Los bomberos segovianos confían en un acuerdo entre Ayuntamiento y Diputación

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Luis Javier González

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Luis Javier González

Cerca de tres cuartas partes de sus salidas actuales son en la provincia, así que la primera incertidumbre del cuerpo es cómo será su día a día sin salir de la ciudad. Avisan de que los acuerdos con la Diputación de Valladolid para cubrir el norte de la provincia son precarios porque sus compañeros están ya saturados. A eso se añade la precariedad numérica, pues un bombero no debe ir solo, sino en binomio. El manual dice que una intervención necesita de un binomio, otro de rescate, un mando y un conductor. Ni siquiera el parque municipal cumple el requisito –suelen ir cinco, pero en momentos de escasez han ido cuatro o incluso tres–, pero la experiencia en otros parques provinciales es aún más precaria. «A lo mejor la Diputación termina teniendo un servicio potente, pero de primeras va a ser deficitario».

La institución provincial aún no ha concretado sobre el papel los turnos y los efectivos de cada uno, pero la mayoría de los bomberos que se presentó a la entrevista para ser mando recibió este mensaje: «¿Pero tú sabes dónde te estás presentado? ¿Sabes que vais a estar dos bomberos y tú de mando?». Los bomberos se fijan en cómo empezaron Toledo, Málaga o Valladolid, que inició el servicio provincial en los 90 y tres décadas después mantiene esos equipos de intervención de tres personas. La letra pequeña es que unos parques se apoyan a otros, pues el modelo entendió más efectivo una primera atención más ágil –aunque más precaria– que menos parques con más efectivos.

El rol que proponen los bomberos municipales es servir de refuerzo a la Diputación. Un ideal en el que el parque municipal gane efectivos por turno –pasar, por ejemplo, de seis a ocho– y que ese extra sirva de apoyo, pongamos, a un incendio en Caballar. Ahora mismo hay un turno de guardia y otro de localizada al que se llama cuando hay salidas en la provincia. Ante el supuesto de un incendio en Villacastín, tardaría menos en llegar el parque de Segovia que el de Boceguillas. «La prioridad es que las personas de esa vivienda tengan una asistencia digna».

La convivencia entre parques también es laboral, pues la búsqueda de personal de la Diputación puede arrebatar «pesos pesados» al parque municipal, tanto en mandos como en bomberos rasos. Un escenario que podría requerir la entrada de golpe de ocho nuevos bomberos, cuya formación práctica sobre el terreno es progresiva. «Aquí aprendes cuando sales», resumen los más veterano del servicio. Y no sobran candidatos: de 180 aspirantes en 2012 a 39 el año pasado. El criterio de los bomberos segovianos a la hora de elegir entre Ayuntamiento y Diputación está en las condiciones. «No estamos dispuestos a perder poder adquisitivo ni horario».