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Coronavirus en Segovia: Los alumnos de la EBAU, entre la falta de concentración, los rumores y los problemas tecnológicos

Los alumnos de la EBAU, entre la falta de concentración, los rumores y los problemas tecnológicos

Jóvenes segovianos relatan cómo afrontan la prueba

laura lópez

Segovia

Lunes, 4 de mayo 2020, 13:36

Los jóvenes estudiantes de Segovia relatan cómo han afrontado el clima de incertidumbre con el que la pandemia ha teñido estas semanas previas a la prueba de acceso a la universidad, que finalmente se celebrará los tres primeros días de julio con un nuevo modelo que permite más flexibilidad a la hora de escoger las preguntas.

Entre videollamadas y el estudio por cuenta propia

Con mucha incertidumbre, pero sin parar de estudiar. Así es como Álvaro Carrión, de 18 años, ha vivido estas últimas semanas, hasta el anuncio de la fecha definitiva de la celebración de la EBAU y sus condiciones. Desde que el IES Jaime Gil de Biedma, en Nava de la Asunción, cerró las clases presenciales, los profesores se adaptaron a las nuevas circunstancias para acabar el temario del curso de diferente forma en función de la asignatura.

Con la fecha límite ya asignada, no se han acabado las dudas en torno a la prueba de acceso a la universidad más excepcional que se recuerda. En el caso de Álvaro, que se debate entre las carreras de Enfermería, Farmacia, Fisioterapia o Ciencias de la Actividad física y del Deporte (INEF), ha recibido mensajes esperanzadores de muchos de sus profesores, que ven posible que sus alumnos puedan volver a las aulas en algún momento, aunque sea unos días antes de la gran fecha. Para este alumno, esto sería clave, porque podría aprovechar para formular las últimas dudas, sobre todo las que giran en torno al nuevo modelo ideado para desahogar las dificultades de esta edición.

Álvaro Carrión, de Nava de la Asunción. El Norte

Especulaciones sobre la suspensión

Las diversas incógnitas planteadas sobre la celebración de la EBAU dejó que se filtraran muchos rumores y otras tantas especulaciones. Entre ellas, una posible realización virtual vía internet o la suspensión definitiva de la prueba para valorar el acceso a la universidad teniendo en cuenta solo la media de bachillerato. Para Roberto Herranz, esta última alternativa no habría sido una mala opción. Este estudiante de 18 años del IES Vega del Pirón en Carbonero el Mayor, cree que esto le habría beneficiado personalmente, puesto que está teniendo algunas dificultades para aprobar todo el curso por «un par de asignaturas» y, de esta forma, se le habría quedado «una media maja». Con la EBAU sobre la mesa, espera sacar todo adelante para poder estudiar Economía o Administración y Dirección de Empresas. Del periodo transcurrido desde que llegó la pandemia, Roberto lamenta haber perdido la primera semana, días en los que no hicieron «prácticamente nada» y un descenso en la productividad durante los días siguientes.

Roberto Herranz, alumno del instituto de Carbonero, de espaldas. El Norte

Cambio de modelo, más flexibilidad

El nuevo modelo de la EBAU tiene la peculiaridad de ofrecer muchas más posibilidades a la hora de escoger las preguntas que quiere responder. Si hasta ahora sólo había dos opciones para cada examen, esta vez se podrá escoger prácticamente a la carta qué cuestión contestar en cada caso, una solución pensada básicamente para aquellos alumnos cuyos profesores no han podido completar todo el temario. «Se han portado», expresa Alejandro Fernández, del IES Mariano Quintanilla. En su opinión, se trata de un examen mucho más asequible que los de los anteriores años, aunque con el paso del tiempo los modelos ya eran «cada vez más fáciles». Según su visión, los exámenes de acceso a la universidad se focalizan más en demostrar el conocimiento de unos cuantos contenidos de memoria que en el aprendizaje real. Esto es mejor a la hora de superar la prueba para él, porque se le da mejor memorizar, pero lo considera perjudicial para el aprendizaje vital de cada persona. El joven estudia los últimos temas de su curso, segundo de bachillerato de ciencias sociales, con la mirada puesta en su gran objetivo, estudiar Periodismo.

Alejandro Fernández, alumno del Maruano Quintanilla. El Norte

La cuarentena social pesa a la hora de estudiar

Cabría pensar que la cuarentena social a la que está abocada el país podría evitar distracciones y ser una oportunidad perfecta para que estos alumnos consigan dedicar más tiempo que nunca al estudio pero, en la práctica, estos jóvenes no lo viven así. Elvira de Andrés, que tiene 17 años y estudia en el IES María Moliner en la capital, relata que el hecho de estar confinados ha perjudicado su productividad: «Antes tenía una motivación, porque pensaba 'Vale, me estudio esto ya y así tengo la tarde libre para salir y quedar con los amigos'… pero ahora, como sé que no hay nada más, me entretengo y no aprovecho bien el tiempo», relata la joven. Elvira, que espera algún día ser enfermera, confiesa que en estas condiciones de confinamiento puede tardar hasta un día entero en estudiar lo que, en circunstancias normales, habría abordado en apenas una hora, debido a esta falta de motivación.

