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El continuo ir y venir de transeúntes marcan el ritmo de la céntrica calle Marqués del Arco. Forma parte del eje turístico por excelencia de la ciudad, ya que es una de las que calles que unen dos de los tres monumentos imprescindibles de ... Segovia, la Catedral y el Alcázar. Situada entre la Plaza Mayor y la calle Daoíz, esta vía no siempre ha tenido la misma denominación, ya que en su libro 'Las Calles de Segovia', Mariano Sáez y Romero hacía referencia a este mismo enclave como calle de los Leones, debido a las figuras del enlosado de la Catedral que representan a este animal. Antes también se llamó calle de la Almuzara, por ser la calle que albergaba el mercado de grano.
Marqués del Arco, en el barrio de las Canonjías, se ha consolidado como el núcleo del comercio turístico y en ella se han establecido comercios de artesanía y recuerdos de la ciudad, pero también algún restaurante.
Palacios y casas señoriales se alzan a ambos lados de la calle, presidida por la Catedral. En esta calle se encuentra la puerta norte del templo mayor, llamada puerta de San Frutos, dedicada al patrón de la ciudad y lugar de acceso habitual al monumento. El proceso de construcción de esta entrada fue largo y complejo, comenzó en 1579, pero no finalizó hasta 30 años después. Además, incluyó el levantamiento del crucero. La parte superior de la puerta está decorada con dos columnas de estilo corintio, mientras que el cuerpo inferior está compuesto por cuatro columnas de estilo dórico. Una estatua de San Frutos, diseñada por Pedro de Brizuela en el 1611 y labrada en piedra de granito por Nicolás González, corona el portón.
Frente a la Catedral se alza el Palacio del Marqués del Arco, de la segunda mitad del siglo XVI, un edificio caracterizado por la flexibilidad e irregularidad de su estructura. La austera fachada de piedra se desarrolla en dos pisos. Tanto la portada adintelada como el balcón de la planta superior están enmarcados por columnas jónicas con capiteles en espiral. El patio, por su parte, es uno de los ejemplos del más rico plateresco de Segovia y alberga una doble galería de columnas.
Este edificio se construyó para el Cardenal Espinosa, consejero de Felipe II, pero nunca llegó a habitarlo. A finales del siglo XVI pasó a la familia de los Peñaranda y de esta, por herencia, a los Márquez de Prado, que desde 1686 ostenta el marquesado del Arco.
Joaquín de la Isla Fernández, marqués del Arco, fue dueño de esta señorial casa. Fue alcalde de la capital en 1867 y, según Mariano Sáez, le solicitaban consejo para asuntos que afectaban a la población, ya que era un respetado y prestigioso segoviano. «Era muy caritativo frecuentemente repartía dinero y bonos en especie a las clases menesterosas», detalla. Pasado este palacio, vasijas, postales, imanes, cestas, azulejos y platos decorados, además de ropa y alimentos artesanos, comienzan a inundar el margen derecho de la vía.
En el número 22 se encuentra la Oficina de Información al Consumidor, dependiente del Ayuntamiento de Segovia. Esta oficina recibió en 2017 un total de 1.339 consultas y reclamaciones. De ellas, 940 eran consultas, en especial del sector de las telecomunicaciones, un total de 251. Además, el pasado año se incrementaron las vinculadas al sector bancario, llegando a las 69 relacionadas con las cláusulas suelo.
En cuanto a las reclamaciones, 399, el mayor número se correspondieron al sector telecomunicaciones con 169. De ellas, 90 hacían referencia a telefonía móvil, 52 a fija y 27 a Internet. Le sigue el sector de la electricidad con 16 reclamaciones, las mismas presentadas sobre el sector de hostelería y restauración.Además, la Junta Arbitral de Consumo recibía 48 solicitudes de arbitraje. 29 fueron por cuestiones relativas a telefonía e Internet y 4 por servicios a domicilio. A este sistema de arbitraje de consumo hay adheridas 419 empresas, comercios y profesionales.
Esta oficina no solo se encarga de gestionar estas consultas y reclamaciones, sino que también ejerce una labor de formación e información al consumidor con el fin de que que conozca sus derechos y pueda defenderlos. Para ello, la oficina organiza talleres dirigidos a escolares y ciudadanía en general sobre consumo responsable.
Unos metros separan esta oficina del Colegio Oficial de Arquitectos de Segovia, ubicado en una casa que durante muchos años perteneció al marquesado de Lozoya. Es una de las pocas edificaciones que se levantaron en Segovia en el siglo XVII, ya que era una época de crisis económica. La fachada de este edificio está construida en mampostería y ennoblecida con esgrafiados. No obstante, es el único punto en el que se utiliza la piedra, que aparece en la portada y en los escudos. Precisamente, en los adornos de los escudos se despliega la decoración barroca con cimeras y lambrequines. La portada destaca por su sencillez decorativa y la nobleza del conjunto reside en la proporción y distribución de los balcones y ventanas, ornamentados y protegidos con rejería forjada.
En el interior, hay un zaguán de ingreso con esgrafiado moderno. El patio es cuadrado, abierto y con dos pisos. El bajo adintelado en madera, con columnas de granito en sus cuatro lados y zapatas sobre los capiteles. El segundo piso, tiene balaustrada corrida de hierro. En el centro del patio se conserva uno de los restos de la historia del edificio, un pozo de piedra.
En la parte posterior del edificio destaca un elemento típico de las antiguas casas segovianas, la galería de madera, conocida popularmente como la 'solana' y utilizada como secadero de lanas. Una labor a la que se dedicaron durante varios siglos gran parte de los habitantes de la ciudad, ya fueran nobles o plebeyos.
En esta casa que fue de López de Losa y luego de los marqueses de Lozoya, fundó Santa Teresa de Jesús el primer convento de Carmelitas Descalzas que hubo en la ciudad. Además, en él ofició misa por primera vez San Juan de la Cruz en 1474. Pocos años después el convento se trasladó a la casa frontera, donde hoy permanece, pero todavía se conservan en esta casa vestigios de la estancia de la fundadora.
En cuanto al Colegio de Arquitectos, la de Segovia es una demarcación del Colegio Oficial de Arquitectos de Castilla y León Este (Coacyle), cuya sede está en Valladolid. Entre las actividades más destacadas que organiza el Colegio en la ciudad se encuentra el Mercado del Marquesado, que la pasada Semana Santa celebró su quinto aniversario. Esta iniciativa se ha convertido en un referente para diseñadores, creadores, artistas y artesanos tanto de la provincia como del resto del país. Productos naturales, conservas, cosméticos, artesanías, moda o antigüedades se venden en los diez mercados anuales que se organizan en la sede del Colegio de Arquitectos.
La librería Ícaro, una de las cuatro primeras de España con los sellos 'Librerías de calidad' y 'Librerías de referencia cultural' también se ubica en Marqués del Arco. Su primera sede lleva en La Granja de San Ildefonso desde 1981 y no fue hasta 2016 cuando abrió una tienda en esta calle del casco histórico de Segovia.
No es una librería al uso, si no que se ha convertido en un espacio cultural de la ciudad, ya que en su interior se realizan presentaciones de libros, conferencias, lecturas dramatizadas, proyecciones, charlas, actuaciones, cuentacuentos, encuentros de escritores, recitales o conciertos acústicos, entre otras actividades.
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