene en el 2%, confirma el presidente del Colegio de Veterinarios de Segovia, José Miguel Gil. Por tanto, esta cifra de bajas enunciada indicaría que se han infectado aproximadamente 20.000 reses en menos de dos meses, lo que se traduce en más de un 20% del total de la cabaña bovina de la provincia. El último Censo Agrario regional de 2021 contabilizó 105.000 cabezas de ganado bovino presentes en 143 municipios.
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Ana María Criado
Un informe de la Entidad Estatal de Seguros Agrarios (Enesa), remitido a UCCL, corrobora un «aumento considerable» de los cadáveres recogidos en lo que va de año. Hasta mediados de septiembre, la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural anotó 683 muertes. Pero lo más preocupante es que la extensión de la enfermedad no solo se traduce en más pérdidas de animales, sino en la necesidad de hacer frente a tratamientos veterinarios «bastante más caros» que los productos que normalmente se utilizan para el cuidado del ganado, explica Gil.
Más que mortalidad, el problema es la morbilidad. La continua explosión de casos, brotes y rebrotes despiertan la incertidumbre en el sector. El incremento de las infecciones no «ha sido excesivo», si bien obliga a los ganaderos a afrontar «gastos con los que no habían contado en un principio, por lo que los resultados se van un poco de las manos: tienes que pagar las medicinas, tienes que alimentarlos de una forma especial...», relata el veterinario.
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20% porcentaje
de ganado bovino ha sido infectado en la provincia de Segovia en menos de dos meses.
Los tratamientos médicos a los que se somete el ganado son paliativos, es decir, para el alivio de los síntomas. No siempre son eficaces y mucho menos sirven para curar la enfermedad. Cada aplicación, que se puede llevar a cabo hasta tres veces a la semana, cuesta desde 50 a 60 euros por vaca. Todo ello sin tener la certeza de que el animal vaya a superar la enfermedad, y sin tener en cuenta el «trabajo añadido» que esta situación «catastrófica» supone para los responsables agrarios, apostilla Gómez.
La única esperanza que se contempla en el gremio es que las heladas de diciembre hagan desaparecer al vector del virus. «Creemos que con el frío, la enfermedad irá desapareciendo... Aunque es lo que llevamos pensando bastante tiempo ya», explica resignado el secretario general de Asaja. «Nadie creía que fuese a ser tan muerte, sino que se creía más leve», apostilla.
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Los patólogos, cuya teoría es recogida por el Colegio de Veterinarios, aseguran que de momento «esto sigue». Es más, «ya veremos a ver si en el invierno el mosquito desaparece; si un día hiela pero en la jornada siguiente las temperaturas suben por encima de los 12 grados, el insecto vuelve a aflorar», avisa Gil.
400 muertes
por enfermedad hemorrágica epizoótica contabiliza Asaja en base a los registros oficiales.
Las últimas semanas han sido ligeramente más tranquilas, pues el recuento de focos no ha tenido a ningún pueblo segoviano como protagonista. Aún así, los ganaderos no bajan la guardia. Ha habido ciertos episodios temporales en los que esta infección ha afectado de manera especial a las granjas, sobre todo «porque cuando hay humedad asociada a la temperatura al final hay más actividad del insecto», sostiene Gómez.
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No es una sorpresa que las granjas cercanas a arroyos, lagunas o humedales hayan sido algunas de las más afectadas por la enfermedad. También destacan las de modalidad extensiva. «La incidencia en las explotaciones que están en la falda de la sierra, cercanas a la carretera N-110, ha sido terrible», concluye el portavoz de UCCL.
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