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l. l.
Segovia
Lunes, 6 de abril 2020, 15:00
La sensación de tranquilidad en una ciudadanía alemana que se sabe en buenas manos ha calado también en Diana, de 27 años, que lleva casi cuatro en Fráncfort: «Se nota que aquí las autoridades están tranquilas porque saben que tienen medios sanitarios para enfrentar la crisis, y transmiten esa tranquilidad a la población... porque si asustas a la población, las consecuencias pueden ser peores incluso que las del coronavirus», reflexiona.
Después de emigrar para trabajar de 'au pair', Diana Gil se quedó en Alemania, donde vive contenta y tiene un grupo de amigos españoles que le hacen sentir más cerca de casa, aunque lleva semanas sin verlos: «Aquí sí se puede salir; de hecho, las autoridades recomiendan salir a que te dé el aire, pero solo puedes ir con un amigo y mantener un metro y medio de distancia de seguridad. Las familias sí pueden salir todos juntos», dice. Estas medidas de restricción, más leves que en España, dan la sensación de que la gente «hace vida normal» y, tanto es así, que las autoridades ya han anunciado que comenzarán a sancionar a las personas que no cumpla con ellas.
«Aquí veíamos lo que estaba pasando en China, pero lo veíamos muy lejos, y después ha venido todo como con una semana de retraso respecto a España», relata: «Lo veíamos muy lejano y de repente nos hemos encontrado con el problema», apunta.
Formada en periodismo, después de su experiencia en el cuidado de niños, esta joven natural de la localidad de Matabuena comenzó a trabajar en una empresa de organización de eventos, donde ha tenido la suerte de haber encontrado muchos clientes latinos, con los que habla en español: «Te puedes imaginar ahora, esta todo canceladísimo». En su agencia se notó el verdadero «parón» en marzo, cuando comenzaron a suspenderse los eventos, primero los de más de 2.000 personas, después de 1.000, y así hasta la totalidad. «Después de que se cancelase todo para abril, aún tenía algo de teletrabajo para gestionar las cancelaciones, pero ahora sólo hago redes sociales; o sea, nada y menos», lamenta.
Uno de los extremos más polémicos de la potencia alemana en esta crisis ha sido el bajo número relativo de fallecidos en comparación con el total de casos confirmados de infectados: «Creo que Alemania cuenta los 'fallecidos por', y no los 'muertos con', de ahí la diferencia», manifiesta, según su opinión, Diana. A pesar de que el clima general es de calma, según la segoviana, donde más se ha notado el paso de la pandemia es en el supermercado, donde es habitual que falten ciertos productos y uno, en concreto, sobre todos los demás.
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