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Más de 400 vecinos se han concentrado en Cerezo de Abajo para manifestar su total oposición a la instalación de una mina de cuarzo a cielo abierto en más de 1.600 hectáreas de los municipios de Barbolla, Duruelo, Castillejo de Mesleón, Sotillo, Cerezo de ... Abajo y Cerezo de Arriba.
La plataforma contra la mina a cielo abierto en el nordeste segoviano y el movimiento ciudadano que aglutina, en el que hay agricultores, ganaderos, ciudadanos y visitantes, cuenta además con el apoyo de los alcaldes de los seis municipios afectados, que están preparando alegaciones para que no prospere este macroproyecto. Además, organizaciones ambientales como Ecologistas en Acción u otras plataformas contra la minería depredadora están apoyando también a la plataforma, que también cuenta con el apoyo de formaciones como el PSOE o Podemos.
«No es una oposición a la minería. Es una oposición a quienes vienen a esquilmarlo todo, a expoliar una vez más el territorio. Es una llamada a quienes pueden detenerlo para que no dejen que la España Vaciada sea, además, la España Sacrificada«, sostiene los integrantes de la plataforma, para queines el porcentaje »tan alto« de terreno que modifican de cada municipio »hace imposible que no perjudiquen el modo de vida de sus pobladores«.
La explotación minera que se pretende construir en el nordeste de Segovia abarcaría una superficie de 2.785 hectáreas, de la cual el recurso explotable ocupa una superficie total de 1.658. La empresa Explotación de Rocas Industriales y Minerales, S.A (ERIMSA), es quien ha solicitado a la Junta de Castilla y León autorización para abrir esta gran mina a cielo abierto.
El fin de esta mina sería la extracción de gravas de cuarzo para la obtención de cuarzo metalúrgico cuyo destino final, de acuerdo con el proyecto, sería su exportación hacia Noruega y otros países.
En una reciente reunión, más de un centenar de vecinos, agricultores y ganaderos mostraron su «completa oposición» a esta mina que afectaría a su forma de vida. Sostienen que sus construcción supondría «la pérdida de fertilidad de los terrenos agrícolas y la erosión inevitable, la contaminación del agua, la destrucción de la naturaleza, paisaje, flora y fauna y, sobre todo, el daño a la economía general de la zona (turismo, agricultura y ganadería, servicios, infraestructuras...)».
Tras la polémica generada, Erimsa ha mostrado su voluntad de explicar personalmente a vecinos, ayuntamientos y asociaciones cómo es su método de trabajo y el modelo de «minería moderna y sostenible» por el que apuesta desde hace más de cuatro décadas para la extracción de cuarzo. La empresa asegura que se trata de un sistema que es «completamente diferente al tradicional y que, en ningún caso, ocasiona daños medioambientales ni afecta a la vida cotidiana de la población».
Erimsa reitera que el sistema de cribado de terreno garantiza la recuperación total de la tierra en las mismas condiciones que antes de llevar a cabo su labor. Erimsa aclara que «nadie verá grandes extensiones de terreno en las que estemos realizando el cribado simultáneamente porque solo lo hacemos de dos hectáreas en dos hectáreas«.
Por último, la compañía concluye que su modelo «no tiene nada que ver con lo que algunas personas se imaginan de grandes explotaciones a cielo abierto; es una cuestión crucial, por lo que estamos dispuestos a aclarar todas las dudas al respecto de nuestro proyecto».
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