Circular con la ITV caducada está detrás de 15 sanciones diarias

En 2023, circular con la ITV caducada acarreó 5.589 multas. Si bien es cierto que estas denuncias «no han aumentado significativamente» respecto al año anterior, según constata el jefe de Tráfico en Segovia, Pedro Pastor, la distancia se amplía de forma destacada en comparación con 2020. Fue en el periodo de plena pandemia cuando se notificaron alrededor de 3.000 casos en los que los vehículos cometían esta infracción.

«No pasar la ITV no representa un riesgo cierto», considera Pastor. El objetivo de este procedimiento es comprobar que los coches, camiones, motocicletas o furgonetas «se mantienen correctos en el cumplimiento de las características que le hacen seguro», especifica.

Es por ello que acudir de forma puntual a la cita para la inspección de vehículos contribuye a detectar situaciones o defectos que, en muchas ocasiones, «no son evidentes». Todo ello con el fin de corregirlas y «n o generar riesgos», subraya.

Más peligro conlleva echarse a la carretera con una ITV desfavorable, en las que se ha detectado un fallo grave al que hay que poner una solución. En estos casos, el vehículo «puede circular por si mismo hasta el taller para repararlo». No sucede lo mismo con las negativas, con defectos muy graves, cuya circulación está prohibida «por el peligro que representa».

Aunque las denuncias por tener un beneplácito negativo o desfavorable han disminuido «ligeramente» en los últimos cuatro años, especifica el jefe de Tráfico en Segovia, las cifras de sanciones se mantienen elevadas. Por ejemplo, los vehículos con fallos graves aún son protagonistas en 240 trámites de sanción. A su vez, los que tienen prohibido circular al presentar defectos que pueden suponer un riesgo para la seguridad vial están detrás de 43 denuncias.

Según el último anuario estadístico elaborado por la Junta de Castilla y León, el 17% del parque de vehículos que fueron inspeccionados fueron declarados desfavorables o no aptos, lo que se traduce en algo más de 23.000. Casi un tercio de los ciclomotores que se sometieron a este proceso obtuvieron este resultado, que es el tipo de vehículo que presenta mayor porcentaje de fallos muy graves.

Los defectos más habituales se corresponden con el mal funcionamiento de frenos, seguido de emisión de gases y neumáticos. A lo largo del pasado año, se interpusieron más de 400 multas por llevar las ruedas en mal estado, una cifra que se mantiene estable desde 2020.