Tellechea controla el balón durante el partido ante el Sestao River. Juan Martín / Gimnástica Segoviana
La Crónica

Combate nulo entre dos rivales con mucho que perder

La Segoviana, con un enfoque más cauto, salva un punto que estuvo más cerca de perder que de ampliar

Domingo, 17 de noviembre 2024

Para un estadio que en 2021 aún soportaba el tedio de la Tercera División, La Albuera llevaba dos meses de fútbol cinco estrellas. Los cinco primeros partidos en La Albuera habían incluido 16 goles, dos victorias y tres empates que pudieron caer para cualquier lado. ... En comparación, la visita este domingo del Sestao River fue la pipa amarga de la bolsa. Un duelo plomizo que aburrió a 2.118 espectadores, incluyendo a un centenar de aficionados vascos. Un duelo entre dos rivales que mantienen sus posiciones en la lucha por el descenso –los segovianos siguen dos puntos por delante– tras un combate nulo que no será el último en lo que se presume una lucha encarnizada por salvar la categoría en Primera RFEF.

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Segoviana

Oliva, Hugo Marcos, Abel Pascual, Sergi Molina, Rubén, De la Mata, Manu, Berlanga, Hugo Díaz, Tellechea y Davo.

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Sestao

Javi Garrido, Markel, Efremov, Blanco, Cordero, Córdoba, Garai, Adri Gómez, Bustillo, Leandro y Etxaniz.

  • Cambios Segoviana: Silva por Hugo Marcos (m. 60), Fer Llorente por Manu (m. 60), Borrego por Tellechea (min.70), Fernán por Hugo Díaz (m. 80) y Diego Gómez por Davo (m. 80).

  • Cambios Sestao: Diego Aznar por Leandro (m. 62), Alfred Planas por Ion Etxaniz (m. 62), Sergi García por Marcos Bustillo (m. 76) y Adri Miranda por Asier Córdoba (m. 88)

  • Árbitro: Daniel Clemente Manrique (Canarias). Amonestó con amarilla a De la Mata, Hugo Díaz y Rubén por la Sego; a Adri Gómez y Carlos Cordero por el Sestao.

  • Otros datos: Partido correspondiente a la decimotercera jornada de liga en el grupo I de Primera RFEF. Disputado en La Albuera ante 2.118 espectadores, alrededor de un centenar llegados desde Sestao.

Para ser un portero suplente, Héctor Oliva profundizó su relación con el Sestao, el equipo ante el que ha perdido su único partido en La Albuera, la eliminación en Copa del Rey en noviembre del año pasado. Tras repetir once en Tarazona, Ramsés tenía la obligación de sorprender, como hizo al dejar en el banco a Fer Llorente. El mismo dibujo con una filosofía más contenida. Intentar que el equipo creciera a través de Davo, pero mantener el dibujo compacto para evitar transiciones. Tras duelos revolucionarios como el del Barça B, un frenesí de ocasiones, llegó la prudencia. Los fuegos artificiales dejaron paso al chicle.

Sin la presión alta de otras veces de la Segoviana, fue el Sestao el que salió mejor, sin grandes alardes, un tímido dominio posicional. La ventaja de tener a las piezas más cerca del bote es que basta un buen pase para cobrarlo. Así se quedó Markel solo tras un pase raso que despejó su horizonte de defensores. Era una ocasión preciada, pero remató de primeras con poca mordiente, para suerte de Oliva, que recogió un balón manso y centrado. El cuadro vasco acreditaba de sobra su talento para romper la defensa. Un tiralíneas que dio a Etxaniz un mano a mano que resolvió con maestría, dejando en el sitio al portero segoviano, indultado por fuera de juego.

En ese partido de mediocentros plomizos, sin tráfico en las áreas, la Segoviana empezó a ganar presencia. Cualquier excusa valía para meter el balón al área, como la falta lateral que puso Rubén desde casi la línea de banda. Un melón con intención que prolongó Sergi Molina y que terminó en un tiro de Berlanga contra el lateral de la red. El Sestao hizo bien las tareas para contener a Davo, pero el gallego necesita un suspiro para liarla. Y estuvo a punto de hacerlo disparando de primeras un balón que la mayoría hubiera conducido. Un disparo picado que buscaba sorprender al portero, atento para meter a tiempo la manopla.

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La Sego evitaba problemas en el repliegue gracias a la dupla del doble pivote entre Juan de la Mata y Manu, pero el Sestao, sin esas transiciones fugaces con las que conquistó León ante la Cultural siete días atrás, acumuló efectivos en campo rival cuando los locales se agazapaban junto a Oliva. En esas, bastaba un mal despeje para abrir el cofre del tesoro. Lo permitió Sergi Molina, con un toque raso que llegó tímido a Gorka Garai, que desaprovechó el caramelo con un disparo desviado desde el balcón del área. Acumulaba centros del Sestao, pero el portero estuvo atento en el juego aéreo. Y el duelo se fue al descanso sin un segundo más que añadir. Ni falta que hacía.

El regreso de vestuarios trajo un espejismo de entretenimiento. Etxaniz tuvo otra ocasión de cine tras un pase filtrado por abajo que le habilitó para un disparo algo escorado a la izquierda que resolvió llenándose de balón, un misil con el alma que no cogió portería. Replicó a la contra la Segoviana, con un centro al área que peinó Davo, sin socios en la prolongación. Fueron unos minutos de cierta verticalidad, con un ritmo algo más anárquico, concretados en la mejor ocasión, la que tuvo Leandro para el Sestao. Como su compañero, le llegó escorado a la izquierda, pero se plantó en el área chica para sacarse un proyectil al palo de Oliva que el segoviano repelió salvador, tirando de reflejos para desviar lo justo el balón y salvar el gol con la ayuda de la cruceta.

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Tras ese conato de rebeldía, volvieron las aguas movedizas. Asegurar en defensa, juego directo. Buscar el gol a través del error ajeno antes que arriesgar más de la cuenta la seguridad propia. Así, en un envío pasado de Rubén, pudo llegar el bingo. La defensa del Sestao no acertó a despejar y la pelota le cayó a Berlanga, sin tiempo para elaborar, pero con la pólvora siempre lista, como demostró con dos latigazos ante el Barça B escupidos por la madera. Esta vez remató de primeras con la izquierda, con el cuerpo echado hacia atrás, y la pelota se marchó un palmo por encima del larguero.

Ramsés sacó la calidad que le quedaba en el banquillo, que no era poca. Rompió el doble pivote para meter a Fer Llorente, sin balones para desequilibrar más allá de probar suerte en un córner en el que sus compañeros bloquearon a las rosas para despistar al portero y provocar un gol olímpico. También salieron Silva y Borrego, dos luchadores con chispa para romper el statu quo, pero nada. De últimas, agotó sus cambios con Fernán y Diego Gómez sin mover el dibujo: hombre por hombre, relevando a Hugo Díaz y Davo.

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No sería el primer 0-0 que se rompe en el epílogo. La Sego soñó con una falta desde la frontal que Berlanga ejecutó con un tiro raso. Sin suerte. La jugada amagó con volverse en contra de los azulgranas, pero De la Mata hizo otra demostración de repliegue para que su equipo no perdiera lo que no había podido ganar.

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