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La Gimnástica Segoviana agota su última bala, una falta servida por Fer Llorente y rechazada tras un batiburrillo en el área. Corre a por el rechace Álex Maroto, pero el árbitro pita el final. Su jornada laboral no merecía un minuto más. José Antonio Fernández ... Rodríguez fue un colegiado de serie B para un partido de serie B. Dos expulsiones innecesarias, un gol anulado por fuera de juego posicional y un sinfín de anécdotas. El cuadro de Ramsés Gil no dio para más en un césped precario ante un rival que lleva más de 450 minutos sin marcar.
Segoviana
Carmona, Hugo Marcos, Silva, De la Mata, Rubén, Fer Llorente, Ivo, Dani Plomer, Hugo Díaz, Álvaro Merencio y Dani Segovia.
0
-
0
Navalcarnero
Celada, Héctor Martínez, Fernández, Del Valle, César Gómez, David Rodríguez, Sancho, Godoy, Serradell, Rivas y avilés.
Cambios Segoviana: Javi Borrego por Merencio (min 67), David López por Hugo Díaz (min 67), Maroto por Ivo (min 78), Arranz por Plomer (min 85)
Cambios Navalcarnero: Saúl por Del Valle (min 62), Gutiérrez por Avilés (min 69), Llamas por César Gomez (min 69), Agus Alonso por Rivas (min 75) y Calarge por Sancho (min 75)
Goles: Sin goles.
Árbitro: José Antonio Fernández Rodríguez (Galicia). Amonestó con amarilla a Fer Llorente, Silva y por dos veces a Hugo Marcos, expulsado; a Fratelli, Gandoy, Avilés, Llamas, Gutiérrez y por dos veces a Serradell, también expulsado.
Otros datos: Partido correspondiente a la decimonovena jornada de liga en el grupo V de Segunda RFEF, disputado en La Albuera ante 1.040 espectadores.
Hay partidos que invitan al recuerdo, no solo por el minuto de silencio que honró a socios fallecidos como Álvaro Gil –directivo y padre del actual responsable de cantera del club–, sino porque el discurso azulgrana obligaba a tener más en cuenta lo que fue el Navalcarnero –tercero el curso pasado– que lo que es: antepenúltimo, el peor equipo de los últimos meses. Un viejo conocido que no invitaba para nada a un paseo. Máxime porque el campo no permitía plasmar la diferencia en el juego de ambos equipos a lo largo de la temporada. Una superficie que hacía indomable el esférico por el hielo y porque el Unami había jugado 24 horas antes su partido de Regional.
Ramsés fue fiel a su discurso: ninguna victoria vale la salud de un jugador. David López entró en la convocatoria, pero no le puso en el compromiso de ser titular tras cuatro meses sin competir. La baja de Javi Marcos, sancionado, la solventó con Silva como central, Hugo Marcos ocupando su vacante como lateral y Juan de la Mata, central de pleno derecho tras dos meses en ejercicio, en el perfil izquierdo de la zaga. Quizás la sorpresa vino por la suplencia de Manu, que dejó a Fer Llorente como pivote, con Ivo y Hugo Díaz por delante.
Jugar en un campo minado y ante un rival sin centrales era una ocasión pintiparada para los madrileños, lejos de la sumisión a la que somete la Segoviana a sus rivales cuando toca con velocidad. Fueron los madrileños quienes llamaron primero con un disparo de Avilés que puso a prueba la visión de Carmona, que sí tuvo que esforzarse minutos después tras un mal repliegue azulgrana que le obligó a meter la manopla para evitar que un disparo de Rivas se colara por su palo corto. Una acción que surgió por un error clamoroso del cuerpo arbitral, que no vio un saque de banda local.
No fue el único error de bulto, pues Rubén se salvó de una posible expulsión por un agarrón para cortar como último hombre una contra que no pudo sofocar de primeras Juan de la Mata. El colegiado evitó decidir el color de la tarjeta ignorando la falta, para asombro del banquillo visitante. A falta de talento, el atractivo estaba en los detalles, en el saque de banda que Sarradell sacó unos cuantos metros por delante de lo que debía. La orquesta no tenía música, así que el partido funcionaba a ruidos.
En esas, ganó confianza la Segoviana. Hugo Díaz disparó tímidamente una falta desde el balcón del área, provocada tras una sucesión obscena de pérdidas. Confió en que el reflejo molestara a Celada, como Fer Llorente en un intento posterior. Pero no. El mejor casi local llegó donde se podía, en un balón parado al que entraron con fuerza Silva y Hugo Díaz, pero el testarazo se paseó por el área sin detonación.
El paso por vestuarios agudizó el dominio local, ya no tan tímido. Así que Ivo y Plomer se asociaron para que el balear pusiera un centro perfecto al punto de penalti para Dani Segovia, pero el asistente levantó el banderín por fuera de juego. El mismo desenlace de lo que el campo celebró como el 1-0, un gran control de espaldas de Juan de la Mata para revolverse y sacar un tiro cruzado al palo del portero. El argumento que no cabía en la cabeza de Hugo Díaz es que algún azulgrana había molestado la línea de visión de Celada. A falta de VAR, lo cierto es que el criterio arbitral frenó la sinfonía, ese amago de continuidad azulgrana. Empezaron los pitidos, las señalizaciones tardías y los despistes. En esas tuvo el 0-1 Avilés tras ganarle la carrera a Silva antes de enganchar un tiro cruzado que no cogió portería por los pelos.
El paso de los minutos aceleraba las prisas en busca del gol imposible. Estuvo cerca de encontrarlo Merencio con una conducción que sorprendió a la defensa porque en lugar de disparar decidió filtrar un pase interior al que no pudo llegar a bocajarro Segovia. Cuando Ramsés movió el banquillo, cambió al extremo por Borrego y dio luz verde a la reaparición de David López, moviendo a De la Mata al centro del campo. Mientras los locales se ajustaban, Gutiérrez metió una marcha más a la banda izquierda y obligó a Carmona a disparar otro tiro potente al primer palo.
El guion de los hermanos Marx tuvo otro giro inesperado cuando Serradell vio dos amarillas en apenas tres minutos. La primera, bien forzada por Borrego y la grada. La segunda fue tras un agarrón leve a Ivo, que se hizo con el esférico tras una jugada rota, rescatando un despeje de Juan de la Mata. El Navalcarnero se defendió a la inferioridad metiendo a Agus Alonso, pitado tímidamente por la parroquia que defendió entre 2018 y 2019 tras amagar con su regreso en 2022. Ramsés agotó sus plegarias con Pablo Arranz y Maroto, que la tuvo en un testarazo picado al que llegó un suspiro antes de tiempo. O De la Mata, que no controló bien en el momento clave. Dejó en el campo a Hugo Marcos con amarilla, confiando en una madurez que no demostró al devolver el empujón a Llamas: tarjeta para los dos y el partido terminó en igualdad numérica. Un final coherente, de serie B.
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