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Un momento del partido disputado el sábado en Segovia. Miky
La doble fiesta de los Lobos: jugar en Segovia y ser segundos

La doble fiesta de los Lobos: jugar en Segovia y ser segundos

Los segovianos logran en el campo de las pistas de atletismo de La Albuera, en su primer partido en la ciudad, la tercera victoria consecutiva

Jueves, 14 de noviembre 2024, 10:11

El RAC Lobos vivió el sábado una doble fiesta: la victoria –su tercera consecutiva, lo que le sitúa en segunda posición de la 2ª A madrileña– y jugar en Segovia, una concesión de su rival, el Alcalá, precisamente el rival de los 11 del calendario que más lejos tenía la ciudad. Lo agradecen los segovianos, que jugarán la mayoría de sus encuentros como local en Puerta de Hierro –allí ganaron ya al Alcorcón y recibirán al Majadahonda, que ya ha comunicado formalmente su decisión– y aprovecharon la ocasión para demostrar a su parroquia la mejora que les lleva por el momento a postularse al ascenso. Un triunfo por 43-22 y un suculento tercer tiempo para agradecer a sus visitantes el viaje que la mayoría se ahorra.

El Alcalá, que simplemente pidió jugar el sábado a las 15:00 horas, fletó un autobús para jugadores y acompañantes. Entre eso y la recogida de alimentos no perecederos y enseres del club para los afectados de la dana, hubo una buena entrada en las pistas Antonio Prieto. Los segovianos son un equipo con una rotación amplia que roza su versión final. «Ya tenemos casi todas las piezas, la plantilla ya está hecha al 98%», subraya su entrenador, Iván Martínez, que aprovechó un partido a priori más asequible ante el cuarto por la cola para dar descanso a unos y más minutos a otro. «Ahora vienen cuatro jornadas seguidas y hay que dosificar o no llegamos a mediados de diciembre».

El equipo agradeció el viaje del Alcalá, el club que más lejos está de la ciudad, con un guiso de carne, patatas y níscalos

El físico de una plantilla amplia y joven terminó por romper con tres ensayos en la segunda parte hasta el 43-22 final lo que fue un partido competido por momentos. Un triunfo que pone segundos a los segovianos con 16 puntos, producto de tres victorias y cuatro puntos bonus: tres ofensivos –anotar cuatro ensayos– y uno defensivo, por caer de siete en su derrota inaugural en Tres Cantos ante Rugby Unión Norte por 24-17, el «partido trampa» ante un recién ascendido. «Fue el tropezón que nos teníamos que pegar. El golpe de realidad, saber que en esta liga puedes perder contra el último y ganar al primero». Reaccionaron en la segunda jornada ganando al Alcorcón (47-34) en un duelo con idas y venidas que se decantó cuando los segovianos empezaron a mover rápido el balón. La visita a Getafe en la tercera jornada fue categórica (12-72), en una jornada con palizas de los favoritos: el 0-47 de Las Rozas, el 90-7 de Majadahonda o el 12-57 de Cisneros.

El dilema es si los segovianos pueden competir a ese nivel o deben conformarse con liderar el siguiente escalón, suficiente para la salvación. «Con esos resultados, somos de zona media muy alta. Sabemos que nuestra liga va estar entre los cuatro o cinco primeros». Para ello han atacado sus puntos débiles: la touch –la plataforma para poner el balón en juego desde la banda– y la melé, pues son una delantera pequeña. «Después del primer partido, les dijimos que se olvidaran completamente de lo que habían aprendido. Y ha habido un cambio fantástico, de bajar ellos antes a entrenarlo para aprenderse las pautas». La táctica ha sido restar efectivos a la hora de saltar el balón para reanudar cuanto antes el juego: hay equipos que arrollan por kilos, ellos lo hacen con ritmo. Y su melé, más ligera. Martínez habla de «saber respirar» dentro de ella, la metodología de Nueva Zelanda o Australia, plantillas más 'pequeñas' que Inglaterra o Irlanda. «Pierde el primero que pierde el aire. Si podemos bajar la melé, a los jugadores más grandes les va a costar mucho agacharse».

Los Lobos posan antes del encuentro. Miky

De eso se habla en el tercer tiempo. La costumbre del rugby dice que el local lo organiza; los Lobos, aunque el rival les obligue a jugar en Madrid, lo celebran en Segovia. Y no es raro que algún contrincante viaje con ellos a la vuelta. «Ellos entienden que es un problema de las directivas o de la federación, no es culpa de los jugadores. Es un mundo muy pequeño, nos conocemos entre todos. Veniros, os quedáis en casa de este y pasamos la noche. La hermandad». La responsabilidad de preparar la comida rota entre los Lobos, pero en esto también hay titulares y el sábado tocó cocinero profesional: carne guisada con patatas y níscalos para medio centenar de personas. Porque un jugador de rugby come bien. El Alcalá llevó el bus a la sede del club segoviano en el polígono de El Cerro y más de uno estiró la noche con sus anfitriones. «Sé que mis jugadores celebraron mucho y largo».

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Martínez habla de «aspirar a lo más alto posible» con el partido ante Majadahonda, líder con 19, el único que ha ganado sus cuatro partidos, del día 23 en el horizonte. «Va a ser el que nos mida el nivel real. Si de verdad nos hemos ganado estar ahí arriba o todavía tenemos que trabajar. El año pasado lo hicimos bien en los dos partidos, pero no tuvimos el nivel para poder competirles hasta el minuto 80. Este año estamos con muchas ganas». Su viaje es la mitad que el del Alcalá, pero en la negativa a desplazarse hay un mensaje. «El hecho de que no vengan ya dice mucho del nivel que ellos saben que nosotros tenemos. No diría miedo, pero sí respeto. Que igual voy a su casa y me cuesta más».

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