Elvira de Andrés, alumna del María Moliner. El Norte

Estudiar con tensión

Todos los alumnos coinciden en que van a salir perjudicados del paso de la pandemia por sus vidas en estos meses tan decisivos: «Partimos de una situación de desventaja», comenta Alba de Torre, del IES Mariano Quintanilla, en Palazuelos de Eresma. En opinión de esta estudiante de 17 años, el hecho de no haber tenido el curso completo acabará por repercutir en el resultado de los exámenes, y también la incertidumbre sobre la que han tenido que sobreponerse. «Hasta hace dos días no sabíamos cuánto temario iba a entrar, no estábamos seguros de qué estudiar y qué no», lamenta. De Torre aún no ha decidido su futura carrera profesional, pero sus sueños oscilan entre estudiar Relación Internacionales y Derecho, Ciencias Políticas o Trabajo Social. La joven reconoce que en el ámbito escolar se respira cierto clima de inseguridad: «Estamos todos un poco tensos», declara. Desde que su instituto cerró las puertas a las clases presenciales, la estudiante reconoce haber estado «bastante perdida», sobre todo al principio, puesto que no todos sus profesores supieron anticiparse a la situación de excepcionalidad.

Carlos Gutiérrez., alumno del Andrés Laguna. El Norte

Una gran lección de autonomía

Si hay algo positivo que estos alumnos pueden extraer de la anómala situación, es una gran lección de autonomía. Esta es la reflexión que hace Carlos Gutiérrez, alumno del IES Andrés Laguna, en la capital: «Hemos tenido que aprender a aprender por nuestra cuenta, a no ser tan dependientes de un sistema en el que nos daban todo 'mascado'». Él mismo se ha visto en la situación de tener que solventar alguna duda que le ha surgido por cuenta propia, al no tener la opción de comunicarse con un profesor en un momento dado, a través de la investigación y la consulta de fuente fiables. También, en este sentido, este estudiante reconoce haberse visto forzado a hacer un uso «educativo» de las herramientas tecnológicas que tiene a disposición, uso al que no estaba acostumbrado. Sin embargo, esto también le ha servido para detectar que estos medios no están al alcance de todo el mundo. Aunque él no conoce ninguna persona entre los alumnos que no haya podido acceder a este nuevo método de trabajo por falta de medios, sí lo ha vivido en el caso de algunos docentes. Su profesora de lengua, por ejemplo, se ha visto obligada a dar las clases 'on-line' con su teléfono móvil y el uso de su tarifa de internet particular porque no dispone de red wifi en casa. «Ni nosotros ni ellos tenemos por qué tener los medios para adaptarnos a esta forma de trabajar», reflexiona el joven, que tiene 17 años pero está a punto de cumplir 18. En opinión de este estudiante, que algún día será médico, el Gobierno se ha limitado a ofrecer esta salida como una «solución» sin haber dotado a sus protagonistas de una estructura idónea para que esta funcione.

Lucía Conde, alumna del IES Jaime Gil de Biedma, en Nava de la Asunción. El Norte

Situación inédita, mismas notas de corte

De cara a la inusual EBAU de este año, casi todos los alumnos consultados opinan que sus resultados se verán afectados, lo que puede ser determinante para su futuro académico a la hora de poder estudiar la carrera de sus sueños o hacerlo en la universidad que más les gustaría. Ante esta realidad, muchos estudiantes han demandado una bajada en las notas de corte de acceso a las universidades. Los jóvenes entrevistados coinciden en casi su totalidad que esto sería una muy buena opción para ellos, pero también reconocen la dificultad de que esto ocurra, puesto que se trata de índices basados en la demanda y el número de plazas de cada centro. Lucía Conde, que tiene 17 años y estudia en el IES Jaime Gil de Biedma de Nava de la Asunción, lo tiene claro: «Ningún año ha pasado esto, no hay inconveniente en que bajen la nota, porque las notas de la EBAU no van a ser tan altas como las de otros años», razona. En su caso, esto no le afecta mucho porque, según relata, estudia el bachillerato de ciencias sociales y quiere hacer la carrera de Nutrición y Dietética, por lo que su mejor opción es hacer un módulo superior y después, ingresar en la universidad.

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