Nunca se habían ido tantos segovianos a vivir a Madrid como en los últimos años. Pero tampoco la provincia había acogido a tantos ciudadanos madrileños desde la llegada de la pandemia, hasta el punto de haber deparado un saldo migratorio positivo que eleva a más ... de 8.000 los empadronamientos realizados en Segovia por parte de los residentes en la comunidad autónoma vecina desde 2020. El arraigo de nuevas familias procedentes de diversos puntos del mapa nacional y originarias también de otros países empuja el padrón hasta situar las cifras de población muy próximas de las que se registraban con anterioridad la crisis de 2008, cuando se batió un récord demográfico.
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La despoblación supone una amenaza para multitud de territorios en España. Es una realidad que ondea sobre cada uno de los municipios de Segovia. Sin embargo, la provincia ha conseguido esquivar esta pérdida de habitantes a partir de la llegada de la covid. La aplicación de nuevos métodos en el entorno laboral, como es el teletrabajo, así como la existencia de comunicaciones con grandes ciudades como Madrid o Valladolid pueden explicar este hecho. Pero es sobre todo el asentamiento de personas extranjeras lo que justifica el gran empuje que ha experimentado el padrón en el último lustro.
El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha publicado estos días los datos sobre migración interior y exterior, así como los cambios de residencia de los segovianos. Son fenómenos demográficos que tienen su reflejo en los censos municipales, que a lo largo de 2023 han recuperado los niveles existentes hace dos décadas y poco a poco están más cerca de superar los registros observados a finales de 2007, cuando se superaron los 163.000 empadronados por primera vez en el presente siglo. A día de hoy, el sumatorio asciende a 156.788 habitantes.
Todo ello a pesar de que la comparativa entre nacimientos y defunciones no arroja resultados positivos. De hecho, si la evolución de la población dependiese exclusivamente de la natalidad, Segovia se situaría en números rojos. El recuento final no redunda en unos valores esperanzadores desde finales del siglo XX. Fue en 1987 cuando se contabilizaron por última vez más alumbramientos que fallecimientos. Desde esa fecha se ha alterado el equilibrio de la balanza, pues apenas nacen 550 bebés por cada mil muertes que se producen. Hace solo una década, los paritorios tenían una actividad mucho mayor, pues sobrepasaban con creces los 700 partos en relación a la misma comparativa.
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La situación podría cambiar en los próximos años, ya que 2023 es uno de los primeros ejercicios que rompen la tendencia demográfica hasta el punto de colocar la provincia segoviana como una de las regiones nacionales que han sido testigos de mayor crecimiento poblacional. De acuerdo a la estadística, se sitúa a la cabeza del ranking de Castilla y León, lo que se debe fundamentalmente al saldo migratorio, es decir, las alteraciones que ocurren en el seno del padrón a raíz de las mudanzas que tienen lugar entre provincias y también desde el extranjero.
Segovia volvió a superar a lo largo del pasado año la barrera de las 2.000 personas en lo que respecta la ganancia poblacional por cambio de domicilio. Es un incremento que se corresponde a la instalación de familias extranjeras, pero llama la atención que la elección de alguno de los 208 municipios o la capital provincial para vivir por parte de residentes nacionales haya encadenado cuatro años en ascenso.
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Salvo en puntuales excepciones, que se concentraron todas ellas en los peores años de la crisis económica y financiera -2012, 2013 y 2014-, el balance de inmigración exterior siempre ha concluido con cifras elevadas. Especialmente en 2007, cuando llegaron más de 5.000 personas procedentes de otros países y se fueron 400. Aunque es un umbral muy difícil de superar a día de hoy, la visita a Segovia por parte de extranjeros se ha triplicado en solo tres años. Son más de 3.500 los que pasaron por las oficinas del padrón para inscribirse en él, lo que se traduce en nueve cada día.
No todo es sumar, ya que en el mismo periodo se han marchado a otros países un total de 1.476 residentes, de los cuales el 84% son personas con nacionalidad extranjera y destacan las despedidas a habitantes de entre 20 y hasta 49 años. En el resto de rangos de edad, la emigración es minoritaria, si bien la estadística permite conocer que en también han abandonado la provincia al menos por una larga temporada 290 menores de edad, de los que 58 son niños de entre cero y cuatro años.
