La empresa de la mina en el nordeste segoviano admite riesgos controlados

A diferencia del proyecto original de Erimsa, la plataforma contraria a su realización destaca que la propia promotora admite la existencia de riesgos ambientales que «antes negaba o pasaba por alto». «No es la extensión lo que ha cambiado, es el hecho de que ahora reconocen lo que antes querían ocultar», declara la portavoz segoviana, Marisa Moro. «En este proyecto admiten que habrá partículas de polvo, que se producirá ruido y que existe la posibilidad de tocar acuífero o el nivel freático, aunque afirman que lo vigilarán ellos mismos», revela la representante de la agrupación contra la mina el nordeste segoviano.

Estos riesgos no fueron considerados en la primera propuesta de Erimsa, «lo que levanta serias dudas sobre la fiabilidad de la empresa», cuestiona Moro. «Nos hablaban de que no había riesgos para el acuífero, pero ahora admiten que harán mediciones y vigilarán si se afecta el nivel freático», apostilla. Cree que las protestas que se emprendieron para frenar la ejecución han propiciado las matizaciones que introduce la empresa en la nueva iniciativa, lo que hace que la plataforma «desconfíe» de una compañía «que solo toma medidas cuando se ve presionada».

Además, los miembros del colectivo proteccionista señalan que en esta nueva propuesta Erimsa incluye la presencia de arqueólogos tras retirar la parte cercana al yacimiento de Confloenta, «algo que no mencionaban en su primera solicitud», y advierten de que la propia sociedad promotora califica como «irreversible» el posible daño al patrimonio arqueológico en la zona, informa Ical.

Otro de los puntos críticos para la plataforma es la referencia al impacto que tendrá la actividad minera en el paisaje, en el aire y en los recursos hídricos de la zona. También critican que el proyecto, lejos de beneficiar a la región, apenas deja retornos económicos en la zona. «En su propia evaluación indica que los beneficios serán de escasa magnitud», lo que ratifica la posición de la agrupación de rechazar «contundentemente» una explotación que generaría un retorno «exiguo», además de conllevar diversas amenazas para el entorno y la comunidad, asevera Moro. Así pues, la plataforma interpondrá las pertinentes alegaciones argumentadas para frenar su avance.