Las donaciones a Cáritas se desploman un 45% pese al repunte de las atenciones

La crisis económica, cuyos primeros efectos se conocieron tras la pandemia y se agravaron por la guerra en Ucrania, «nos afecta a todos», especifica el portavoz de Cáritas en Segovia. El perjuicio es visible en las propias arcas de la organización humanitaria, ya que tuvo que lamentar a lo largo del año pasado un desplome del 45% en relación al dato global de donaciones, de acuerdo con el análisis de la memoria de actividades correspondiente a 2023.

Las cuotas de socios y los donativos, sin contar otras modalidades de financiación privada, han supuesto el 28% de los ingresos totales de la entidad a lo largo de los últimos doce meses, que por primera vez en años no superaron el millón de euros. «El económico es el tema que más nos está costando», reconoce Anaya. Estas pérdidas tienen un origen destacado: las herencias y legados. En los últimos doce meses, no se ha producido ninguna donación testamentaria. La cuadrícula en el presupuesto anual, por tanto, se queda vacía.

«Confiamos en que sea un hecho puntual», subraya. Si bien es cierto que también observa una menor contribución de particulares en forma de donativos y cuotas respecto a 2022 , Anaya puntualiza que el descenso no ha sido tan drástico somo en las herencias; simplemente «se han estabilizado». De hecho, el vicario general de la Diócesis de Segovia, Ángel Galindo, destaca que el canal para realizar las aportaciones ha evolucionado. Es el caso de la campaña 'Xtantos' para marcar la casilla de la Iglesia en la declaración de la renta, pero también se percibe un aumento en los donativos que llegan vía Internet y bizum. «Es una manera de colaborar más personal y eficiente», reconoce.

La sostenibilidad económica se convierte en uno de los objetivos primordiales que se perseguirán en los próximos meses. Es una cuestión que preocupa en el seno de Cáritas, ya que las asistencias por necesidades de los residentes más vulnerables en Segovia experimentan un fuerte incremento. A juicio del director, «ayudar a las personas también requiere de personal, material e inversión financiera».

No es una cuestión solo de números, sino de «personas con nombres y apellidos», matiza Galindo. De ahí que hayan apostado por poner en marcha un plan de reforma del plan de socios y donantes, que se inaugurará estas semanas con la renovación de la página web de la organización católica para una mayor visibilización. «No es tanto arreglar lo que se hace mal, sino más bien ver qué cosas se pueden mejorar», determina.

Las aportaciones públicas suponen el 44% de la financiación de Cáritas en Segovia y, el resto procede de fuentes privadas. El gasto asciende a casi 1,1 millones de euros, lo que conlleva un décifit de 144.000 euros. Es el agujero más grande desde 2021, cuando la actividad se empezó a normalizar tras la irrupción de la covid.

A pesar de la disminución de recursos propios, que lleva a hacer un llamamiento a colaborar, el balance que extrae la organización es «positivo», lo que se extrapola con la situación de las residencias. Solo presenta pérdidas la de El Sotillo, que el verano pasado tuvo que hacer frente a un brote de covid con decenas de afectados. Ese debe se compensa con las ganancias de los centros de Cuéllar y Sepúlveda.

Asimismo, las asistencias han alcanzado a un 15% más de benefaciarios en comparación con 2022 y, por otra parte, se han celebrado varias inauguraciones: la tienda Moda Re-, que da salida a las 150 toneladas de ropa de segunda mano que han sido recicladas, y un espacio de acogida para personas sin hogar. La labor que lleva a cabo la organización en la provincia se ha «intensificado», explica el vicario, en relación al aumento de las necesidades.

En los doce meses del año pasado, más de 3.800 personas participaron en los distintos programas de Cáritas o recibieron algún tipo de ayuda. Son mil más que en 2020, el peor periodo de la pandemia. El dato de intervenciones es mayor y sigue la misma tendencia ascendente, hasta superar las 18.700, ya que un mismo usuario puede solicitar apoyo en más de una ocasión.

Las acciones más numerosas, que engloban a casi un tercio del total de personas asistidas, se corresponden con la acogida y atención primaria, que consiste en el acompañamiento integral de aquellos que presentan riesgo de exclusión social. Esta área acapara el 25% del presupuesto, ya que las diferencias entre la población con mayor o menor renta «cada vez son mayores», advierte Anaya. Ejemplifica con el acceso a la vivienda, la principal dificultad con la que se encuentran aquellos interesados en rehacer su vida en la provincia.

«Aunque sí que se han recibido más ayudas para este ámbito, en Segovia el alquiler es prácticamente imposible para muchas personas», determina. No solo por el precio de la renta, que en apenas un año se ha disparado un 25%, sino que es una cuestión que también atañe al acceso a un hogar. «Hay condiciones muy estrictas, ya sean laborales o sociales, que muchas personas no pueden cumplir», lamenta, lo que el director segoviano atribuye al gran protagonismo del turismo en la ciudad.

Sin embargo, el programa más cuantioso, que concentra un tercio de la inversión total, es el de empleo y formación. El 67% de las inscripciones en los cursos y servicios de orientación laboral son mujeres y, muchas de ellas, migrantes. Es una cifra que podría dispararse en el futuro, pues Cáritas tiene conocimiento de algunos interesados que no pueden beneficiarse de estas acciones por carecer de medios económicos, lo que se quiere solucionar.

También sobresale el plan de atención de adicciones y prevención, que llevó a cabo casi 2.000 intervenciones relacionadas con el apoyo a personas con trastornos por uso de sustancias estupefacientes. Es un programa que también aborda otros problemas de dependencia, como es el abuso de las pantallas los videojuegos, que se constituye como una de las secciones más novedosas del proyecto y en la que hemos visto «un incremento en personas jóvenes», concluye.