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La movilidad es mayoritaria aún entre las provincias españolas. Hay fluctuaciones constantes, que dependen mucho de la situación económica y la existencia de oportunidades laborales en el territorio, pero en los últimos tres años la llegada de vecinos de otros territorios nacionales sobrepasa la barrera de los 4.000. Una cifra similar presenta el INE sobre aquellos segovianos que se van. Miles de personas deciden irse más allá de los límites provinciales para comenzar un nuevo proyecto de vida. Hasta hace muy poco, el saldo total entre los que se quedaban y los que decían adiós a Segovia concluía en negativo.
Desde 1998 tan solo se cuentan nueve años en los que el recuento tenga resultados positivos. Hace 26 años, la diferencia se situó en 42 vecinos ganados, una tendencia que se repitió justo en el ejercicio siguiente con 173. No sucedió lo mismo a partir de 2007, cuando se dio paso a una sangría demográfica que supuso la pérdida de una media de 660 empadronados en Segovia al año durante una década.
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La caída parecía ser imparable con el paso del tiempo, pero la pandemia supuso un antes y un después. Segovia se recuperaba del desplome que habían supuesto las fugas continuas de población hacia otras provincias por primera vez desde 2010 y volvió a ser un territorio elegido por muchas familias de Castilla y León, así como otras regiones próximas para construir su hogar. Al finalizar 2020, contaba más de 7.200 empadronamientos y 5.900 despedidas, por lo que el balance retomaba una tendencia positiva.
660 segovianos
se marcharon hacia otras provincias del país de media al año a partir del 2007 y hasta el 2018.
290 menores de edad
de nacionalidad extranjera han abandonado la provincia a lo largo de 2023, según el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Así se ha mantenido hasta el último año del que se tienen datos, aunque la diferencia entre los que llegan y los que se van se haya reducido ligeramente. En concreto, hasta los 39 en 2023. Esto no ha sido un obstáculo para que Segovia haya conseguido recuperar su estabilidad demográfica. La curva a día de hoy permanece en un sentido ascendente y, pese a quedar lejos todavía de los hitos logrados en 2007, cierra uno de los mejores cómputos anuales desde principios de siglo.
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La provincia es más multicultural que nunca. Muestra de ello es que casi el 16% de la población censada en la actualidad sea originaria de otros países. No todas las nacionalidades se comportan de igual modo, ya que el saldo migratorio anota cifras excepcionales en relación a las bienvenidas que han tenido como protagonistas a ciudadanos colombianos, pues se han asentado 600 en los pueblos segovianos en el último año mientras que se han marchado apenas 80. Algo parecido sucede con las personas marroquíes, venezolanos, paraguayos y hondureños, pues la provincia ha sumado entre 200 y hasta 373 habitantes recién llegadas de estos países.
Por el lado contrario, cada vez son menos los búlgaros los que eligen establecer su hogar en Segovia, pues a lo largo de 2023 se han marchado más de 300. También han abandonado tanto la capital como las zonas rurales de residencia más de 260 rumanos y el saldo es especialmente negativo si la comparativa se realiza con alemanes, pues han decidido marcharse más de dos personas por cada nuevo residente de este país europeo que se ha empadronado.
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En relación a los movimientos de población interiores, hay muy pocos territorios que sumen más vecinos asentados que fugados de Segovia. La provincia logra arraigar 2.000 madrileños a la vez que despide a 1.700 residentes que se han ido a la capital del país. El saldo final es positivo, lo que supone un hito, ya que antes del coronavirus la situación era totalmente contraria. Es un balance que también se repite con Ávila, Asturias, Cádiz, Ciudad Real, Cuenca, Jaén, Lérida, Málaga, Las Palmas, La Rioja, Sevilla, Toledo, Zamora, Melilla y, especialmente, Huelva, desde donde proceden 56 nuevos habitantes.
Valladolid se lleva a 435 segovianos, de los que tan solo se recuperan 324. Unos resultados similares se obtienen en la comparativa con Valencia, León y Alicante, aunque las provincias que más pérdida de población suponen para Segovia son Burgos, Ávila, Valencia, Alicante o Barcelona, además de las ya citadas Madrid y Valladolid.
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