![Una mujer camina por la calle Blanca de Silos mientras los operarios ultiman la colocación de bancos.](https://s2.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/2024/10/24/blanca-silos-hoy-detorre13-kR3D-U2201587989258U7C-1200x840@El%20Norte.jpg)
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La calle Blanca deSilos se ha convertido en una de las vías más famosas de Segovia capital. Y no precisamente por constituirse como la arteria comercial más destacada o un bulevar libre que los ciudadanos utilizan cada día para pasear. O, al menos, de momento. ... La polémica ha acompañado cada avance de las obras de reforma y peatonalización ejecutadas en la zona. Ahora luce su nueva imagen, pero las críticas que realizaban muchos residentes y comerciantes no han cambiado. El «descontento general» protagoniza las valoraciones, mientras que el Ayuntamiento defiende la mejora de la calidad de vida de los vecinos y el creciente interés de inversores por asentarse en el barrio de Santa Eulalia.
Ya no queda nada de la anterior calle Blanca de Silos. El adoquín y los coches aparcados a ambos lados han desaparecido, así como las estrechas aceras con desnivel y hundimientos. Ahora estas plataformas son mucho más amplias, se ha ganado espacio para el peatón y «da gusto pasear». Esa es una de las observaciones que se pueden conocer con un simple sondeo a los viandantes. Las opiniones son de todo tipo. No obstante y según los testimonios recabados, la mayoría de los casos aluden a la nostalgia.
Los vecinos echan de menos las plazas de aparcamiento —calculan que se han eliminado hasta 80 estacionamientos—, la isla de contenedores de basura que había frente al portal número 8 o las áreas de carga y descarga situadas frente a los comercios. Pero sobre todo añoran la afluencia de mayor número de visitantes. «La calle se ha quedado muerta y el comercio está totalmente destruido», asegura la presidenta de la Asociación de Vecinos de Santa Eulalia, Esther Santos. A su juicio, «pasas a las doce de la mañana y no hay nada». Ni siquiera curiosos interesados en conocer el resultado de este lavado de cara .
«Hay mucho malestar», explica. La entidad vecinal ha recibido estos días sendas peticiones de afectados que eran partidarios de celebrar una reunión para abordar algunos de los problemas más destacados. «Quieren que se traslade sobre un documento los fallos que están viendo», subraya. Todo pasa por una propuesta común: «¿Por qué no se vuelve a abrir el tráfico para dar vida a la calle?», indica Santos.
Los últimos remates y correcciones han concluido esta misma semana. El miércoles culminó la instalación del mobiliario urbano previsto en el proyecto —una veintena de jardineras y bancos— y en el futuro se sumarán más ejemplos, como son consignas y otros bancos inteligentes. «Ya está todo finiquitado; la valoración es buena porque se ha mejorado mucho el entorno», asegura por su parte el concejal de Obras, Servicios e Infraestructuras, José Luis Horcajo.
El representante municipal es consciente de las incomodidades que han experimentado los trabajadores y habitantes en el barrio al alargarse alrededor de dos meses las obras. «Los técnicos están estudiando si hay que sancionar a la empresa por esta demora; hay que sacar todavía conclusiones», especifica.
Su visión difiere, en cierta medida, de la compartida por el colectivo vecinal. Mientras que estos últimos lamentan la decadencia en lo referente a la llegada de visitantes, el edil defiende un interés creciente tanto económico como social en la zona. «Me han dicho que empezaba a haber movimiento de gente que quería ver locales o que ya han invertido y comprado un establecimiento», subraya. «Hay que darle tiempo, en general es una buena intervención», añade.
La mejora de la seguridad vial que perseguía la reurbanización tampoco se ha visto reflejada, según los vecinos. «Las jardineras están colocadas sin simetría, algunas en el área destinada a la circulación de vehículos de dos ruedas y otras en las aceras. Incluso han cortado el paso a una de las calles, ¿qué va a suceder si hay una emergencia y ni las ambulancias ni los camiones de bomberos pueden pasar?», advierte la portavoz.
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A ello se suma la prioridad que se le otorga a las bicicletas y patinetes. En el caso de estos últimos, «hay algunos que bajan a toda pastilla, es un peligro», comenta Pilar Lázaro, comerciante al frente de Bed's. Es un hecho que corrobora Santos Pérez, de La Fábrica. «No es peatonal porque no puedes ir libre por la calle; incluso han pintado pasos de cebra», apostilla.
Los incumplimientos son reiterados, advierten residentes y comerciantes, un comportamiento que confían que desaparezca en el futuro. La presidenta de la asociación de vecinos declara que «hay coches que se están saltando la prohibición de entrar y van hasta el final, y también son muchos los que no saben por donde tirar y se preparan atascos». Sobre todo en el acceso a la calle María dePablos, un tramo en el que «ahora se conduce a mucha más velocidad que antes». «Es un desastre, la universidad se está quejando porque cuando salen del parking tienen que dar toda la vuelta al barrio», apunta Lázaro.
Otra de las modificaciones demandadas era la renovación de la iluminación. La gerente de Bed's asegura que «los puntos de luz se han mantenido, lo que se han cambiado son los apliques para instalar unos de bajo consumo». «Y ahora no se ve nada», puntualiza María de Antonio, propietaria de la boutique Quimera. «En el momento en que empieza a hacerse de noche y las tiendas apagan las luces esto parece la boca del lobo», coincide Esther Santos.
Ha habido algunos incidentes puntuales, como es la inundación de parte de la vía durante la última tromba de agua que cayó en la ciudad, a lo que se une el hallazgo de goteras en algunas viviendas. «Al tener más presión el agua después de las obras, algunas tuberías de casa antiguas no han aguantado y han reventado», relata la presidenta de la asociación con sede en Santa Eulalia base a una queja recibida recientemente.
El responsable municipal del área de Obras, Servicios e Infraestructuras no cierra la puerta a hacer modificaciones en el futuro si es necesario. «Habrá que ver e intentar mejorar ciertas cosas, es algo que se extrapola al resto de la ciudad: buscamos soluciones a aquellos problemas que puedan surgir», concluye.
La inversión ejecutada para acometer el proyecto asciende a 748.000 euros, de los cuales el Ministerio de Industria y Turismo aporta el 73%, con cargo a los fondos europeos procedentes del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, mientras que el Consistorio segoviano hace frente al 27% restante de la financiación. Se trata de una reurbanización enmarcada en la iniciativa 'Segovia, son compras y mucho más'.
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