Bodegas de Segovia quieren ser profetas en su tierra

En el casi inabarcable universo vinícola, la provincia se mantiene en un segundo plano, en una sombra que oscurece el brillo de la producción local. El empresario afirma que, en toda la geografía, se pueden encontrar más de una veintena de bodegas, aunque sus localizaciones y producciones están muy repartidas y diseminadas por diferentes puntos.

Así, en la vertiente más oriental existe una pequeña zona que linda con los vecinos territorios de Burgos y Soria donde trabajan dos compañías; otras tantas están asentadas en el entorno de Cuéllar; media docena se emplazan en el área de Valtiendas; además de otras empresas radicadas en la zona de Nieva, donde se elaboran especialmente vinos blancos, a las que hay que añadir otro ramillete de bodegas que se hallan desperdigadas por distintos rincones de la provincia.

A pesar de que la cifra supera la veintena, los bodegueros «no nos conocemos, sabemos los unos de los otros, pero hasta ahí», comenta Casas, quien lamenta que nadie reconoce Segovia como territorio productor de vino, a pesar de que existen unas 1.600 hectáreas de viñedo distribuidas por toda la geografía provincial, con una producción que se puede situar entre las 700.000 y las 800.000 botellas de vino anuales, teniendo en cuenta que cerca del 50% de las bodegas no produce más de 15.000 botellas cada año, aunque algunas se encuentran sobre las 100.000, «y hay alguno que puede que se dispare un poco», bosqueja con números el panorama del sector el presidente de la nueva asociación.

Además del desconocimiento, los industriales segovianos del vino se topan con que se encuentran acorralados, rodeados por dos Denominaciones de Origen de mucha fuerza, como son Rueda y Ribera del Duero. Segovia, como tal en su conjunto, carece de un sello propio, aunque la zona de Valtiendas sí que posee y presume de su propio marchamo de Denominación de Origen.

Algunos de los vinos que se elaboran en la provincia están bajo el paraguas de estas marcas; otros tienen el auspicio de la figura de la Indicación Geográfica Protegida Vinos de la Tierra de Castilla y León. La falta de una etiqueta aglutinadora de garantía que identifique el origen de un caldo como propio de la provincia segoviana es una de las carencias con las que la asociación quiere acabar. De hecho, una de las propuestas iniciales de Asebovi consiste en dar pasos hacia la consecución de «un sello común en el que Segovia vaya por bandera», desvela el presidente.

Para ello, los integrantes de la alianza juegan con una importante baza, que no es otra que la del predicamento del nombre de la capital, Patrimonio de la Humanidad. La ciudad de Segovia es reconocida en buena parte del mundo, especialmente en Asia y Sudamérica. «Es un nombre muy potente», reitera Casas, cuya bodega exporta en torno al 90% de los vinos que produce. «Es muy raro que un turista no pase por Segovia y ya, en el mundo asiático, todo el mundo conoce la ciudad y el cochinillo», por lo que la propuesta no es descabellada.

Aunque la iniciativa está por el momento e el plano de las ideas, la principal línea de trabajo sería intentar 'colocar' la marca de vinos de Segovia en el mercado, empezando sobre todo por la capital. En la asociación creen que es clave iniciar en el terruño propio la conquista del reconocimiento y la expansión. Jugar de locales, en el argot futbolístico.

La mayoría de las bodegas están amparadas bajo el paraguas de Alimentos de Segovia, sello de la despensa provincial que les apoya cuando desarrolla sus diferentes acciones de promoción, por lo que podrían intentar unirse para realizar juntos estrategias de comercialización o de marca.

Y aunque cada uno tenga su peculiaridad y su sellos, lo importante es remar en el mismo sentido, «que vayamos con el nombre de Segovia por delante», reivindica Antonio José Casas. Para ello, Asebovi confía en contar con la fortaleza de la hostelería, por lo que otro de los objetivos que se ha marcado la asociación es que se consuma vino segoviano en la capital especialmente, pero también en la provincia.

«La idea es impulsar el plan más encaminado a Segovia y nacional, dar a conocer los vinos de Segovia en casa, eso es lo primero, a lo que hay que darle prioridad», incide el presidente de la Asociación Segoviana de Bodegas y Viñedos. Los siguientes pasos podrían ir encaminados a, como agrupación, ser capaces de salir juntos al extranjero, ir unidos a los eventos sin generar discordias ni guerras de intereses; pero en primer lugar y ante todo. Las empresas asociadas han de tener presente y han de intentar paliar la escasa representación que en la oferta de la hostelería segoviana tiene el vino que se elabora en la provincia.

«Con nada que la gente tome vino de Segovia, ayudaría muchísimo a la promoción, sería una promoción casi automática y de hecho no tendríamos que hacer tanto esfuerzo», piensa Casas, que asegura que esta es la mejor manera de difundir un vino, hacer que la gente lo pruebe y se consuma en casa, y si el turismo lo conoce, la salida a mercados exteriores está casi garantizada.

Aunque la asociación está recién constituida, se están dando pasos ya para animar a los bodegueros a formar parte de la alianza para avanzar en el diseño de un plan. Las primeras reuniones en las agendas son con alojamientos turísticos y con hosteleros de Segovia, para después ampliar el radio de actuación a distintas asociaciones para ir perfilando un plan de trabajo conjunto «para ver lo que nosotros podemos aportar y lo que nos pueden aportar ellos a nosotros».