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De campo de fútbol a piscina en cuestión de horasEn Navas de Oro están acostumbrados a que los episodios de intensas precipitaciones acaben con el campo de fútbol de la localidad completamente encharcado. De hecho, todos sus vecinos saben que es el propio sumidero del pueblo y el lugar en el que acaba el agua de todas las tierras que rodean la localidad. Sin embargo, ver el terreno de juego completamente anegado, con el agua alcanzado una altura de hasta 70 centímetros, no es muy frecuente. Es lo que ocurrió este viernes por la tarde.
Veinticuatro horas más tarde el campo, que debía ser el escenario del partido de fútbol del equipo del pueblo (el duelo fue trasladado al Mariano Chocolate), seguía completamente encharcado. No había pelota que rodase por el terreno de juego. Sin embargo, ya no era la piscina en la que se había convertido un día antes, donde tan solo se veían los banquillos y los postes de la portería.
«Por ahí pasa la cacera. Es el sumidero propio del pueblo. Todo el agua de las tierras de Samboal y de Navalmanzano va por ahí. Cuando el colector no da abasto, el agua sale por esa cacera», explica Raúl Vela, alcalde de Navas de Oro. Y si la cacera tampoco es capaz de contener todo el agua, este acaba en el campo de fútbol. Hace años, un muro separaba la cacera del campo. Pero la fuerza del agua lo derribo tras un episodio de intensas tormentas. Desde entonces, una reja cumple con la función de separar cacera y campo de fútbol, pero sin poner impedimentos al agua.
El campo de fútbol ha sido la zona más afectada por las lluvias en Navas de Oro, pero no la única. Al igual que ha ocurrido en localidades como Valverde del Majano o Cantimpalos, el agua también ha afectado a zonas exteriores como el paraje del Escarpías, donde el cauce del río ha crecido hasta 50 metros en varios puntos. «La crecida se lo ha llevado todo por delante», confirma el regidor. «Hay camiones que están anegados. Son camiones por donde anteriormente pasaba el agua. Ahora ha vuelto a su cauce», añade.
Raúl Vela explica que las lluvias de las últimas horas no han sido especialmente abundantes. «Esta semana han sido 58 litros por metro cuadrado. El viernes fueron 26. Lo que pasa es que ha caído mucho y el campo ya no chupaba más», declara.
Además de parajes y camiones, la intensidad de la lluvia también ha causado daños en al menos tres corrales y una casa de la localidad que llevan años en estado semirruinoso. «Hay otras dos casas en peligro», concluye el regidor.
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