Segovia

El 'boom' de las viviendas turísticas eleva la oferta por encima de la de los hoteles

El Boletín Oficial de Coyuntura Turística de la Junta de Castilla y León ejerce de notario del 'sorpasso'. El último mes del que la Administración regional dispone datos es noviembre de 2024. En esa fecha, en el conjunto del entramado segoviano como destino de vacaciones había contabilizadas 502 viviendas dedicadas al acogimiento de turistas. Entre todas, la oferta ascendía a 4.689 plazas.

Para hacerse una idea del 'boom' de este parque inmobiliario, marcado por la polémica debido a las voces que alertan de un mercado opaco que opera sin las obligatorias autorizaciones, el ejercicio que acaba de despedirse echó a andar con un 'mercado' de 456 viviendas y 4.322 estancias libres disponibles. Es decir, en once meses esa oferta creció por encima del 8%, a un ritmo medio de poner a disposición de los usuarios potenciales una cama más cada día. O dicho de otro modo: cada semana de 2024 abrió una nueva vivienda avalada para su aprovechamiento turístico.

Por su parte, los 63 hoteles inscritos en el registro regional en el mismo periodo de tiempo reunían una disponibilidad de 4.414 camas, 275 menos que las habilitadas en viviendas arrendadas a los viajeros que prefieren este modo de hospedaje.

Al igual que la propuesta creciente de rentas vacacionales en casas, pisos, chalés o inmuebles análogos ha superado a la de los hoteles, el parque de viviendas de uso turístico también ha empequeñecido el escaparate de estancias que brindan los establecimientos que están registrados para albergar la demanda de turismo rural, en una provincia que además es idónea por sus parajes naturales, la tranquilidad de sus pueblos, su afamada gastronomía, por las posibilidades de realizar actividades al aire libre y por el rico patrimonio cultural e histórico que atesora.

El mismo informe que radiografía la coyuntura se hace eco, en noviembre de 2024, de una oferta conjunta de 4.317 plazas de turismo rural, 372 menos que las que posee la creciente red de viviendas turísticas. Después de unos años, sobre todo a raíz de la pandemia del coronavirus, en los que esta apuesta de pareció frenar su expansión, la coyuntura que retrata el Gobierno autonómico concede un nuevo impulso a los alojamientos rurales operativos en la provincia, que rozan los números de camas disponibles un lustro atrás, justo antes de la irrupción de la covid-19.

Cuando se acerca la lupa a la evolución ascendente de viviendas de uso turístico distribuidas en la provincia de Segovia, la mayor expansión de reconversiones se concentra en la capital, fundamentalmente dentro del perímetro del recinto amurallado. Localizaciones como la Calle Real, los entornos del eje Catedral-Alcázar o en las vías aledañas a la Plaza Mayor son ubicaciones propicias en las que han aflorado estos alojamientos tras la reconversión de los inmuebles.

La modalidad que más auge ha adquirido es la de los pisos. En tan solo un año, el aumento ha sido del 33% hasta las 464 plazas registradas por el boletín autonómico repartidas en 96 establecimientos autorizados. Sin embargo, no son los más abundantes en el catálogo en el que buscan los futuros visitantes. Las casas son las que reúnen la mayor parte de las estancias ofrecidas por este parque inmobiliario turístico. En total, en noviembre de 2024 había inscritas 284 con 3.006 camas, lo que supone un incremento del 8% con respecto al mismo periodo de 2023.

También hay chalés reconvertidos. En la provincia, la Junta contabiliza 116 con 1.188 plazas para los viajeros que prefieran hospedarse en este tipo de inmueble. En comparación con la oferta existente doce meses antes, el crecimiento es del 16%.

Pese a esta eclosión, la opción preferida para alojarse la siguen constituyendo los hoteles y hostales, cuya disponibilidad de camas parece ajustarse más a la demanda, en términos cuantitativos. Basta con echar un vistazo a las ocupaciones mensuales. A lo largo del reciente año 2024, y a falta de conocer al detalle los resultados de diciembre, estos centros oscilaron entre un 14,2% en enero y prácticamente un 54% en agosto. Si bien, la duración de la estancia es más corta en los huéspedes de los hoteles. Ningún mes llegó a los dos días de media. El que más se acercó fue enero, con 1,78 jornadas de promedio.

Por su parte, las viviendas de uso turístico superaron los dos días de duración de la estancia tipo durante todos y cada uno de los meses del pasado año (a expensas de los datos de diciembre). la excepción que confirma esta regla fue octubre; pero las ocupaciones únicamente rebasaron la quinta parte de las camas disponibles en julio, cuando se registró un 22%. Enero y febrero fueron los más flojos, ya que no se llegó al 9% de ocupación media.

Los centros rurales son los preferidos para quienes buscan permanecer un poco más de tiempo. Agosto fue el mejor mes para el turismo rural, con una ocupación media del 33,4% y una estancia que se prolongó 2,34 días de media, según el informe de la Junta.