El 90% de los comerciantes de Blanca de Silos solicita el regreso del tráfico rodado

Gran parte de los comerciantes consultados confirman que se han replanteado mudarse a otro punto de la ciudad si la situación en Blanca e Silos no cambia. «La calle está muerta cuando es una de las principales arterias comerciales de la ciudad», puntualiza la gerente de Bed's, Pilar Lázaro. «¿Mejoría? Aquí no hay ninguna mejora. No hay nada de gente y el ambiente es mucho peor, va a ser muy difícil recuperar la afluencia que teníamos antes...», corrobora Santos Pérez, al frente de La Fábrica.

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La plaza de la Universidad, en la que se ubica el estanco dirigido por Asunción Renedo, fue una de las zonas más perjudicadas por los retrasos que experimentaron las obras. «Ha habido momentos de estar sentada frente al ordenador y no venir absolutamente nadie», comenta. Una vez finalizados los trabajos, «me voy recuperando, pero me faltan todavía muchos clientes: es una pena, está todo fatal», insiste.

Estas reflexiones conjuntas han llevado a 18 de los 20 comerciantes instalados desde hace tiempo en la calle, lo que supone el 90% de los locales que permanecen abiertos, a firmar un escrito a favor del regreso del tráfico rodado con el objetivo de redirigirlo al Ayuntamiento de Segovia. «No estamos contentos para nada», remarca Lázaro. Los trabajos están enmarcados en un proyecto que persigue revitalizar y dinamizar la actividad comecial en este punto de la ciudad. «Si esta ha sido la excusa, ue sepan que no nos está favoreciendo en nada, solo ha beneficiado al vehículo de dos ruedas», apostilla.

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Las quejas también se dirigen a la eliminación de la isla de contenedores existente. «A estas alturas de mi vida tengo que salir a tirar la basura arrastrando las cajas varios metros...», relata De Antonio. A ello se suma la reubicación del área de carga y descarga al principio y final del tramo peatonal, cuando los comerciantes creían que se iba a establecer en las calles intermedias que confluyen en Blanca de Silos, donde finalmente se han habilitado dos espacios para el aparcamiento de bicicletas, motocicletas y patinetes. «Los proveedores tiene que venir con todo desde lejos», señala Lázaro.

«Todo ha ido a peor; el que tenga remanente puede aguantar pero el que no, tiene que cerrar. Si no vuelven a poner tráfico, para la próxima temporada me tendré que ir», reitera la propietaria de la boutique Quimera. «Algunos ya han tomado esta decisión mientras que otros que optan por quedarse lo hacen porque tan solo les queda unos años para jubilarse; decir que esto se está haciendo a favor del comercio es una incongruencia», concluye.