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No hace falta que sea de día para ser deslumbrado por el arte. La iniciativa cultural 'Arte en la naturaleza', que consiste en un certamen y encuentro de artistas, congregó a cientos de personas en uno de los campos recién segados de trigo. La edición, que celebraba su 15 aniversario, estrenó una iluminación nocturna que sorprendió a los asistentes y demoró el final de un evento que premió con más de 2.000 euros a los pintores y fotógrafos más talentosos.
«Ha sido una edición muy especial, no solo porque se haya completado toda la participación, sino también porque vivir la noche con toda la exposición iluminada en la era fue espectacular», asegura el artista y coordinador de la actividad, Christian Hugo Martín. El atardecer dejó escenas para el recuerdo. «Era una novedad y fue increíble», remarca.
Pero antes de ese momento, hubo que combatir el calor y el cansancio. «Se sufrió un poco, pero en eso consiste la pintura», bromea. Apenas habían salido los primeros rayos de sol cuando multitud de participantes en ambas categorías artísticas —de un total de 40— esperaban al comienzo del certamen con sus herramientas y diseños preparados. No hizo falta levantar un caballete, ya que, como marca la tradición, fue sustituido por pacas de paja repartidas por todo el entorno de cultivo, donde se dio rienda suelta a la inspiración.
Las sombrillas y abanicos proliferaron. «La jornada se desenvolvió muy bien, desde las primeras horas hasta la madrugada», celebra Christian Hugo. «Continuamente pasaba gente para observar el proceso de las obras», asegura. Son muchos los que visitaban el municipio segoviano también para asistir a los conciertos y otros actos: «Hubo mucho ambiente».
Un espacio exclusivo en las eras permitió a 25 niños mostrar su talento, así como a multitud de visitantes de la Fundación Personas. Su labor fue simultánea a la de los concursantes, entre los que había rostros conocidos ya de ediciones anteriores.
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Laura Olano
Esto se debe a que muchos de los autores eran locales, aunque cada vez recalan en Espirdo más pintores y fotógrafos procedentes de otros territorios: desde Madrid y Toledo hasta Tarragona o Santander. «Se va ampliando el abanico», se enorgullece. Si bien es cierto que el concepto 'concurso' es muy llamativo, el coordinador insiste en que se trata de una jornada para convivir y transformar el campo. «Para fusionarte con él y con el resto de artistas», puntualiza.
El motivo principal de las obras fue el medio rural, desde su paisaje hasta sus protagonistas. Precisamente, la pieza ganadora representó a una mujer vestida con un traje tradicional envuelta en un mar de espigas que salían incluso del cuadro. Sus artífices, Aníbal Marín y María Sanz, obtuvieron el primer premio. El segundo puesto recayó en Carolina Velasco y el tercero, en Óscar Escudero. El balance, por tanto, ha sido muy positivo, hasta el punto de que «ya estamos preparando la siguiente edición», relata Christian Hugo.
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