Los Ayuntamientos con deudas bancarias amortizan 2,5 millones en un año

Por lo tanto, los equipos de gobierno de los Consistorios -algunos nuevos al timón de la nave administrativa después de las elecciones municipales de mayo de 2023 y otros con la confianza renovada de sus convecinos en las urnas- continúan conteniendo el aire y con el cinturón apretado. Por lo general, los dispendios de otras épocas se han quedado en los cajones y las entidades locales no llaman tanto a las puertas de las cajas o bancos para contratar préstamos financieros o avales que les eche una mano a sufragar un proyecto o pagar una sentencia perdida en los juzgados. Esas operaciones son los que generan la denominada deuda viva.

Los veintiséis Ayuntamientos que a finales de 2023 seguían con contratos crediticios pendientes de saldar, debían en conjunto a las entidades financieras cerca de 30,5 millones de euros. La lógica de la regla de tres no siempre se cumple cuando se habla de las cuentas de las administraciones, en este caso las locales. Sin embargo, en los resultados hechos públicos estos días por el Gobierno central, sí que hay una concordancia. Por lo tanto, a menos Consistorios lastrados por su deuda viva, se deduce una menor cuantía total pendiente de amortizar con la caja o el banco con el que se formalizó el contrato crediticio.

Así, los datos difundidos por el departamento que dirige la ministra María José Montero da cuenta de que, a fecha de 31 de diciembre de 2023, se había recortado el valor global de la deuda viva acarreada por las entidades locales segovianas. En concreto, ese montante conjunto refleja una quita de unos 2,5 millones de euros con respecto al cierre del ejercicio precedente. Esto quiere decir que las corporaciones han enjugado en un 7,4% ese endeudamiento.

La rebaja se produce a pesar de un contexto económico complicado, con unos meses eminentemente inflacionistas; de la guerra de la invasión rusa de Ucrania; del conflicto humanitario detonado por el genocidio de Israel en Palestina; y a pesar también de una estabilización progresiva de la escalada de precios que repercutió unos meses antes en los costes de materiales y de los combustibles, que no han llegado a abaratarse hasta recobrar las tarifas anteriores.

Para calcular el endeudamiento vivo se usa el denominado protocolo de déficit excesivo y se valoran los importes de la deuda contraída a través de la suscripción de créditos financieros, valores de renta fija, productos devengados por activos dudosos, préstamos transferidos a terceros, las asociaciones público privadas o el fondo de financiación del pago a proveedores, entre otras variables.

Entre 2022 y 2023, se caen de la lista siete municipios que se han liberado de la carga. Han suprimido su deuda viva Aldealengua de Pedraza, Aldeanueva del Codonal, Basardilla, Mozoncillo y Valseca, que tampoco tenían grandes cuantías en ese debe. También han puesto a cero su contador localidades más pobladas, como Sepúlveda, que liquidó en el último ejercicio 14.000 euros cuando tres años antes adeudaba 112.000. Y sobre todo ellos destaca la evolución que ha seguido Palazuelos de Eresma, que junto a El Espinar y La Lastrilla son los padrones más habitados de la provincia que carecen de deuda viva. El Ayuntamiento palazolense no lo tenía difícil, ya que ha saldado 3.000 euros que arrastraba de 2022, por lo que en los últimos cuatro años ha amortizado un endeudamiento con las entidades financieras que era de 909.000 euros.

Por el contrario, la relación de localidades que acabaron el pasado curso con alguna cantidad por amortizar cuando doce meses antes su deuda viva era cero la forman Carbonero el Mayor (que finalizó 2023 con 176.000 euros en el pasivo financiero); Cabezuela, con 47.000 euros; Membribre de la Hoz, que adeudaba al empezar el ejercicio actual 9.000 euros, y Fuenterrebollo, que 'estrena' endeudamiento con 16.000 euros.

Tal y como se concluye de la disminución del montante conjunto pendiente de enjugar por los Consistorios, en la provincia de Segovia hay más entidades que a lo largo de los últimos doce meses han soltado lastre que las que han tenido que recurrir a operaciones crediticias y que se han visto obligadas a incrementar su endeudamiento con cajas o bancos. Aldeasoña es el núcleo más modesto de este grupo, tanto por su vecindario como por el dinero que suma (de 15.000 a 19.000 euros). Junto a ella, han engordado su deuda viva Hontanares de Eresma, Nava de la Asunción y San Cristóbal de Segovia, los tres con padrones de más de mil habitantes.

Llaman la atención los dos municipios del alfoz. Según viene reflejado en los datos publicados por el Ministerio de Hacienda, en Hontanares, la cuantía adeudada a entidades financieras se ha multiplicado casi por diez -de 40.000 a 377.000 euros-. Con respecto a las cuentas de las arcas de San Cristóbal, cuya curva de la evolución de la deuda viva sube y baja cada año en lo que va de década, en 2023 tocó un repunte del 28,5%, creciendo de 336.000 a 432.000 euros, un monto 10.000 euros inferior al que debía en 2020.

Las entidades locales que han enjugado parte del pasivo procedente de créditos, préstamos o avales financieros, sin llegar a suprimirla, son: Cerezo de Abajo; Cuéllar (que baja de la barrera del millón de euros); Escarabajosa de Cabezas; Fuentidueña; Maderuelo; Mata de Cuéllar; Navas de San Antonio; Sacramenia; Real Sitio de San Ildefonso, que pese al bocado de 2023 a si deuda viva mantiene un lastre superior a los 5,3 millones de euros, unos 600.000 euros más que cuatro años atrás; Santa María la Real de Nieva; Torrecaballeros; Villaverde de Íscar, y Zarzuela del Pinar.