Segovia
La demanda de trasteros impulsa un nuevo activo en el mercado inmobiliarioAlgunos particulares han apostado por transformar locales comerciales cerrados y sótanos diáfanos
Una nueva tendencia ha acabado arraigando y dando forma a un activo con futuro dentro del mercado inmobiliario local: el alquiler de trasteros. La creciente ... demanda de espacios de almacenamiento ha convertido los trasteros en objeto de deseo, hasta el punto de que afloran ya algunas iniciativas particulares que han transformado en trasteros locales comerciales cerrados y sótanos diáfanos. Profesionales del sector confirman la existencia de un fenómeno que no es sino reflejo del profundo cambio que las necesidades de los ciudadanos y las dinámicas del mercado están experimentando.
Segovia, con un casco antiguo declarado Patrimonio de la Humanidad, afronta un desafío particular: muchos de sus edificios, especialmente en el recinto amurallado, pero no necesariamente, carecen de trasteros, en palabras de Gonzalo Marina, presidente de la Asociación Segoviana de Empresas Inmobiliarias (ASEINMO). Esta carencia estructural, sumada a la proliferación de autónomos –abogados, arquitectos o pequeños empresarios– que necesitan espacio para almacenar documentación o materiales, ha disparado la demanda. «Tengo muchos clientes, sobre todo abogados, que necesitan trasteros para guardar documentos que deben conservar», añade Marina.
Los trasteros se alquilan con rapidez y a precios competitivos frente a los locales comerciales, con baja demanda
El perfil de los demandantes es variado, pero destaca la necesidad de espacio adicional en una ciudad donde los pisos tienden a ser pequeños. «Cuanto más pequeña es la vivienda, más se necesitan trasteros para guardar cosas: bicicletas, ropa de temporada, libros…», señala Miguel Tovar, presidente del Colegio Oficial de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria. El fenómeno no es exclusivo de Segovia. Según un informe de Idealista, en ciudades como Madrid o Barcelona, la demanda de trasteros ha crecido un 15% en los últimos cinco años, impulsada por el aumento del comercio electrónico, que lleva a los ciudadanos a acumular más bienes, y la reducción del tamaño medio de las viviendas. En Segovia, esta dinámica se ve agravada por la falta de oferta de trasteros en el parque inmobiliario tradicional.
La escasez de trasteros en los edificios históricos ha propiciado una solución creativa: la reconversión de locales comerciales y sótanos en espacios de almacenamiento. «Hay locales que se están convirtiendo en trasteros porque así son más rentables. Antes, los locales comerciales eran un lujo para los inversores, pero ahora muchos están vacíos. Transformarlos en trasteros es una forma de darles salida y obtener mayor rentabilidad», asegura Marina. El cambio responde a una realidad económica: mientras los locales comerciales situados en calles secundarias cuentan con baja demanda debido a la crisis del comercio tradiciomal y la competencia del comercio 'on-line', los trasteros se alquilan con rapidez y a precios competitivos.
El presidente de la patronal de la construcción en Segovia, Javier Carretero, confirma la conversión de antiguos locales comerciales en trasteros, aunque es más común la transformación de esos mismos espacios en viviendas, siempre que las condiciones del local se ajusten a la normativa. «Hay casos de locales que se transforman en trasteros porque no cumplen los requisitos para convertirse en viviendas», apunta. No obstante, las nuevas promociones inmobiliarias ya incluyen trasteros por defecto, en respuesta a la demanda, una realidad incuestionable. «Los pisos son más pequeños y no hay lugar para almacenar cosas; de ahí que las nuevas construcciones ya incorporen trasteros con capacidad suficiente, aunque esto suele estar condicionado al espacio disponible».
Precios y rentabilidad
El precio de los trasteros varía según el tamaño y el tiempo de alquiler. Según Marina, un trastero estándar de 1,5 por 2 metros puede salir por entre 100 y 125 euros al mes, mientras que su precio de venta ronda los 3.000 a 4.000 euros. Tovar ofrece una estimación más detallada: «Un trastero de 6 metros cuadrados puede costar unos 30 euros al mes, pero uno de 40 metros puede llegar a los 250 o 300 euros». Estas cifras reflejan la rentabilidad atractiva para los propietarios cuando un local comercial puede permanecer vacío durante meses, e incluso años.
Un informe de ASEINMO, en colaboración con la Federación Empresarial Segoviana (Fes), destaca que los precios de alquiler de locales comerciales presenta variaciones de hasta un 200% según la zona, lo que refuerza la viabilidad económica de reconvertir espacios no comerciales en trasteros. «Los locales en calles poco transitadas no tienen salida comercial, pero como trasteros son una opción óptima», subraya Tovar.
Tendencia nacional
Segovia no ha hecho más que sumarse a una tendencia que lleva años en auge en otras ciudades españolas. En Madrid, Valencia o Sevilla, han proliferado empresas especializadas que ofrecen soluciones de almacenamiento para particulares y profesionales. La escasez de oferta de viviendas y el aumento de la demanda de espacios flexibles han impulsado el mercado de trasteros en toda España. En Segovia, esta tendencia está amplificada por el auge universitario. Los estudiantes, especialmente de IE University, buscan espacios para guardar pertenencias durante el curso o tras las mudanzas temporales.
A pesar del auge, la reconversión de locales no está exenta de desafíos. «La normativa municipal puede ser un obstáculo, sobre todo a la hora de convertir locales comerciales en viviendas. Hay zonas donde las exigencias para transformar locales son estrictas, especialmente en el casco antiguo», advierte Carretero. Sin embargo, la colaboración público-privada podría facilitar estas conversiones, agilizar trámites y promover incentivos para revitalizar espacios vacíos. «Sería ideal que la Administración fuera más flexible con la normativa para dar vida a locales que, de otro modo, seguirían cerrados», propone Carretero.
Marina subraya la necesidad de adaptarse a las nuevas demandas del mercado. «El mundo inmobiliario ha cambiado mucho en muy poco tiempo. Los inversores buscan rentabilidad, y los trasteros son una solución práctica y rentable», observa. Tovar añade que esta tendencia beneficia a los propietarios, pero también al conjunto de la ciudadanía. «Es una forma de responder a una necesidad real de espacio en una ciudad donde la oferta es limitada».
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.